Una idea inteligentísima, felizmente desarrollada. La conjunción de tres variedades reinas, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Muscat, buscando sumar características, potenciadas por un concepto clarividente y fresco, ha conseguido un vino de nueva generación: aromático, floral, azahar, frutoso –lima, piña y maracuyá– y con empaque, llamado a gustar a un amplio segmento de público, incluidos los más avezados gourmets, que agradecen la nobleza de las variedades y, cómo no, la viveza. Corre la mineralidad, los cítricos, las hierbas campestres... complejo sin exuberancias. Embotellado en enero de 2011.