Repera Patatera, Soldaditos de Pavóa, Mala Uva en 3 Y 7, San Prudencio Gastronómico y Fabada Sin Fabes

Repera Patatera, Soldaditos de Pavóa, Mala Uva en 3 Y 7, San Prudencio Gastronómico y Fabada Sin Fabes. (26/04/2015)

 

It look's like you don't have Adobe Flash Player installed. Get it now.

 

Repera Patatera, Soldaditos de Pavóa, Mala Uva en 3 Y 7, San Prudencio Gastronóm


El Carmen de Montesión: Una Cocina Profunda que Mira con Grandes Ojos

      Ivan Cerdeño dejó constancia en Zaldiaran de la renovación generacional que emerge por todos los rincones de España como una garantía de futuro. Hijo de la revolución gastronómica española, aprendió y se doctoró en bastantes de los mejores restaurantes del país: El Celler de Can Roca, Rodero… y El Bohío, con los hermanos Rodríguez, Pepe y Diego, con quienes está asociado en El Carmén de Montesión.
     Ejerce de toledano, su pasión: reinventar la cocina manchega preservando las esencias. Hay mucha memoria histórica en sus construcciones, si bien con formas, ciertamente renovadas y sesudas, que hacen gala de refinamiento, liviandad y cromatismo. Ivan no se pierde en grandilocuencias impactantes; brinda disposiciones muy centradas y asumibles, llamadas a gustar, convencer, producir inmensa satisfacción mundana. Propuestas inteligentes, incluso académicas, de neto cariz evolutivo, independientemente de algunas licencias. Una comida que conectó con el comensal congregado en Vitoria, evidentemente amigable.
     Como primer testimonio el bollito preñado de sopa de ajo, que aunaba la suculencia sápida del condumio con la vaporosidad de una masa de arroz oriental, aunque increíblemente era de pan común, sabiamente texturizada. Un bocado intemporal que siempre habrá que disfrutar en el restaurante de Toledo. El encurtido de pepino, arenque, yogur y salicornia fue un fogonazo de talento que nos llevó por diversos países y que nos recreó en la contemporaneidad. ¡Que sutilidad! ¡Qué chispa! Magia que volvió a evidenciarse en el erizo de mar, reforzado con su emulsión y dispuesto sobre un caldo de morcilla con trocitos de ésta; dados de manzana y albahaca remataban la pequeña obra de arte.
     El recetario regional ocupa una y otra vez al chef, que ofrece en tres espacios una curiosa recreación de las gachas con su compango, densas, suculentas y, a la vez, delicadas en carácter. Carnosidad a tope, pues la liquidez y cremosidad de los complementos contrastaba con un pedazo de panceta que se masticaba evanescentemente en boca. Más inspiración en el terruño, eso si con técnicas de vanguardia, al más puro estilo Adrià el atascaburras con buñuelo tiznao de bacalao y huevo. Nitidez gustativa con sutileza espumosa.
      Apareció un paté mundial, el morteruelo, milimétricamente especiado, magnificado con colmenillas, uvas, praliné de avellanas, brotes... ¡Qué sustancialidad tan delicada y compleja!
     Muy sencilla pero muy efectiva una perfecta merluza, inmaculada y jugosa a más no poder, sobre una “aterciopelada” salsa de asadillo manchego.
      Cono no podía ser de otra manera, dada la filosofía que se práctica, se rinde pleitesía a la caza, que apareció con una fórmula magistral, histórica: liebre a la royal, con el lomo sangrante y el resto “guisada” con foie gras, a las que unas pinceladas de crema de ciruelas, aceitunas y maíz sumaban enjundia a tanto saber hacer.
      Postres en parecida altura; especialmente gratificante la manzana asada con café especiado, leche y regaliz.
      Ivan Cerdeño hizo muchos amigos, dando su talante y talento, en Zaldiaran. Cocina con enorme proyección.

 

  • Bollito Preñado de Sopas de Ajo.
  • Encurtido de Pepino, Arenque, Yogurt y Salicornia
  • Erizo, Morcilla, Manzana y Albahaca
  • Gachas y su Compango.
  • Atascaburras con Buñuelo Tiznao de Bacalao y Huevo.
  • Morteruelo Especiado, Colmenillas y Praliné de Avellanas
  • Merluza Guisada en un Asadillo Manchego
  • Royal de Liebre, Crema de Ciruelas Negras, Aceitunas y Maíz
  • Manzana Reineta Asada, Café Especiado, Leche y Regaliz


7,5

Morteruelo La Ponderosa de Cuenca


LA PONDEROSA DE CUESCA,S.L.

Pays: España
Localité: 16003 Cuenca
Adresse: Pol. Ind. La Cerrajera. Vial, 3. Parcela,67
(+33) 969240527
Prix à la carte: en tienda de la lata de 450 g: 5 €


Sabiendo la idiosincrasia de este producto, por lo general primario, o lo que es lo mismo fuerte y rústico, llama extraordinariamente la atención su delicadeza. Tampoco puede extrañar a nadie, pues esta empresa de platos preparados – destacar las perdices y codornices en escabeche y el bacalao al mortero – es de las de mayor calidad del país, habiendo nacido a partir de la evolución de un bar, de los mejorcitos de España.

En este morteruelo las carnes se paladean con sutilidad, se mastican en finas hebras y el pan, el hígado y el aceite dan cuerpo al puré que las envuelve, con un sazonamiento que juega el tercer papel, ilustrador pero muy subordinados a los otros elementos. Lleva, además de lo dicho, perdiz, jamón, liebre, lomo de cerdo, gallina y especias, todos los ingredientes dispuestos equilibradamente. Se puede comer tanto frío como caliente, para lo que conviene proceder sin ninguna viveza de fuego.



Real Balneario de Salinas: Divina Humanidad.

   

¿Qué se espera de la cocina asturiana?

Nobleza, naturalidad, suculencia…campechanería.

 

 Real Balneario de Salinas ofrece todo eso y más; así dejó constancia en la cena de Zaldiaran, aplaudida y vitoreada por su sensatez y precisión. Quedó bien claro que estamos ante uno de los mejores restaurantes de producto de España, sobre todo en manjares oceánicos, aunque no solo en estos. Puso en escena géneros excepcionales a los que distinguió con puntos de cocción ciertamente virtuosos. Tratamientos sencillos y directos que potencian, exaltan las cualidades intrínsecas de los manjares. Las salsas, las guarniciones, los adornos, tienen su mérito, sin alardear, nada más ni nada menos, que de precisión. Valgan de complementos de lo principal: genero 10 en su hechura.
 Isaac Loya cautivó con un ingrediente harto infrecuente en la alta cocina: el bogavante de El Cantábrico. Mucho más si en menú degustación se vende a 65 €. Medallones tersos, inmaculados, exultantes de sabor, sobre un jugo traslúcido de tomate, mas rabanitos y nabos, entre brotes y hierbas aromáticas, con algún crujiente. Una clamorosa ensalada integral perfectamente integrada.
Otro plato que testimonia la esencialidad y pureza que caracteriza a esta casa: trozos muy hermosos de calamar a la parrilla, enroscados y con rombos incrustados, al corte chino, sobre un caldo pletórico del mismo animal, sutilmente perfumado con cebolla.
 Más humanidad: un montadito de setas, foie gras salteado, frutos secos y yema de huevo caliente y cruda. Se convence a todos con ingredientes y sabores que cautivan por su autenticidad.
Isaac Loya no varía en ningún momento su filosofía y comportamiento. Otro testimo lo tenemos en el virrey con jugo emulsionado de sus espinas y patatas. En realidad es una versión distinguida de una marmita, o un suquet, convertido en plato de pescado, en el que el lomo del virrey, o rey, ese pez rojo que tanto se aprecia en el Principado, sale a cuerpo descubierto sobre la salsa del guiso marinero, refinada y estirada. Vitores.
 Titulares en todo momento: Solomillo de ternera Asturiana asado, de increíble calidad, de inmensa exquisitez, medallones marcados por fuera y uniformemente sonrosados, con el único complemento de un suculento puré de patatas, ciertamente enriquecido con mantequilla, al que se puso un contrapunto táctil.
 La esponjosa torrija de brioche perfumada con vainilla y sellada con azúcar soplada y la versión gourmand del tocinillo de cielo constata que en El Real Balneario de Salinas no basta con comer bien sino que además se hace abundantemente.
 Al final en Zaldiaran se celebró tanta humanidad divinizada, o tanta divina humanidad, cantándose el Asturias Patria Querida.

  • Ensalada de Bogavante con Nabos y Rábanos, Además de Jugo Traslúcido de Tomate
  • Calamar a la Parrilla y su Caldo
  • Montadito de Setas, Foie, Frutos Secos y Yema de Huevo
  • Virrey Confitado Sobre su Marmita
  • Solomillo de Ternera Asado en su Jugo con Puré de Patatas
  • Torrija con Aroma de Leche de Vainilla, Fresas Glaseadas y Su Helado
  • Copa de Tocinillo de Cielo con Leche Merengada.


Pablo Márquez

La Botica

 Miguel Ángel de la Cruz se ha revelado como uno de los mayores especialistas españoles en el trabajo con plantas y vegetales autóctonos. Una particular cocina sometida a su naturaleza. Con algo más de una década ejerciendo el oficio, su vocación de cocinero logra completar el bagaje de uno de los mejores en la materia de la actualidad. Domina las técnicas alcanzando el equilibrio a la hora de crear con armonía. La tapa y la mini cocina le han catapultado a una merecida posición en el palmarés de cocineros de prestigio que evolucionan sin olvidarse de sus raíces. Apasionado de la botánica, desarrolla su cocina en La Botica de Matapozuelos, el restaurante familiar, donde conviven dos generaciones de cocineros, y en consecuencia dos tipos de cocina, determinada por el escenario-territorio.

Su padre, Teodoro, se ocupa de una cocina de producto local, basada en el recetario popular. Asa lechazos de raza churra en el horno de leña que preside uno de los salones de ambiente castellano. Miguel Ángel se encarga de ofrecer propuestas más personales, cuyo hilo conductor son los distintos recursos naturales que ofrece el entorno. Lo desarrolla en la rebotica, un espacio dentro de la propia Botica, el taller de innovación, de ideas y de formación permanente de este joven recolector.

Miguel Ángel destaca por igual en la cocina tradicional, como en la creativa. La carta de su restaurante se mantiene consonante entre tradición y progreso. Cocinero recolector, conocedor y amante de lo silvestre, capaz de hacer un plato con ingredientes recogidos en un radio de 500 metros: piñas, piñones, setas, hierbas silvestres... El paisaje servido en la La Botica de Matapozuelos, que curiosamente fue, en una época, la antigua farmacia del pueblo. 

La convivencia generacional y la ubicación de su restaurante definen su manera de entender la cocina. Una cocina derivada del paisaje, natural, donde el producto es capaz de sorprender, por desconocido y singular.

Como no podía ser de otra manera, en este establecimiento se realiza comida de estación. Cuatro son los menús, jornadas o presentaciones que se hacen al cabo del año. En invierno plasman en la mesa casquería y cocina interior con producto de la localidad, embutidos, legumbres... En otoño las jornadas son para las setas. La primavera refleja en el menú las bondades de la estación con verduras y plantas medicinales que recolectan en los campos que circundan a la localidad y a la vera del río. Y en verano celebran las jornadas del piñón, con la piña verde de protagonista, que ya llevan varios años realizando, una de las más especiales para Miguel Ángel, virtuoso de este producto del que está empeñado en demostrar sus aplicaciones culinarias, muchas y muy sorprendentes.

Su cocina es cercana, sencilla, directa. Un vivo reflejo de la vida en el rural.

 

 

Este menú lo sirven durante los meses de verano, cambiando la temporada en Otoño, donde cocinan setas y caza.

Menú Degustación : De la piña y el piñón 

 

Ciruela de paté.

Un paté de lechazo churro elaborado con los higaditos del animal presentado en forma de ciruela, con un marca de picor, acompañado con unos puntos azucarados de la fruta, macerados en vino dulce elaborado en una bodega cercana.

 

Encurtidos.

Gajos de cebolletas rojas del terreno encurtidas en un agua aromatizada con laurel y clavos. Para conseguir la textura exacta de la cebolla la cocina en un baño de agua a 90 ºC hasta que pierden su crudeza mantienendo una textura crocante. Estas cebollas las recogen jóvenes y son algo dulzonas. Las mantienen en el agua de encurtir durante al menos 2 meses antes de servirlas.

 

Piñas verdes exprimidas sobre un escabeche de codorniz y hierba fresca.

A un escabeche tradicional de codornices, añaden trozos de piñas verdes, tratando las mismas como un cítrico, por ejemplo una lima, aportando su peculiar acidez, además de notas frescas al escabeche tradicional y cierta astringencia.

Sirven las piezas con una rodaja de la piña de pino verde, previamente congelada para que el cliente las exprima sobre el plato y fije al momento su peculiar aroma, acompañando el escabeche con una selección de hierbas silvestres, que aportan notas singulares, frescas, florales; valeriana, espinaca de montaña, puerros silvestres o pimpinela entre otras, algunas especialmente heavys.

 

Hojas secas.

Un aperitivo restallante hecho a partir de fécula de tubérculos, aromatizados con perpetua, una planta aromática de pinares que recuerda por su aroma a los curris. Trasladando el crujir de las hojas secas al pisarlas en el campo en verano.

 

Sopa de piñón blanco, trucha y flor de saúco con hierbas de río.

Sutil, similar al ajo blanco, sustituyendo la almendra por piñón tierno, suavizando su acompañamiento; láminas de trucha marinada con hierbas anisadas, junto a una selección de hojas frescas recogidas en el río:  pamplinas, tréboles, alcaravea, hinojos, etc. Aquí cada hierba silvestre aporta distintos matices, haciendo de la degustación un ir y venir provocando desiguales sensaciones en cada bocado, describiendo el lecho del río, descubriendo el paraje.

 

Tomate asado, tocino vegetal y pesto castellano.

Pequeños tomates asados 'preñados' de sus jugos, servidos con una sopa de tomate acidulada y pesto castellano, trocando el parmegiano por queso de oveja castellano. Sobre los tomates disponen láminas de "tocino vegetal" (remolacha blanca), al dente, cortando finas lascas de esta como si se tratara de tocino, las introducen en un aceite de piñón asado potenciando el sabor.

El plato se aromatiza con hojas frescas de varias albahacas y algunas flores de borraja.

 

Cebolla del terreno asada, caldo de achicorias tostadas y aliñada con una jalea de pino piñonero y tomillos.

Otro plato de cebollas de la zona, en este caso blanca, inmaculada, desprovista de su armamento, tierna, y de carácter más ácido, asadas y aliñadas con unas hojas de tomillo silvestre, servidas con un caldo limpio, torrefactado, partiendo de cebollas asadas y raíz tostada de achicorias. Ya en mesa añade unas gotas de jalea de piñas verdes, inalteradas de sus cualidades, elaborada y conservada antes de su servicio de un año para otro, macerando las piñas en un agua azucarada durante meses. Esta jalea muy refrescante y golosa aporta notas cítricas y balsámicas al plato, sin saturar el paladar. La cebolla que te hace reír, no llorar.

 

Huevo de leche de oveja ahumada con pequeños guisantes.

Un trampantojo, con apariencia de huevo cocido. 'La clara', leche de oveja ahumada con la yema original del huevo en el interior es acompañada de unos guisantes entibiados en un caldo de verduras.

Al abrir el huevo la yema se funde con el caldo y los guisantes aportando untuosidad y redondeando el plato, gomoso y a su vez crocante gracias a la leguminosa. Una sonrisa buscada en la experiencia.

 

La seta que cocinamos como callos a la madrileña.

La sparassis crispa, es una seta que morfologicamente recuerda a una coliflor o un callo de ternera, ilusión aprovechada disponiéndola con un caldo meloso y potente de callos de ternera, resultando un plato de callos vegetales cartilaginosos superado.

La textura de la seta es muy interesante, pues recuerda a algunas algas, aunque lógicamente no arrastra el sabor a mar, posee la capacidad de absorber el gusto de los caldos en los que se cocina. Complementaridad popular evolutiva.

 

Bonito con ajoarriero típico del pueblo y tallos de cebolleta tierna.

Un plato de corte popular, ya que si hay algún pescado de uso habitual en la zona en esa época del año es el bonito. Miguel Ángel lo dispensa con un ajoarriero típico del pueblo, una suerte de sopa de ajo, a la que se le añade vinagre, pimentón y una buena cantidad de cominos, además de alguna verdura de temporada.

 

Ala de pollo de corral en pepitoria de piñón y piñas verdes ralladas.

El hilo conductor del plato es una pepitoria con piñón e higaditos de pollo de corral, presentada con crestas de gallo y los alones de pollos de corral con la piel crujiente, una vez más aportando un uso novedoso de la piña, en este caso rallando sobre el plato delante del cliente para aprovechar todo su potencial aromático, completando la obra con hojas de capuchinas, de matices picantes.

 

Mazapán de piñón y morcilla artesana de Matapozuelos. 

Las morcillas de fabricación propia siempre se han consumido en la zona asadas y rociadas con miel o azúcar tostado. 

Esta peculiar versión de la receta tradicional la sirven albardada por una fina lámina de mazapán de piñones y miel de la zona, caramelizada con ayuda de un soplete de cocina en el último momento.

 

Manzanas ácidas impregnadas en un zumo astringente de pino.

Para limpiar antes del postre, un gajo de manzana impregnado en un zumo ácido y astringente de pino, obtenido licuando las piñas, servido con una picada de hojas tiernas de pino.

 

Piñones y pinares.

Este postre nació en el 2007. Un fijo de los menús de verano muy demandado. 

Surge como un homenaje a los aromas del bosque de pinos. Espuma de piñones ligeramente endulzada, helado de piñas verdes, polvo helado de aromáticas recolectadas en el pinar y algunos brotes tiernos de los mismos. Un paseo por los pinares.

 

Piñón roto de chocolate y tamuja.

Chocolate, piñones garrapiñados y pequeñas galletas con forma de hojas secas de pino,( a estas hojas por aquí las conocen como tamuja).

 

 

 

 
  • Ciruela de paté.
  • Ciruela de paté.
  • Encurtidos.
  • Encurtidos.
  • Piñas verdes exprimidas sobre un escabeche de codorniz y hierba fresca.
  • Piñas verdes exprimidas sobre un escabeche de codorniz y hierba fresca.
  • Hojas secas
  • Hojas secas.
  • Sopa de piñón blanco, trucha y flor de saúco con hierbas de río
  • Sopa de piñón blanco, trucha y flor de saúco con hierbas de río
  • Tomate asado, tocino vegetal y pesto castellano
  • Tomate asado, tocino vegetal y pesto castellano
  • Cebolla del terreno asada, caldo de achicorias tostadas y aliñada con una jalea
  • Cebolla del terreno asada, caldo de achicorias tostadas y aliñada con una jalea de pino piñonero y tomillos.
  • Huevo de leche de oveja ahumada con pequeños guisantes
  • Huevo de leche de oveja ahumada con pequeños guisantes
  • La seta que cocinamos como callos a la madrileña
  • La seta que cocinamos como callos a la madrileña
  • Bonito con ajoarriero típico del pueblo y tallos de cebolleta tierna
  • Bonito con ajoarriero típico del pueblo y tallos de cebolleta tierna
  • Ala de pollo de corral en pepitoria de piñón y piñas verdes ralladas
  • Ala de pollo de corral en pepitoria de piñón y piñas verdes ralladas
  • Mazapán de piñón y morcilla artesana de Matapozuelos
  • Mazapán de piñón y morcilla artesana de Matapozuelos
  • Manzanas ácidas impregnadas en un zumo astringente de pino
  • Manzanas ácidas impregnadas en un zumo astringente de pino
  • Piñones y pinares
  • Piñones y pinares
  • Piñón roto de chocolate y tamuja
  • Piñón roto de chocolate y tamuja


Barcelona: Casa De Tapas Cañota

Esta fabulosa casa de tapas pertenece a la familia Iglesias, propietaria del restaurante Rías de Galicia de Barcelona y EspaiKru, socios a su vez de los hermanos Adriá y sus múltiples conceptos:Tickets, Pakta, Bodega 1900.... Representan el mejor ejemplo del dicho “renovarse o morir”. Y triunfar. En 2011, decidieron una adaptación remozando su restaurante-brasería La Cañota, ubicada al lado del Rías en el barrio de Poble Sec de Barcelona. El establecimiento se orientó sabiamente hacia un bar de tapas que combina a la perfección tradición, producto y modernidad, creando un ambiente desenfadado y acogedor. Su amplio espacio se ve rodeado de paredes llenas de cómics dibujados por Anna Pujadas, con un innegable y muy llamativo estilo cañí, al igual que su carta. Su reclamada terraza y su inmejorable situación son otros de sus puntos fuertes. Sus tapas, auténticas y de calidad en un marco informal, han dado un giro de 180º al panorama gastronómico de la Ciudad Condal, convirtiéndose en tendencia obligada para el gran público. En muy poco tiempo, el nuevo Casa de Tapes Cañota se ha convertido en una de las mejores opciones para comer buenas tapas a precios muy razonables en pleno centro de Barcelona.

La clave del éxito ha estado en la renovación desde la calidad, la inteligencia y el buen gusto. En ello, desde luego, su cocina ha sido un eje vertebrador, en el que ha habido una profunda revisión del estilo de carta y una actualización de sus platos. El papel de su chefs Ever Cubillas del Rías de Galicia y Liberio Martínez, de La Cañota, ha sido determinante. Su nueva carta sigue reflejando el background gallego del local con sus empanadas, ostras al natural,(también en aguachile mejicano o en salsa ponzo), pulpo a feira, caldo gallego, pimientos de Padrón, navajitas de la Ría, almejas a la marinera, mejillones gallegos al vino blanco, oreja a la gallega, lacón... Además de las tapas de toda la vida como sus cremosas croquetas de jamón o de bacalao, la ensaladilla rusa con huevas de trucha, las patatas bravas de patata gallega (cocidas al caliu y acompañadas del allioli y la salsa brava comercializada por Albert Adrià), el canelón de ternera y la papada, o un par de buenos arroces, como el caldoso de nécora. Ni que decir tiene que las espectaculares carnes de Galicia a la piedra o a la brasa, tienen un lugar privilegiado en su excelsa carta. El solomillo de ternera, las costillitas de cabrito o el chuletón de buey son un gran ejemplo.

Nos invitan a practicar el Nirtapa, un estado de felicidad espiritual compartido con gente a la que quieres o vas a querer y que se genera alrededor de una mesa en la que se reparten en armonía muchos platos pequeños. Alguno de los que podremos encontrarnos en este templo barcelonés del buen comer son, para abrir boca, por ejemplo, las Anchoas Lolín, con un buen pan con tomate que se hace cada uno a su gusto; un fantástico jamón ibérico El Romero de Salamanca, unos magníficos boquerones marinados; o el Variado de aceitunas. Para seguir encontramos el cuenco de aguacate con tomate picante y langostinos o el de tomate con ventresca de bonito, guindilla y cebollita; el tartar de atún, perfectamente cortado; la miniburrata con tomate, recula y salsa de mango; el ceviche cañonero; o el gazpacho de cerezas con nieve de queso de cabra. Pero las opciones no terminan ahí y desde esta especial tapería han pensado en todos y han elaborado propuestas para todos los gustos, creaciones deliciosas como la cajita de los fritos, de una fritura ejemplar; los tacos de merluza, con una jugosidad increíble, servidos con un pil pil de rodaballo; o los muslitos de codornices en escabeche templado, que presentan un equilibrio perfecto de acidez y dulzor. Como tapas finish, o tapas más contundentes previas al postre encontramos la Escalivada; los tacos de solomillo al ajillo, los de butifarra de pagés a la brasa, de carrillada de ternera o de cochinillo IGP, con su piel crujiente, acompañado de compota de manzana. El pincho de secreto ibérico y las costillas de conejo al ajillo también son un fantástico punto y aparte antes del momento dulce. 

Los postres se convierten en una auténtica sorpresa transformada en tiempo compartido, sabores que recuerdan y otros que hacen soñar. Casi todos están diseñados para disfrutar entre dos. Alguno de ellos son el brazo de gitano al amaretto; los tacos de piña impregnada al anís encima de hielo pilé; las “manzanas bravas” con nata y frutas, (una especie de trampantojo que quiere simular en realidad unas patatas); la  tradicional  crema “catalana”, pero en este caso con mango y fresas, así como el flan con nata, con el fabuloso sabor de toda la vida. ¿Cómo colofón? Un estupendo y creativo carro de helados a cargo de Sandro Desii, que nos permite hacer lo que muchos querían y nunca pudieron, probar un poco de todo, ofreciendo pequeñas degustaciones en mini cucuruchos. 

 En el afán por mejorar día a día y adaptarse al gusto de sus clientes, ofrecen un cuestionario de valoración en el que se anotan cuáles son las tapas que menos han gustado y cuáles sí lo han hecho. Estas últimas aparecen siempre presentes a la vista del público escritas en una de las paredes del local.  

Estamos ante un espacio renovado que se encuentra vivo, en ebullición y en constante cambio. Son varios los grandes cocineros amigos que se acercan por La Cañota para realizar un par de tapas durante una temporada, entre ellos podemos mencionar a Dani García o a Quique Dacosta. Sin lugar a dudas este es un lugar dedicado a la gente que tiene ganas de divertirse y, sobre todo, de comer bien.

Localité: Barcelona
Adresse: Calle Lleida 7
933259171
  Ver perfil
  Ver perfil
Jours de fermeture: Domingo noche, lunes
Prix: A partir de 25 €