Aquí se degusta la caldereta más estructurada y magistral de la isla. Compleja en aromas y matices, su caldo se asemeja más a una excelsa crema de langosta que al caldo propio de la receta tradicional. La crema - salsa irradia tanta personalidad que no aconsejo suavizarla ni desvirtuarla añadiendo rebanadas de pan. Para el gozo completo hay que enfrentarse a ella en un ineludible cara a cara que tendrá como única salida un auténtico Big Bang sensorial. Navegar en sus delicadas fragancias de brandy de Jerez y corteza de naranja, mientras dejamos que la sustanciosidad de su base enigmática ahogue las papilas gustativas, es un billete de ida sin retorno hacia el placer desbocado.
Respecto a la reina del mar menorquín, aparece radiante, engalanada con un ropaje que ya se ha dejado claro que está más que a la altura, para desnudarse al son del fastuoso ágape y mostrar así la bravura de sus carnes prietas que cual encantadora de serpientes, al captar la atención, embelesa.
Cuando rompe a hervir, se baja la intensidad a suave, manteniendo pochando hasta que la liliácea se ablande. Justo cuando va a empezar a tomar color, agrega un kilo de tomate, sólo la pulpa triturada y tamizada, sin caldo ni pepitas, se sala, se añade una pizca de azúcar y se deja concentrar pausadamente durante una hora y media, removiendo de vez en cuando. Terminada, se deja reposar. En una cazuela de barro deposita el sofrito, la cabeza, las patas y las antenas del bicho, así como su sangre. Tiene a fuego medio-suave unos diez minutos. Transcurridos, sube la intensidad y flamea con dos centilitros de brandy de Jerez. A continuación, vierte dos litros y medio de agua hirviendo, aromatizada sutilmente con una corteza de naranja, desposeída de la zona blanca. Desde que brotan los borbotones, tiene seis minutos. Pasados éstos se echan los medallones de langosta cortados con su caparazón, destripados, que cuecen cuatro minutos, más o menos, dependiendo del tamaño.
Tritura en una túrmix cuatro dientes de ajo, las hojas de cuatro ramas de perejil, el coral de la langosta o langostas, también la sangre, batiendo persistentemente hasta conseguir una masa uniforme. Seguidamente, lo monta, como si de una mayonesa se tratase, con aceite de oliva de 0,4º. Agrega el caldo en que ha cocido la langosta con el sofrito y vuelve a triturar todo, hasta obtener una sopa espesita. Al momento de servir, incorpora los medallones y pone a calentar, sin que llegue a hervir. Vamos, una caldereta inteligente y finolis.
*(Valentín Alcaide era el cocinero del lugar)
Valentín Alcaide
Restaurant;: Café del Nord
Pays: España
Localité: 07748 Playas de Fornells. Mercadal (Menorca)
(+34) 971376697Jours de fermeture: Sólo abre del 15 de junio al 15 de septiembre
Prix à la carte: Sobre 65 €
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La tortilla de patatas notable más legendaria de Madrid, medio siglo le avala.
La fórmula más extendida en el país con el aliciente de la jugosidad
Con o sin cebolla.
Alfredo y María durante el XIV Campeonato de España celebrado en Alicante Gastronómica 2021.
En pincho, en la barra y en pieza, en el comedor. De una u otra forma en la Terraza.
LA TORTILLA NOTABLE MÁS LEGENDARIA DE MADRID; y con neta diferencia. Lleva desde 2002 en el apartado que al “As de Oros de la Gastronomía” española ha dedicado Lo Mejor de La Gastronomía, primero en la guía de papel y luego online. Una trayectoria ejemplar, que Alfredo y María heredan de sus padres, Alfredo y María García a su vez, que en 1970 abren el actual bar, que desde sus orígenes se distingue por ofrecer buenos productos, algunos apetitosos platos populares y la tortilla de patatas, que es la que les ha dado y da mucha y celebrada fama. Por tanto, DOS GENERACIONES Y MÁS DE MEDIO SIGLO AVALAN LA TORTILLA DE PATATAS DE SYLCAR.
Se ofrece tanto en la barra para picar como en las mesas situadas en el primer piso para comer, sin o con cebolla, a la que si place aderezan con diferentes alternativas: pisto y jamón, ajetes y lacón, espinacas y bonito en escabeche y chorizo, guisantes, pimientos... paisana, en suma. UNA TORTILLERÍA PIONERA, ADELANTADA A SU TIEMPO.
Para cuatro raciones emplean 1,5 kilo de patatas monalisa, 6 huevos, abundante aceite de oliva virgen extra y sal. Procedimiento: primero pelan las patatas y las cortan en máquina, que les ofrece láminas largas de unos 2,5 milímetros de grosor. Se salan y se echan a una sartén de dos asas de hierro fundido, con unos treinta años de vida, con abundante aceite, de manera que naden en rebosante grasa, quedando cubiertas por unos tres centímetros. Se «confitan» con ligeros borbotones, hasta que estén tiernas, lo que puede tardar hasta una hora. Una vez hechas, se mantienen en el aceite, que estará únicamente al calor del pitorro, para que no se enfríen. En el momento que demandan una tortilla, se baten los huevos en un bol incansablemente, hasta que queden muy, pero que muy esponjosos. Se incorporan las patatas, que se extraen en ese instante del aceite, escurriéndolas meticulosamente. Se mezcla y unifica. Se vierte el contenido del bol sobre la sartén, que estará a fuego medio fuerte, bañado y escurrido, teniendo aproximadamente medio minuto. Se da la vuelta a la tortilla, se unta con aceite la sartén y se echa por el otro lado.
Se bordea por fuera no con un tenedor o una espátula, que como es habitual se introduce entre la tortilla y las paredes de la sartén, sino incorporando por esa zona el huevo que quedó en el bol después de verter la mezcla de patata y huevo, por lo que no habrá que meter el tenedor o espátula. Se tiene justo hasta que se dore, no debiendo cuajarse mucho. La altura: unos 2 centímetros, por lo que es preciso adecuar la anchura de la sartén en función del volumen de tortilla. Cuando lleva cebolla, ésta se hace por separado, ya que su punto de cocción es distinto del de la patata, uniéndose al momento de echar el huevo.
Alfredo García
Restaurant;: Bar Sylkar
Pays: España
Localité: 28003 Madrid
(+34) 915545703sylkarc@hotmail.es Jours de fermeture: Sábados tarde, domingos, agosto y Semana Santa
Prix à la carte: 3,5 y 17,90 €, el pincho y la tortilla para comer en el bar respectivamente
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Esta es la tortilla que hacía en 2004 doña Concepción. Una de las pioneras en Madrid del boom que vivimos.
Pincho actual en un ambiente y un taberna ciertamente castiza.
Foto de familia: Ángel y doña Concepción, la artífice de una tortilla legendaria.
Una tortilla "casera", de las que hacia la abuela, con más de dos décadas de éxito.
Una tasca insuperablemente castiza, cuya historia se remonta al siglo pasado y que adquiere don Gregorio Monje en 1970, y que comienza a trabajar con su mujer, Conchita Marfil, en 1979. A ella han dedicado su vida padres e hijos, actualmente dirigida por Ángel, su vida y su saber. Fieles al ambiente bullicioso y a la filosofía popular que siempre le ha distinguido, brindan grandes estandartes de la gastronomía española: excelente escaparate de todo tipo de productos, decenas de tapas típicas y las fórmulas regionales más señeras; todo ello hecho con gracia y sabrosura. Todo un embajador del costumbrismo.
¿Qué tiene la tortilla de esta casa? No se caracteriza por ninguna particularidad relevante. Ha marcado la diferencia en la sensibilidad con que le ha aderezado Concepción Marfil. Mujer culta y con una mano proverbial. Ese ha sido siempre su secreto: inteligencia y buen gusto. Ha trasmitido una manera de verla y gustarle. Que ha sintonizado con miles y miles de madrileños y foráneos que han ido en su busca. Y no ahora, en 2004 ya figuraba en Madrid, junto a la de Sylcar y Tamara Casa Lorenzo, en el apartado de Tortillas de Patatas de Lo Mejor de la Gastronomía. Casas que han sido la avanzadilla en la Capital del boom que acontece.
Hoy Concepción ha hecho escuela y Ángel se ocupa que así sea en el día a día. Siguen con el proceder de siempre:
Emplean 5 patatas monalisa medianas, 7 huevos, 1/2 cebolla grande, aceite de oliva virgen extra y sal.
Justo antes de preparar cada tortilla, pelan las patatas, las lavan y cortan con cuchillo, a lo ancho, con una largura de unos 3 centímetros y un grosor de entre dos y tres milímetros.
Las echan a un bol, junto con la cebolla cortada en juliana y salan.
Mientras, sitúan una sartén con bastante aceite a fuego medio. Caliente, pero no humeante, agrega las patatas con la cebolla, donde permanecen cubiertas por el aceite, friéndose más que cociéndose, pero nunca a una llama muy viva, siempre a borbotones medios, durante unos 20 o 25 minutos. En ese tiempo, mueve las patatas cada tres minutos, para que se hagan todas por igual, homogéneamente.
Pasado ese tiempo, aproximadamente, las sacan y las dejan en un recipiente, para que escurran la grasa, para lo que se ayuda de una espumadera, con la que las presiona levemente.
Baten los huevos en un bol, hasta que están esponjosos. Incorporan las patatas escurridas con la cebolla.
Se tiene junto apenas medio minuto, lo justo para mezclar y repartir uniformemente.
Sitúan una sartén de hierro fundido de diámetro pequeño y paredes altas a fuego medio. Vierten un hilo del aceite de oliva virgen, que esparcen por toda ella. Bastante caliente, pero no humeante, agregan la tortilla, la tiene medio minuto, pasando la espumadera constantemente por los bordes exteriores. Le dan vuelta y la tiene otro medio minuto, procediendo de igual manera con la espumadera. Sacar y servir.
Concepción Marfil
Restaurant;: Bar La Ardosa
Pays: España
Localité: 28004 Madrid
(+34) 915214979maxcaddy6@hotmail.com Jours de fermeture: Siempre abierto
Prix à la carte: 3,25 y 12 €, el pincho y la tortilla de cuatro raciones respectivamente
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Vista por dentro, se ve que es un revuelto de patatas.
REVUELTO DE HUEVO, FUNDAMENTALMENTE, CON PATATAS POCHADAS, QUE TOMA FORMA DE TORTILLA.
Juan José Otero se ha hecho un nombre en el mundo de la tortilla patatas; hasta el punto de haberse convertido en un exponente en Guipúzcoa del condumio por excelencia de las barras en España. Podríamos definir su fórmula como un revuelto con forma de tortilla en el que predomina el huevo sobre las patatas con una pequeña dosis de cebolla. TIENE EVIDENTE SINGULARIDAD. La heredó de su madre, Charo Obanos (Ver foto), que empezó a hacerla en este establecimiento en 1962, si bien ha ido reformándola a su gusto, ganando en volumen y en porcentaje de huevo. Su éxito está más que refrendado por la clientela: más de quince tortillas los días laborables y unas veinticinco los sábados y domingos; lo que para la población que tiene Irún es en verdad meritorio.
Emplea 15 huevos para 3 patatas grandes, 1 cebolla, sal y aceite de oliva no virgen, para que no repercuta sobre el sabor. Las patatas se cortan en cuadrados de unos 2 centímetros, para lo que se da tres cortes a lo largo y multiples a lo ancho. Se echan, cuando esté bien caliente, a una sartén de 28 centímetros de diámetro colocada a fuego medio con un litro de aceite y la cebolla cortada en fina juliana. Se sala. Se mueve cada tres o cuatro minutos con una espátula o una cuchara de madera para que las patatas no se peguen, queden sueltas y se hagan por igual. Se dejan confitar hasta que tomen color amarillento. Repetimos que se remueven con frecuencia. Ya acabadas, se sacan y se dejan escurrir medio minuto, para que no queden luego grasientas.
Los huevos se baten, si bien, no en exceso, no tienen que quedar espumosos.
Se mezclan las patatas encebolladas con el huevo y se tienen juntos 30 segundos, que se empapen y quede el conjunto caliente.
Se sitúa la sartén con un hilo de aceite en el fuego, a tope. Se echa la mezcla de patatas, cebolla y huevo, se revuelve constantemente de fuera a dentro, hacia el centro, como si fuera un revuelto. Cuando vemos que el huevo está cremoso y medio cuajado, creamos la oblea exterior por un lado, le damos la vuelta y la tiramos sobre la sartén, donde estará justo hasta que se dore y tome la forma redonda y cuajada oportuna.
Juan José Otero
Restaurant;: Bar Txuntxurro
Pays: España
Localité: 20302 Irún (Guipúzcoa)
(+34) 943615084txuntxurro@gmail.com Jours de fermeture: Lunes
Prix à la carte: 1,5 y 4 €, el pincho y la ración respectivamente
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