7,25

Café del Nord



  • Caldereta Café del Nord

Aquí se degusta la caldereta más estructurada y magistral de la isla. Compleja en aromas y matices, su caldo se asemeja más a una excelsa crema de langosta que al caldo propio de la receta tradicional. La crema - salsa irradia tanta personalidad que no aconsejo suavizarla ni desvirtuarla añadiendo rebanadas de pan. Para el gozo completo hay que enfrentarse a ella en un ineludible cara a cara que tendrá como única salida un auténtico Big Bang sensorial. Navegar en sus delicadas fragancias de brandy de Jerez y corteza de naranja, mientras dejamos que la sustanciosidad de su base enigmática ahogue las papilas gustativas, es un billete de ida sin retorno hacia el placer desbocado.
Respecto a la reina del mar menorquín, aparece radiante, engalanada con un ropaje que ya se ha dejado claro que está más que a la altura, para desnudarse al son del fastuoso ágape y mostrar así la bravura de sus carnes prietas que cual encantadora de serpientes, al captar la atención, embelesa.
Cuando rompe a hervir, se baja la intensidad a suave, manteniendo pochando hasta que la liliácea se ablande. Justo cuando va a empezar a tomar color, agrega un kilo de tomate, sólo la pulpa triturada y tamizada, sin caldo ni pepitas, se sala, se añade una pizca de azúcar y se deja concentrar pausadamente durante una hora y media, removiendo de vez en cuando. Terminada, se deja reposar. En una cazuela de barro deposita el sofrito, la cabeza, las patas y las antenas del bicho, así como su sangre. Tiene a fuego medio-suave unos diez minutos. Transcurridos, sube la intensidad y flamea con dos centilitros de brandy de Jerez. A continuación, vierte dos litros y medio de agua hirviendo, aromatizada sutilmente con una corteza de naranja, desposeída de la zona blanca. Desde que brotan los borbotones, tiene seis minutos. Pasados éstos se echan los medallones de langosta cortados con su caparazón, destripados, que cuecen cuatro minutos, más o menos, dependiendo del tamaño.
Tritura en una túrmix cuatro dientes de ajo, las hojas de cuatro ramas de perejil, el coral de la langosta o langostas, también la sangre, batiendo persistentemente hasta conseguir una masa uniforme. Seguidamente, lo monta, como si de una mayonesa se tratase, con aceite de oliva de 0,4º. Agrega el caldo en que ha cocido la langosta con el sofrito y vuelve a triturar todo, hasta obtener una sopa espesita. Al momento de servir, incorpora los medallones y pone a calentar, sin que llegue a hervir. Vamos, una caldereta inteligente y finolis.

 

*(Valentín Alcaide era el cocinero del lugar)

Valentín Alcaide
Restaurant;: Café del Nord
Pays: España
Localité: 07748 Playas de Fornells. Mercadal (Menorca)
Adresse: Centro Comercial Playas de Fornells, 5
mapa
(+34) 971376697
Jours de fermeture: Sólo abre del 15 de junio al 15 de septiembre
Prix à la carte: Sobre 65 €


Valentín Alcaide
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7,5

El Nuevo Molino

José Antonio González
Pays: España
Localité: 39478 Puente Arce (Cantabria)
Adresse: Barrio Monseñor, 1 B
mapa
(+34) 942575055
Jours de fermeture: Domingos noche y martes
Prix à la carte: 55/100 €
Prix menu de dégustation: 58 €


  • Lenguado, Resina de Fresa, Cachón a la Plancha y Algas
  • Rabas de Calabar Fritas con Pan de Gambas y Alioli con sus Tintas
  • Yema de Huevo con Crema de Cocido Lebaniego, Carpaccio de Panceta y Zancarrón, Tacos Crujientes de Chorizo y Garbanzos Crujientes
  • Merluza con Jugo de Berberechos en Salsa Verde
  • Rabo de Vaca Estofado al Vino Tinto con Guisantes y Ajos Tiernos
  • Lomo de Venado, Torrija de Cebolla Roja, Rejilla de Cacao, Jugo de Carne y Roca de Limón y Purés
  • Yogur de Tapioca, Leche, Arándanos y Coco
  • Bacalao al Pil Pil: Sobao Pasiego con Crema de Piña y Almendras Fileteadas Tostada

     El Nuevo Molino, de la misma propiedad que El Serbal, fue abierto por el ínclito Victor Merino en la década de los setenta del siglo pasado con el nombre de El Molino y refundado y rebautizado hace unos años por Rafael Prieto y Toño González, tras el prestigio adquirido en el establecimiento de Santander. Ambos restaurantes obstentan una estrella Michelín y son referencia tanto en la hosteleria de lujo como en la culinaria española. Estamos, pues, ante un establecimiento histórico, más vigente que nunca y con un futuro cada día más brillante.
     Platos ciertamente inteligentes y sabios que se inspiran en los productos y recetas regionales para reinventar la cocina cántabra satisfaciendo a todos los gustos. Una filosofía infalible con materielización eficiente, eminentemente moderna, pero siempre muy centrada, desde los puntos de cocción hasta en las salsas y complementos.
     Valga como ejemplo de lo aseverado la conversión en un gran plato de las populares rabas. Se lleva a cabo manteniendo la esencia de los calamares fritos. Cuatro trozos del cuerpo de un cefalópodo grande, el calamar hermoso es el mejor para la fritura, y nuestro preferido para casi todo tipo de preparaciones, dada su mayor consistencia y sabor, cuatro trozos de unas dimensiones considerables, unos 12 centímetros de largos por 1 centímetro de anchos, de masticar, se pasan levemente por un pan de gambas, que venden en pastillas en Makro o tiendas chinas, que se trituran en la Thermomix, para ser fritos en aceite con ese empanado, que aporta gusto y un dorado rojizo sin afectar la inmaculabilidad del ingrediente principal. Estas rabas, que dan miedo por su tamaño, salen como terroríficos tentáculos de una copa tulipa, en la que hay depositada una riquísima marea negra, marea negra que sabe a alioli, un alioli teñido con las tintas. Con todo ello hay que ponerse a jugar, a comer un trozo inmaculado de raba y, luego, untarla al gusto, con más o menos alioli negro, unas veces con poco, otras con algo más, guarri-guarri, en medio no las untas….Todo eso echando mano al cefalópodo, sin miedo a pringarse, con el primer tenedor que existió y que ahora han puesto de moda algunos restaurantes de vanguardia, pero que no es nada nuevo, ya siempre se ha utilizado en las casas y tabernas ese tenedor, las pintas de carne y hueso. Ni que decir tiene que estas rabas de alta cocina son muy españolas: fritas, con alioli, con la presencia de la tinta negra y con ese toque chino en el rebozado, que no es ni mejor ni peor que el de la harina, que le da cierta gracia, el pan de gambas. Muy españolas, muy informales y harto gustosas.
     Un nueco  testimonio de inspiración en los condumios locales, en este caso en el cocido lebaniego, para convertirlo en talentosa formula de postín: Yema de huevo, explosiva, cruda y caliente, sobre una aterciopelada crema verdosa, muy viva, confeccionada con la sopa del cocido y un licuado de repollo escaldado, suculenta crema que cobija apetitosas láminas de panceta y zancarrón de ternera, así como garbanzos y dados de chorizo, ambos crujientes. No puede ser más recurrente, ni más entrañable, ni más efectivo. Toño González antes de dedicarse a la alta cocina oficiaba en Cosgalla, entre Potes y Fuente Dé, en el Mesón del Oso, restaurante que siempre hizo como nadie el cocido levaniego...lo que ha sido decisivo para montar tan inspirada fórmula.
      La merluza del Cantábrico, de una nobleza extraordinaria, más de 4 kilos la pieza, exultante de frescor, sale inmaculada, tornasolada, jugosísima, dispuesta sobre una salsa verde reinventada, ya que se aligera y esbeltiza hasta lo inaudito, convirtiendose en un exultante jugo de berberechos perfumado con ajo y perejil, que atesora también el gusto del pescado, preservando el marisco todo su ser, su manjarosidad plena, un complemento manjaroso que rivaliza con el ingrediente principal.
     El lenguado a la plancha, sin espinas, con resina de fresa, dados de cachón y algas crudas no puede ser más clarividente y estético. Con cuatro elementos, nobilísimos ellos, apenas tocados, dispuestos en su máxima naturalidad, marca la diferencia. Pureza extrema y un toque diferenciador con la resina atemperada y agridulce de fresas; en pincelada que se puede coger y comer a cuenta gotas. Las ostras a la plancha, crudas y tibias, sobre jugo de manzana verde, con dos tiras de esta encima, a la manera de juliana y con la compañía, en un espacio diferente, en un tiempo distinto, de un originalísimo y exquisito sándwich tostado de la citada fruta en puré con caviar, nos vuelven a constatar la intenciones de la cocina y su estelar nivel.
     La vaca es otro simbolo de Cantabria. Un rabo estofado cientificamente y embebido de vino, se presenta deshuesado y servido en cuadrados cubiertos de una pasta crujiente, que al romperse sueltan sustanciosas esencias, fortaleciendo el gusto del guiso, estando las carnes jugosas y gelatinosas a más no poder. Unos guisantes pelados, un incipientes ajos tiernos...entre otras verduras, completan un plato contundente y sobrio ante el que hubo constantes esclamaciones ¡Qué rico!
Otro relumbrón: el lomo de venado, rojo, jugoso, tierno...impecable, atrezzado con una estructura clásica reinventada en las formas y técnicas: una gulesca torrija de cebolla roja, una rejilla de cacao, una roca de limón, un jugo de carne...la intemerata.
      Un trapantojo que refrendo el estilo de El Nuevo Molino. El bacalao al pil pil era un fenomenal sobao, esponjoso, suculento, con inconfundible regusto a mantequilla, cubierto por un exótico puré de piña, que daba el pego, que le iba de perlas, en cuanto le refrescaba y con otro pego, unas laminas que parecian ajos y que en realidad eran filetes de almendra tostada. Al que siguió otro que viene a ser representar a su vez poner una tarta a la puerta de un colegio. A por él: yogur de tapioca con nata, arándanos con su almíbar y coco. Saciador, dulce, cremoso... y recordándonos al arroz con leche.
    Una cocina madura en su innovación.

 

 

 

 

 

 

 



7

Tortilla de Patatas, Bar Sylkar



  • La tortilla de patatas notable más legendaria de Madrid, medio siglo le avala.

  • La fórmula más extendida en el país con el aliciente de la jugosidad

  • Con o sin cebolla.

  • Alfredo y María durante el XIV Campeonato de España celebrado en Alicante Gastronómica 2021.

  • En pincho, en la barra y en pieza, en el comedor. De una u otra forma en la Terraza.

 

 LA TORTILLA NOTABLE MÁS LEGENDARIA DE MADRID; y con neta diferencia. Lleva desde 2002 en el apartado que al “As de Oros de la Gastronomía” española ha dedicado Lo Mejor de La Gastronomía, primero en la guía de papel y luego online.  Una trayectoria ejemplar, que Alfredo y María heredan de sus padres, Alfredo y María García a su vez, que en 1970 abren el actual bar, que desde sus orígenes se distingue por ofrecer buenos productos, algunos apetitosos platos populares y la tortilla de patatas, que es la que les ha dado y da mucha y celebrada fama. Por tanto, DOS GENERACIONES Y MÁS DE MEDIO SIGLO AVALAN LA TORTILLA DE PATATAS DE SYLCAR.

 Se ofrece tanto en la barra para picar como en las mesas situadas en el primer piso para comer, sin o con cebolla, a la que si place aderezan con diferentes alternativas: pisto y jamón, ajetes y lacón, espinacas y bonito en escabeche y chorizo, guisantes, pimientos... paisana, en suma. UNA TORTILLERÍA PIONERA, ADELANTADA A SU TIEMPO.

 LA FORMULA RESPONDE A LA IDENTIDAD MÁS EXTENTIDA EN EL PAÍS, A LA QUE ALFREDO Y MARÍA IMPREGNAN DEL SABER DE QUIENES LLEVAN TODA LA VIDA TRIUNFANDO CON ESTE CONDUMIO.

 Para cuatro raciones emplean 1,5 kilo de patatas monalisa, 6 huevos, abundante aceite de oliva virgen extra y sal. Procedimiento: primero pelan las patatas y las cortan en máquina, que les ofrece láminas largas de unos 2,5 milímetros de grosor. Se salan y se echan a una sartén de dos asas de hierro fundido, con unos treinta años de vida, con abundante aceite, de manera que naden en rebosante grasa, quedando cubiertas por unos tres centímetros. Se «confitan» con ligeros borbotones, hasta que estén tiernas, lo que puede tardar hasta una hora. Una vez hechas, se mantienen en el aceite, que estará únicamente al calor del pitorro, para que no se enfríen. En el momento que demandan una tortilla, se baten los huevos en un bol incansablemente, hasta que queden muy, pero que muy esponjosos. Se incorporan las patatas, que se extraen en ese instante del aceite, escurriéndolas meticulosamente. Se mezcla y unifica. Se vierte el contenido del bol sobre la sartén, que estará a fuego medio fuerte, bañado y escurrido, teniendo aproximadamente medio minuto. Se da la vuelta a la tortilla, se unta con aceite la sartén y se echa por el otro lado.
Se bordea por fuera no con un tenedor o una espátula, que como es habitual se introduce entre la tortilla y las paredes de la sartén, sino incorporando por esa zona el huevo que quedó en el bol después de verter la mezcla de patata y huevo, por lo que no habrá que meter el tenedor o espátula. Se tiene justo hasta que se dore, no debiendo cuajarse mucho. La altura: unos 2 centímetros, por lo que es preciso adecuar la anchura de la sartén en función del volumen de tortilla. Cuando lleva cebolla, ésta se hace por separado, ya que su punto de cocción es distinto del de la patata, uniéndose al momento de echar el huevo.

Alfredo García
Restaurant;: Bar Sylkar
Pays: España
Localité: 28003 Madrid
Adresse: Espronceda, 17
mapa
(+34) 915545703
Jours de fermeture: Sábados tarde, domingos, agosto y Semana Santa
Prix à la carte: 3,5 y 17,90 €, el pincho y la tortilla para comer en el bar respectivamente


Alfredo García
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7

Tortilla de Patatas, Bar La Ardosa



  • Tortilla Bar La Ardosa
  • Esta es la tortilla que hacía en 2004 doña Concepción. Una de las pioneras en Madrid del boom que vivimos.

  • Pincho actual en un ambiente y un taberna ciertamente castiza.

  • Foto de familia: Ángel y doña Concepción, la artífice de una tortilla legendaria.

  • Una tortilla "casera", de las que hacia la abuela, con más de dos décadas de éxito.

 

 Una tasca insuperablemente castiza, cuya historia se remonta al siglo pasado y que adquiere don Gregorio Monje en 1970, y que comienza a trabajar con su mujer, Conchita Marfil, en 1979. A ella han dedicado su vida padres e hijos, actualmente dirigida por Ángel, su vida y su saber. Fieles al ambiente bullicioso y a la filosofía popular que siempre le ha distinguido, brindan grandes estandartes de la gastronomía española: excelente escaparate de todo tipo de productos, decenas de tapas típicas y las fórmulas regionales más señeras; todo ello hecho con gracia y sabrosura. Todo un embajador del costumbrismo.  

¿Qué tiene la tortilla de esta casa? No se caracteriza por ninguna particularidad relevante. Ha marcado la diferencia en la sensibilidad con que le ha aderezado Concepción Marfil. Mujer culta y con una mano proverbial. Ese ha sido siempre su secreto: inteligencia y buen gusto. Ha trasmitido una manera de verla y gustarle. Que ha sintonizado con miles y miles de madrileños y foráneos que han ido en su busca. Y no ahora, en 2004 ya figuraba en Madrid, junto a la de Sylcar y Tamara Casa Lorenzo, en el apartado de Tortillas de Patatas de Lo Mejor de la Gastronomía. Casas que han sido la avanzadilla en la Capital del boom que acontece.

 Hoy Concepción ha hecho escuela y Ángel se ocupa que así sea en el día a día. Siguen con el proceder de siempre:

 Emplean 5 patatas monalisa medianas, 7 huevos, 1/2 cebolla grande, aceite de oliva virgen extra y sal.

Justo antes de preparar cada tortilla, pelan las patatas, las lavan y cortan con cuchillo, a lo ancho, con una largura de unos 3 centímetros y un grosor de entre dos y tres milímetros.

 Las echan a un bol, junto con la cebolla cortada en juliana y salan.

Mientras, sitúan una sartén con bastante aceite a fuego medio. Caliente, pero no humeante, agrega las patatas con la cebolla, donde permanecen cubiertas por el aceite, friéndose más que cociéndose, pero nunca a una llama muy viva, siempre a borbotones medios, durante unos 20 o 25 minutos. En ese tiempo, mueve las patatas cada tres minutos, para que se hagan todas por igual, homogéneamente.

Pasado ese tiempo, aproximadamente, las sacan y las dejan en un recipiente, para que escurran la grasa, para lo que se ayuda de una espumadera, con la que las presiona levemente.

 Baten los huevos en un bol, hasta que están esponjosos. Incorporan las patatas escurridas con la cebolla.
Se tiene junto apenas medio minuto, lo justo para mezclar y repartir uniformemente.

 Sitúan una sartén de hierro fundido de diámetro pequeño y paredes altas a fuego medio. Vierten un hilo del aceite de oliva virgen, que esparcen por toda ella. Bastante caliente, pero no humeante, agregan la tortilla, la tiene medio minuto, pasando la espumadera constantemente por los bordes exteriores. Le dan vuelta y la tiene otro medio minuto, procediendo de igual manera con la espumadera. Sacar y servir.

Concepción Marfil
Restaurant;: Bar La Ardosa
Pays: España
Localité: 28004 Madrid
Adresse: Colón, 13
mapa
(+34) 915214979
Jours de fermeture: Siempre abierto
Prix à la carte: 3,25 y 12 €, el pincho y la tortilla de cuatro raciones respectivamente


Concepción Marfil
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7

Tortilla de Patatas, Txuntxurro



  • Vista por dentro, se ve que es un revuelto de patatas.

 

REVUELTO DE HUEVO, FUNDAMENTALMENTE, CON PATATAS POCHADAS, QUE TOMA  FORMA DE TORTILLA. 

Juan José Otero se ha hecho un nombre en el mundo de la tortilla patatas; hasta el punto de haberse convertido en un  exponente en Guipúzcoa del condumio por excelencia de las barras en España. Podríamos definir su fórmula como un revuelto con forma de tortilla en el que predomina el huevo sobre las patatas con una pequeña  dosis de cebolla. TIENE EVIDENTE SINGULARIDAD.  La heredó de su madre, Charo Obanos (Ver foto), que empezó a hacerla en este establecimiento en 1962, si bien ha ido reformándola a su gusto, ganando en volumen y en porcentaje de huevo. Su éxito está más que refrendado por la clientela: más de quince tortillas los días laborables y unas veinticinco los sábados y domingos; lo que para la población que tiene Irún es en verdad meritorio.
Emplea 15 huevos para 3 patatas grandes, 1 cebolla, sal y aceite de oliva no virgen, para que no repercuta sobre el sabor. Las patatas se cortan en cuadrados de unos 2 centímetros, para lo que se da tres cortes a lo largo y multiples a lo ancho. Se echan, cuando esté bien caliente, a una sartén de 28 centímetros de diámetro colocada a fuego medio con un litro de aceite y la cebolla cortada en fina juliana. Se sala. Se mueve cada tres o cuatro minutos con una espátula o una cuchara de madera para que las patatas no se peguen, queden sueltas y se hagan por igual. Se dejan confitar hasta que tomen color amarillento.  Repetimos que se remueven con frecuencia. Ya acabadas, se sacan y se dejan escurrir medio minuto, para que no queden luego grasientas.
Los huevos se baten, si bien, no en exceso, no tienen que quedar espumosos.
Se mezclan las patatas encebolladas con el huevo y se tienen juntos 30 segundos, que se empapen y quede el conjunto caliente.
Se sitúa la sartén con un hilo de aceite en el fuego, a tope. Se echa la mezcla de patatas, cebolla y huevo, se revuelve constantemente de fuera a dentro, hacia el centro, como si fuera un revuelto. Cuando vemos que el huevo está cremoso y medio cuajado, creamos la oblea exterior por un lado, le damos la vuelta y la tiramos sobre la sartén, donde estará justo hasta que se dore y tome la forma redonda y cuajada oportuna.

Juan José Otero
Restaurant;: Bar Txuntxurro
Pays: España
Localité: 20302 Irún (Guipúzcoa)
Adresse: Plaza Pío XII, 5 Bajo
mapa
(+34) 943615084
Jours de fermeture: Lunes
Prix à la carte: 1,5 y 4 €, el pincho y la ración respectivamente


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7,5

Tortilla de Patatas, Rest. La Casilla



 

  Todavía es mítica en toda Galicia la tortilla de patatas de La Casilla, establecimiento al que muchos llaman, a saber por qué, Las Casillas. Un clásico, de toda la vida, de 1.935, que hizo de la tortilla su emblema, sobre el que cimentó su fama. Y con su fama, la de una manera de entender la tortilla, que conquistó el mundoy del que se siente orgullosa Betanzos, que la practica en decenas de establecimientos y exporta por múltiples lares. Este fue el sitio en el que Angela Rivera Valiño hizo historia, con la que prosiguió la familia.

  Hoy La Casilla es la resultante de la fusión de la vieja casa y de otro restaurante señero de Betanzos en las últimas décadas del siglo XX: Edreira. Son quienes  desde 1.990 llevan  La Casilla. Y sigue habiendo –casualidad– una doña Angelita, Angelita Fernández Gómez, quien  tiene el mango de la sartén, que va dejando  a su hijo Jorge Amor Fernández.

  Patata gallega, a poder ser,  huevos camperos.   La tortilla no es gruesa, pero sí jugosa, respetuosa con la doctrina originaria. Sin más ingredientes: una pieza para cuatro, la más habitual, lleva como 600 gramos de patatas, cortadas en láminas finas en sentido transversal y fritas alegremente en aceite de oliva a alta  temperatura, para cerrar sus poros y evitar que se engrase su interior. Cada tortilla de ese tamaño lleva catorce huevos, poco batidos; a veces se nota en la disociación de claras y yemas. Doña Angelita da cuatro vueltas a la tortilla, «para que no se escape el huevo». La tortilla es suculenta, cremosa, muy jugosa. Ha de servirse con cuchara, como mandan los cánones de la tortilla betanceira. Es, ya decimos, el plato rey: no hay prácticamente mesa que no presida el amarillo reventón de la tortilla española. Lo demás es, casi, un mero complemento. Desde luego, hay uno muy recomendable, que originó el gran prestigio del desaparecido Edreira: la carne «asada» a la gallega, en la que la estrella son… las patatas, impregnadas de los jugos cárnicos, auténticas joyas en forma de tubérculo.
  Otra buena especialidad son los callos a la gallega con garbanzos. Y, claro, el caldo gallego. Los postres son, como todo, sumamente tradicionales o industriales. Y la bodega es, más bien, convencional. Lo que importa es… la tortilla.

Angelita Fernández Gómez
Restaurant;: Rest. La Casilla
Pays: España
Localité: 15300 Betanzos (A Coruña)
Adresse: Avda. de Castilla, 90
mapa
(+34) 981770161
Jours de fermeture: Domingos noche y lunes
Prix à la carte: 11 € la ración


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7,5

Tortilla de Patatas, Rest. El Tahití



  • Tortilla Restaurante El Tahití

Tanto si desea comer informalmente como tomarse un pincho, la tortilla de patatas de esta casa le espera. Sin lugar a dudas, una de las mejores de España. Aseveración que viene propiciada tanto por la cantidad de satisfacción palatal que proporciona como por la singularidad de la elaboración. La artífice, Irene Ibáñez, hace una especie de terrina de patatas confitadas simplemente chafadas, con forma redonda y ligeramente dorada; una tortilla en la que reina absolutamente la patata, que se muestra muy sabrosa por su prolongado cocimiento, así como por cierta impregnación en aceite y en la que la escasez de huevo no constituye un impedimento para la jugosidad; sale homogénea. La técnica empleada es milagrosa. Irene pela las patatas que precisa para toda una tarde y las deja en entero en un gran balde cubiertas de agua.
Según se vayan a necesitar, se cortan en pedazos irregulares de unos 3 centímetros de largo por 2 de ancho y 1,5 de alto, aproximadamente. Se lavan y se ponen en un escurridor, esperando turno. Las que se requieren para tres o cuatro tortillas, se hacen a la vez en una sartén grande con mucho aceite de girasol de la marca Urzante. Se echan cuando está caliente y siempre a fuego vivo, pero la patata se cuece, curiosamente, en la grasa dada la cantidad situada en el recipiente. Se salan y se tienen unos veinte o veinticinco minutos, en los que se les da la vuelta unas cuantas veces para que se cuezan por igual. Se depositan en otro escurridor y se deja que suelten la grasa que han chupado anteriormente. Al momento de poner en marcha una tortilla, se coloca una sartén a fuego vivo, en la que se ponen 500 gramos de patatas confitadas y escurridas. Se tienen dos o tres minutos, en los que sueltan el aceite absorbido que les queda, a la vez que se aplastan un poco las más grandes. Pasado ese tiempo, se echan dos huevos batidos, se remueve como si fuese un revuelto y, un minuto después, se agregan otros dos huevos batidos en la superficie superior; sin dar tiempo a que se cuajen se da la vuelta a la tortilla y se tiene unos instantes, justo hasta que tome color amarillo ligeramente dorado, se retira inmediatamente y se sirve con esa bella cara mirando al cielo. Altura, dos dedos.

Irene Ibáñez
Restaurant;: Rest. El Tahití
Pays: España
Localité: 26001 Logroño (La Rioja)
Adresse: Laurel, s/n
mapa
(+34) 941223309
Jours de fermeture: Domingos
Prix à la carte: 13 € la tortilla


Irene Ibáñez
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7,5

Tortilla de Patatas, Rest. Bedua



  • Tortilla Restaurante Bedua

Célebre por sus angulas de captura propia, por sus asados de pescados y carne a la brasa (véase el apartado destinado a Las Mejores Chuletas) y por su tortilla de patatas, que Isabel Antia, esposa de José Mari Iriondo, cocinera ella y parrillero él, oficia según fórmula que ha ido transmitiéndose de generación en generación y que ya servían años ha, cuando este establecimiento era un simple merendero. En realidad es un revuelto de patata y huevo que se hace por un solo lado y al que se le da forma de tortilla francesa. Además, se caracteriza por otros muchos matices que le confieren una personalidad arrolladora dentro de la mayor de las simplezas.
Para empezar, Isabel emplea patatas de su huerta, que corta en trozos hermosos, los más crecidos entre todas las tortillas aquí seleccionadas: unos 3 centímetros de largo, por unos 2 de ancho y unos 4 milímetros de grosor; siempre partidos irregularmente. Las patatas se echan a una sartén de hierro fundido de paredes muy altas con dos asas cuando el aceite de oliva de 1º, abundantísimo, que cubra más de un dedo las patatas, esté borboteando. Se dejan freír más que cocer a suaves borbotones hasta que la patata esté hecha, en ese tiempo se dan frecuentes vueltas para que la fritura presente un color homogéneo; el punto se comprueba tocándolas con la mano. Hechas, se sacan, escurren y pasan a una cazuela de porcelana con aceite –no ha de cubrirlas ni mucho menos–, se sazonan con sal y se dejan tapadas hasta el instante en que se demande una tortilla. Sucedido lo cual, se coge un cucharón, que aproximadamente corresponde a una patata por comensal, evidentemente ya frita y se vierte sobre la sartén.
Para cuatro, el equivalente a cuatro patatas, que estarán impregnadas del aceite en el que reposan. Ya calientes, se hacen a fuego medio-fuerte, se echan 2,5 huevos por persona, 10 en el caso que nos ocupa, batidos y se revuelve constantemente con una cuchara grande de madera, como si estuviésemos oficiando un revuelto. Ya casi a punto, se pone la sartén en desnivel, se sitúa la tortilla sobre la pared más baja y se le da forma de francesa, cuajando el lado que está en contacto con el recipiente. Conseguido, se saca a una fuente con un giro rápido, de manera que la zona que no se hizo quede abajo en la vajilla, sin que nadie perciba que por uno de los lados no se hizo.

Isabel Antia
Restaurant;: Rest. Bedua
Pays: España
Localité: 20750 Zumaia (Guipúzcoa)
Adresse: Ctra. Zumaia-Meagas. Barrio Bedua
mapa
(+34) 943860551
Jours de fermeture: Domingo noche
Prix à la carte: 5 € la ración


Isabel Antia
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8

Zaranda

Fernando Pérez Arellano
Fernando Pérez Arellano
Pays: España
Localité: 07609 LLucmayor (Mallorca)
Adresse: Camí de Sa Torre, Km. 8,7
mapa
(+34) 971010450
Jours de fermeture: Lunes y mediodía.
Prix à la carte: 90/120 €
Prix menu de dégustation: 76, 82 y 100 € €


  • Gamba sabayón Thai
  • Gamba con Sabayón Thai
  • Ensalada de Remolachas y Anchoas con Trufa
  • Ostra con Gazpacho de Tomate Verde, Pepino y Bolitas de Melón
  • Yema con Salsa y Caviar de Sepia
  • Cap Roig o Escórpora con sus Escamas Fritas y Trampó de sus Callos con Trigo Duro
  • Pavé de Lengua de Ternera Confitada y Glaseada
  • Paloma torcaz con pastel de foie gras
  • Paloma Torcaz con Pastel de Foie Gras
  • Grouse flameada al malta
  • Grouse Flameada al Malta

 Llegar y besar el santo; Zaranda se ha convertido en un santiamén en el restaurante más interesante y mejor de Mallorca. No puede extrañar a nadie, dado, por un lado, la aburrida situación de la culinaria balear, con contados proyectos gastronómicos de alto nivel atractivos, y, por otro, la formación e indudable carisma culinario de Fernando Pérez Arellano. Carisma, hemos dicho bien, pues aunque su sensibilidad, su manera de articular evidencian por lo general formas académicas y eruditas sabe proyectar una evidente personalidad, haciendo que las propuestas resulten diferentes y modernistas. Estamos, pues, ante construcciones coquinarias muy estudiadas, muy técnicas, muy nobles, nobilísimos géneros, que denotan madurez y una conciencia rigurosa. Se busca y consigue la diferencia sin entrar en vanguardismos o alardear de excesos de originalidad. Sabiduría libérrima que transmite saber hacer y tranquilidad y que posibilita momentos muy lucidos.
Hay cuatro platos, absolutamente consagrados, que constituyen una gratísima obligación. El primero las ostras, las mejores, Guillardeau, que nadan en un aterciopelado gazpacho de tomate verde, sobre una juliana de pepino y con unas bolitas de melón, deparando vibrantes y armónicos contrastes. El segundo es una colección de fuegos artificiales con el huevo como protagonista. En lugar de la cáscara un esfera de tinta de cefalópodo. Dentro, una yema de huevo cruda y caliente, que al romper la primera, brota torrencialmente por el plato. A un lado, un arroz inflado y junto a este, un falso caviar de sepia. Como base, un puré de cebolla. Mucho ingenio, infinito valor añadido, para llevar un humilde y “saciador” condumio a una exhibición culinaria. Tercer momento estelar lo brinda la morena, perseverantemente desespinada, que se ofrece con la piel crujiente, engalanada inteligentemente sobre una cama de lombarda y con un jugo concentrado, marchoso, canallesco, de sardinas y raifort, que fortalece la gelatinosidad del pescado. No puede estar mejor, repetimos, no puede estar mejor el pavé de lengua de ternera, confitada y glaseada, tierna y suculenta, con una ensalada tibia de patata y puerro confitados.
Estos platos suelen formar parte de los tres menús que ofrece Fernando, por uno de ellos habrá que optar. No podemos olvidar las majestuosas gambas de Soller, que se ofrecen tibias, apenas calientes, naturalísimas, sobre un vibrante sabayón Thai, que entona la boca sin repercutir al marisco, además de con adornos vegetales al dente. Más materia prima 10 tratada buscando su máxima exultancia: calamarcitos de potera confitados sobre un estofado de mongetas, ajetes y camaiot. A su vez hay que destacar un formidable bonito, jugoso a más no poder, inmaculado también, que se dispone junto a una preciosista y exquisita tabouleh y un apetitoso puré de garbanzos al comino. El chef es un número uno en la caza y en las aves en general, por lo que siempre hay que incluir el plato que se ofrezca en ese momento. Los escaldums de pintada con vino rancio y frutas pasas es la mejor pintada que nunca comimos en España; ni más ni menos. Por la bondad de las carnes, mantequillosas y gustosísimas, dado el magnifico tratamiento técnico dispensado.
Por lo demás, el restaurante es un lujo, comer en medio del patio del monumental Hotel Hilton Sa Torre es una vivencia imborrable. Un baño de importancia.

 



Earth and Sea Squids

Earth and Sea Squids
Rodero
Cuisinier: Koldo Rodero
Pays: España
Localité: 31002 Pamplona (Navarra).
Adresse: Arrieta, 3
(+.34) 948211217

This proposal is synonymous with minimalist genius based on seasons. We first tried the squid cubes with daikon, then the reversed version, in which radish was replaced by thistle, one of the emblematic vegetables from Navarra. The truth is that we don’t know how the cook can give us so much pleasure with so few elements: a velvety black sauce with a clear flavour of the cephalopod stains the bottom of the dish and welcomes some squid rectangles with raw and slightly warmed thistle or daikon which preserve all their purity and naturality. At the first bite, the mouth gets inundated with oceanic and earthy contrasts, linked together through the ink.



La Recette



 

 
INGREDIENTS:
 
1 squid (1 kg)
1 heart of red thistle
1 Espelette pepper
4 dl squid sauce
2 onions
1 green pepper
½ garlic clove
1 k squids (tentacles and other parts)
Fresh ink
2 l soft fish broth
½ ham chungur (final part with bone and skin)
100 g cod tripe
½ glass Txakoli wine
Extra virgin olive oil
Salt
 
 
Make a good black sauce. Stew the vegetables until caramelized, add meats, squids and wine, reduce and add the broth.
Reduce ¾ part, fold the ink and cook.
Add salt and texturize. Set aside.
 
Once cleaned, chop the one-kilo squid into 2-cm2 cubes.
Cut the thistle heart likewise and vacuum-cook at 70º C for 30 minutes. Let cool.
 
FINISHING:
 
Place a spoonful of ink sauce on the bottom of the dish.
Warm the squids together with the thistle into a frying pan without browning.
Arrange onto the sauce and add finely julienned Espelette pepper.
Finish with some drops of Arbequina olive oil.