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Arroces, La Rosa



  • Arroz meloso con ortigas de mar
  • Arroz meloso con ortigas de mar

Algunos hosteleros valencianos están descubriendo las algas y también las denominadas ortigas de mar, según la zoología pertenecientes a los antozous. Van muy bien, esencialmente, para los arroces marineros, ya que del mar provienen. Esto podría dar pie a una nueva clasificación de los arroces: mar y marisma, marjal o zonas pantanosas, al igual que existe el “mar y montaña”, más bien piscifactoría y granja. Sino de los tiempos. En fin.
La Rosa tiene justa fama por la calidad de sus materias primas. Se fundó, como merendero para las clases populares, en 1925. Pedro Contell y Juanmi, continuadores del negocio familiar a partir de 1980, han conseguido concitar elogios por su deseo de evolución –apartado producto- en un contexto populista y turístico a causa de que Orson Welles y Hemingway se comieron varias paellas playeras y acabaron con jarras inmensas de sangría cuando visitaban Valencia para las corridas de toros de Fallas o de la Feria de Julio.
Julio Saura y Rafael Monteagudo han puesto en circulación el año 2001 este arroz meloso con caldereta de tefón, aunque también pueden guisarlo en paella. Nosotros lo preferimos en caldereta y no seco, estilo paella seca.
Se parte, como es ortodoxia, de un caldo de pescados de roca o simplemente del día, aprovechando aquellas partes no comercializables, práctica común en la hostelería y en los domicilios más puestos. Se sofríen con aceite de 0,4º unos chipirones y las ortigas (de Vinaroz). Tras unas vueltas, hay que poner alcachofas cuarteadas (en temporada; si no es el tiempo, sirve otra verdura o hasta unos “boletus edulis”) y habas peladas. Se añade un tomate natural, maduro, triturado y tamizado, más ajo muy picado. Acto seguido, la morralla u otros pescados utilizables.
Una cocción de todo el conjunto durante unos cinco minutos es el lapso de tiempo correcto para echar el arroz, en este caso de la calidad granza. Catorce minutos a fuego medio-alto y otros tres de reposo para que se trabe el caldo y llegue a la mesa meloso. Una loable alternativa a los sota, caballo y rey del abanico arrocero de la ciudad, restringido a seis u ocho fórmulas no siempre por falta de iniciativa de los hosteleros, sino, lo más a menudo, a causa del conservadurismo de la clientela.

Julio José Saura
Restaurant;: La Rosa
Pays: España
Localité: 46011 Playa de las Arenas (Valencia).
Adresse: Paseo Neptuno, 70 (Playa de Las Arenas).
mapa
(+34) 963712076.
Jours de fermeture: Las noches de sábados y domingos
Prix à la carte: 20 € la ración


Julio José Saura
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7,5

Arroces, Can Cantó



  • Arroz de Puchero de Pulpo
  • Arroz de Puchero de Pulpo

Esta casa rinde culto a la culinaria regional de la zona, pero no de modo arqueológico o zafio, defectos que demasiado a menudo concurren en la añoranza de la cocina de la abuela, a pesar de que casi nadie ignora que no todas las abuelas han tenido finura, gracia o instinto para librar al recetario popular de grasas, cocciones exageradas y malhadados inventos (el refrito de ajos o las cazuelas atiborradas de patatas y chorizo). La inteligencia, la observación y la sensibilidad mejoran la ignota cocina de la abuela y ello sin renunciar a sus elementos y características principales, pero que, tamizados por esos cedazos, dan como resultado una positiva relectura de la tan mitificada abuela.
El que hemos titulado arroz de puchero de pulpo, a efectos prácticos, se llama, en realidad, puchero de pulpo, a secas. Podríamos afirmar y así lo hacemos, que es una variante pescadora de la gran familia universal de los pucheros, cocidos, pot au feu y demás maneras de cocer casi en crudo, durante horas, una variedad de géneros, cárnicos, legumbres, verduras y hortalizas. Cocinar hizo al hombre, según Faustino Cordón y cuando nuestros antepasados inventaron los recipientes, nacieron todos los pucheros y ollas del mundo, chauvinismos al margen.
Naturalmente, la cultura puede perfeccionar nuestros orígenes y nuestras maneras de elaborar ollas y pucheros. El origen de este espléndido restaurante, inaugurado en 2002, es una antigua fonda para viajantes de comercio, fundada por Ximo Ivars en los años cuarenta del siglo XX. Su nieto, también Ximo y su mujer, Luisa Guerrero, ofrecen una culinaria de producto y marcado acento valenciano. Entre sus más celebradas especialidades se cuenta este arroz, si bien sólo los viernes o por encargo. Ponen en un puchero pulpo roqueño del litoral -el mar está a tiro de piedra-, garbanzos, pencas y demás vituallas del caso, siguiendo las pautas y los ingredientes del planetario cocido. Sentados a la mesa, primero sirven el arroz, cocido en la sustancia del puchero y, luego, el resto, o sea, las verduras, legumbres y hortalizas y el pulpo, que sustituye a la carne. Suculento. Es, de hecho, un plato pobre, antaño de pescadores. Está de rechupete, gracias al buen tino de la familia Ivars.

Luisa Guerrero y Ximo Ivars
Restaurant;: Can Cantó
Pays: España
Localité: 03720 Benissa (Alicante)
Adresse: Avda. del País Valencia, 237
mapa
(+34) 965730629
Jours de fermeture: Domingos y noviembre.
Prix à la carte: 17 €


Luisa Guerrero y Ximo Ivars
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Maragato, Casa Maruja



  • Cocido Casa Maruja

Maruja Botas es un personaje novelesco. Una señora que admite a quien ella quiere a jamar en su casa -que a ciencia cierta no se sabe si es un restaurante- el cocido maragato más famoso de Castilla. Repetimos; existe una pega, es imprescindible enseñar la patita por debajo de la puerta antes de que se la abra a nadie; hay que se amigo o ser examinado. También existe una artimaña, presentar las credenciales de Magín Revillo y Nuria Guitard, que han contribuido a su celebridad en el programa de RNE “No es un día cualquiera”, a quienes nunca estaré suficientemente agradecido por haberme descubierto a tan lúcida dama y consumada guisandera. Por tanto, ponga por delante el nombre de tan brillantes periodistas para disfrutar de la gracia y de las gracias de la anfitriona, que canta, toca las castañuelas, cuenta chistes, ironiza de políticos, vacila con los clientes, celebra bodas maragatas, se pone el mundo por montera… ante los olés del respetable, que se entrega a la faena, inolvidable. Pero si el cotarro es de época, con el gitano Aleluya tocando la guitarra y cantando a los cafés, coreado por los ahítos y felices cómplices, la tripada no le va a la zaga, atestiguando que esta mujer tiene duende.
Primer servicio, fuentes repletas de viandas. Morcillo de vaca, excepcional. Pie y oreja de cerdo, para pringarse sin rubor en la gelatinosidad. Tocino, para seguir sacándole sustancia a la vida. Chorizo, que pone color a la fiesta. Gallina, por aquello de cumplir con la tradición. Y relleno, trozos y trozos de jugoso y suculento relleno, que convierten el pan nuestro de cada día en bendito manjar. Dos o tres pedazos de cada, hasta que el cuerpo aguante.
Será necesario pedir una pausa para afrontar la segunda tanda, otra fuente inmensa, descomunal, en esta ocasión de garbanzos de la tierra, mantecosos y gustosos, que se acompañan por una montaña de repollo, hecho durante horas, como gustaba al obispado de Astorga.
La sopa es para ahogarse de sabrosura, excelente en género, ancestral en la cocción de los fideos que, como mandan las costumbres en la región, han de estar “bien hechos”.
Y para rememorar nuestra niñez: un bol de natillas, gorditas, con galleta María incluida y merengue. Y un poco de bizcocho maragato, no vaya quedarse alguien poco complacido. Y guindas en aguardiente, que reparte Marisa a tenor de los piropos recibido, o de la jerarquía de los asistentes. Y orujo.
Un kilo y medio de felicidad y hasta el año que viene. Que esta casa es de esas a las que se vuelve, por goce y amistad.

Maruja Botas
Restaurant;: Casa Maruja. Maragato.
Pays: España
Localité: 24718 Castrillo de los Polvazares (León)
Adresse: C/ Real 24
mapa
(+34) 987691065
Jours de fermeture: Sólo admite previa reserva, con un mínimo de seis comensales. Vacaciona en setiembre
Prix à la carte:


Maruja Botas
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Gastronomía y gastrónomos

Gastronomía y gastrónomos

Hubo un tiempo no demasiado lejano en que cualquiera se disfrazaba de gastrónomo, y, lo que resultaba mucho peor, ejercía como tal a las primeras de cambio delante de cualquiera. Resultaba una pesadez. La pedantería, que por lo común estaba reservada a otros ámbitos de la cultura, invadió las mesas, las sobremesas, las revistas, las televisiones, el discurso de los ciudadanos. Uno no podía comprar una lata de sardinas sin que lo aleccionaran sobre el pedigrí de aquellos pescados en conserva. La cursilería retórica –una mezcla de cháchara del siglo XIX y delirios de vanguardia- se adueñó de las cartas de los restaurantes, y no hubo cosa que no viniese sobre lecho de verduritas caramelizadas, o de frutitas del bosque criogenizadas (nunca me he explicado el gusto de los cocineros por los diminutivos, que son a la gramática lo que el chicle a la buena comida: una suprema memez).
Fue el sarampión culinario de los nuevos ricos. España ha cambiado más (al menos en su superficie, en chapa y pintura) durante los últimos cincuenta años que en los cuatro siglos precedentes, desde Lepanto poco más o menos. Hemos pasado del potaje a manos llenas y la olla podrida del Quijote a la ceniza de aceitunas sobre una caseína de hierbas aromáticas y helado. Casi sin transición, y eso lo superan muy pocos países, muy pocos ciudadanos del mundo. Para digerir algo semejante hace falta tener un estómago histórico de hierro, unos jugos gástricos sociológicamente sulfúricos.
Tengo la impresión de que aquellas fiebres han remitido, y ya no tropezamos con un gourmet en cada zaguán de la Gran Vía (de cualquier Gran Vía, en cualquier ciudad). Ahora, los gastrónomos son quienes son, quienes deben ser, los auténticos, los profesionales, los que han sobrevivido gracias a su criterio, a su trabajo, a su valentía al enjuiciar las cosas. Uno de los maestros del asunto es Rafael García Santos. La guía que edita cada año desde hace muchos, Lo mejor de la gastronomía, es una Biblia laica y sensitiva para amantes del comer y beber, un manual de buen vivir en definitiva, que ha sentado las bases de la crítica rigurosa actual, y cuyo modelo, con admiración confesa o con plagio sangrante, han seguido casi todos los gastrónomos que han venido después.
Ha organizado en Elche y Alicante durante estos días un congreso espléndido, plagado de grandes cocineros, repleto de actividades (concursos, talleres, debates, homenajes, cuchipandas), y abarrotado de público. Estuvimos comiendo con Martín Berasategui, el gran cocinero guipuzcoano, en un local de Elche, probando algunas de las tapas que se presentaban al Premio que concede el congreso. Rafael y Martín son dos viejos amigos capaces de comunicarse telepáticamente. A uno, que no siempre tiene la ocasión de comer con autoridades culinarias, le encantó hacerlo con ellos, para ratificar que los mejores son siempre los más naturales, los más directos, los menos engreídos; para comprobar una vez más que de comida se puede hablar –se debe hacerlo- con sencillez y conocimiento, con el gusto propio y con la inteligencia.
Ahora bien, no le envidio a Rafael su profesión. En vista de lo visto, estoy seguro de que para ser un buen crítico gastronómico uno debe hacer acopio de toneladas de estoicismo y control sobre la propia sensibilidad, porque el placer por sistema sólo lo pueden soportar los espíritus más fuertes.



  • Caldereta Es Pla

Es Pla lo fundó Sebastián Garriga en 1967. Las cartas de entonces testimonian que la ración de caldereta de langosta costaba 250 pesetas. El boom económico de la época, la baratija del puchero, el doctorado en su preparación y el tratarse del gran estandarte gastronómico de la isla contribuyeron a un rápido éxito, del que, por desgracia, no pudo disfrutar mucho tiempo. Los hijos siguen la andadura marcada por el padre, especialmente Joan Domingo Garriga, acrecentando con el paso de los años la popularidad del local y asumiendo la competencia, al adquirir el establecimiento que hasta entonces había marcado un hito en la preparación de tan popular condumio, Ca’n Burdó, ya en la vejez de sus antiguos propietarios. Lo compró por medio de unos alemanes que luego se lo vendieron, con la receta incluida, grabada en vídeo.
De esa manera sumó a su saber coquinario el de sus rivales económicos y en prestigio. La caldereta de Es Pla se elabora con piezas pescadas en Menorca y, en su carencia, en Mallorca; igual da. Para dos kilos de langosta, preparan un sofrito con 1 kilo de tomate, 1 cebolla mediana y 1 pimiento verde pequeño, que harán en aceite durante veinte minutos aproximadamente, sin que se concentre ni reduzca mucho. Luego, se pasa por el pasapurés y se guarda, en cámara, un día. En una cazuela de barro echamos el sofrito, agua –que cubra un dedo por encima el marisco– y sal. Hirviendo, se incorpora el crustáceo, cortado en medallones con su caparazón, dejando a fuego lento, sin apenas borbotones, media hora. Reposar en frío un día. Elaborar una picada con ajo, perejil, el coral y los hígados de las langostas, montándola con aceite de oliva como si de una mayonesa se tratase. Al momento de servir, se calienta la cazuela de barro que contiene la caldereta de langosta, sin que llegue a hervir, se agrega la picada y se deja que la asuma, pero sin hervir, pues se la cargaría. Ya está lista para cuatro, con un par de rebanadas de pan en el plato.
En fin, la caldereta de Es Pla se caracteriza por un intensísimo sabor del caldo de langosta, muy concentrado y reposado, por un cierto atomatamiento y por el mediterraneísimo perfume que le aporta la picada, que recuerda lejanamente al all i oli. Espesa, un tanto desligada, a la manera de un all i oli negat. Por supuesto, el marisco, hecho en exceso, ha cedido todas sus cualidades a la sopa.

Es Pla
Restaurant;: Es Pla
Pays: España
Localité: 07748 Fornells (Menorca)
Adresse: Pasaje Es Pla, s/n
mapa
(+34) 971376655
Jours de fermeture: Desde mediados de enero hasta finales de febrero
Prix à la carte: Sobre 75 €


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Renace el Campeonato de España de Jóvenes Cocineros

Retomamos un campeonato que ha tenido por ganadores, entre otros, a Andoni Luis Aduriz, David de Jorge, Joan Roca, Sergi Arola, Mikel Olazabalaga, en unos años en que florecía una generación que ha situado la cocina en su mayor esplendor. La razón de retomar esta competición no es otra que potenciar a nuevos valores en un momento en que apenas tenemos media docena de cocineros notables menores de 30 años en España. Resulta evidente la sequía de jóvenes cocineros con restaurante propio y lo que ello va a suponer en el futuro de la alta culinaria. La novedad respecto de anteriores ediciones es que la participación no queda restringida a España, admitiéndose profesionales de distintos países.

BASES

1/ No haber cumplido 30 años el 5 de abril de 2011. Día de l Campeonato que se celebrara dentro del XVII Congreso Nacional de la Cocina de Autor que organiza el restaurante Zaldiaran.

2/ Ser responsable de cocina de un restaurante. No se pueden presentar chefs que tengan por encima a un cocinero propietario.

3/ Cada concursante puede concurrir con un ayudante del mismo restaurante que tampoco haya cumplido los 30 años el 4 de abril de 2011.

4/ Habrá de elaborar un menú de tres platos y un postre. De cada plato habrá de preparar
8 medias raciones.

5/ Las recetas integras se tendrán que hacer en el lugar del concurso durante una máximo de 6 horas.

6/ El jurado estará compuesto por 7 miembros: cocineros y críticos gastronómicos.

7/ El ganador recibirá 6.000 € y trofeo. El segundo clasificado 3.000 € y trofeo. Y el tercer clasificado 2.000 €. A los concursantes se les abonarán los gastos de desplazamiento, se les reservará dos noches de hotel y se le invita a las ponencias del congreso.

8/ Un comité presidido por Gonzalo Antón elegirá los finalistas, entre 7 y 10, a tenor de las solicitudes recibidas. Habrán de remitirse a lomejordelagastronomia@lomejordelagastronomia.com todas las recetas del menú así como las fotos de los platos. La fecha tope es el 28 de febrero. El 7 de marzo se comunicara los finalistas.


Una magnífica alubiada en el restaurante donostiarra Gasteiz sin necesidad de ir al Goierri

Los datos hablan por sÍ solos: Juan Mari Aramendi, del restaurante donostiarra Gasteiz, ha ganado el Concurso de Alubias de Tolosa, que se celebra en la citada localidad en noviembre, cuantas veces se ha presentado; para ser más exactos, en tres ocasiones. Si no se ha llevado más trofeos, no es porque no lo haya pretendido, sino porque las bases impiden participar al Campeón el año siguiente al de su victoria. Estamos seguros de que su vitrina irá acumulando primeros premios.
Las suyas son unas alubias negras con una piel muy fina, a las que habitualmente no se les nota el hollejo, enteras, más o menos enteras, cremosas, se volatizan sin ninguna resistencia, que forman un caldo bien ligado, espeso y sin llegar a ser gordo, fruto de que no se rompen por una cocción excesivamente larga. El sabor se caracteriza por su naturalidad, neto a alubia negra, con la suculencia que distingue a esta judía, siempre seleccionada, que adquiere a un mismo casero de Albistur, cuyo nombre mantiene en secreto, pues la producción es limitada y Juan Mari vende muchos kilos al año en su popular restaurante de San Sebastian, bien en el menú del día (11 €), en que se ofrecen todos los días solas con berza junto a otros entrantes, segundos platos y postres.
Y luego está la propuesta de meterse una alubiada, que es la que aquí recomendamos encarecidamente, donde por 18 € sacan un perol rebosante, pudiendo servir tantos platos como se sea capaz de devorar. Dos o tres, morrocotudos, con una fuente copiosa de berza, piparras, chorizo, morcilla y costilla, tropezones ciertamente nobles que adquiere en Carnicas Irura, ubicadas en la citada localidad, que salen en una certera cocción.
Vamos, grosso modo, con la fórmula. Las alubias nunca se ponen en remojo. En una cazuela de acero inoxidable de fondo grueso, para que reparta el calor por igual, se depositan las judías negras y se cubren con agua cuatro dedos por encima; la proporción viene a ser de 4 litros por 1 kilo de legumbre. En frío se echa para esa cantidad una cebolla roja mediana finísimamente picada; que acabará desapareciendo. Los 10 primeros minutos son al gas, a fuego vivo y luego se pasa a una chapa, se baja para que cueza sin apenas borbotones. El tiempo depende de cada alubia y de lo seca que esté. Habrá que ver en cada caso. Cuando falten diez minutos, se sala y se mueve en círculo de manera continua. Retirar, mover en círculo, dejar reposar y mover para ligar al gusto.
En lo referente a la guarnición, esta se compone de costilla de cerdo; chorizo y morcilla de cebolla y puerro, cada elemento cocido por separado. De berza, cortada muy pequeña, cocida en agua hirviendo con aceite y sal, que se sirve aliñada con un suave refrito de ajo. Estos elementos van conjuntamente en fuente y en un platillo se presentan las piparras de Ibarra en vinagre.
Una pantagruélica y gratificante comida. No hace falta ir al Goierri para comer unas formidables alubias negras.

20018 San Sebastián. Calle Vitoria-Gasteiz, 12. Tel.: (+34) 943210713. Cierra: lunes noche, el 25 de diciembre y el 1 de enero. E-mail: restaurantegasteiz@hotmail.com. Precio de la alubiada: 18 €.

 

 



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Alubias de Tolosa, Gasteiz



Los datos hablan por sí solos: Juan Mari Aramendi ha ganado el Concurso de Alubias de Tolosa, que se celebra en la citada localidad en noviembre, cuantas veces se ha presentado; para ser más exactos, en tres ocasiones. Si no se ha llevado más trofeos, no es porque no lo haya pretendido, sino porque las bases impiden participar al Campeón el año siguiente al de su victoria. Estamos seguros que su vitrina irá acumulando primeros premios.
Las suyas son unas alubias negras con una piel muy fina, a las que habitualmente no se nota el hollejo, enteras, más o menos enteras, cremosas, se volatizan sin ninguna resistencia, que forman un caldo bien ligado, espeso y sin llegar a ser gordo, fruto de que no se rompen por una cocción excesivamente larga. El sabor se caracteriza por su naturalidad, neto a alubia negra, con la suculencia que distingue a esta judía, siempre seleccionada, que adquiere a un mismo casero de Albistur, cuyo nombre mantiene en secreto, pues la producción es limitada y Juan Mari vende muchos kilos al año en su popular restaurante de San Sebastian, bien en el menú del día, en que se ofrecen todos los días tan solo acompañadas con berza junto a otros entrantes, segundos platos y postres. Y luego esta la propuesta de meterse una alubiada, que es la que aquí recomendamos encarecidamente, donde por 18 € sacan un perol rebosante, pudiendo servir tantos platos como se sea capaz de devorar. Dos o tres, morrocotudos, con una fuente copiosa de berza, piparras, chorizo, morcilla y costilla, tropezones ciertamente nobles que adquiere en Carnicas Irura, ubicadas en la citada localidad guipuzcoana, que salen en una certera cocción.
Vamos, grosso modo, con la fórmula. Las alubias nunca se ponen en remojo. En una cazuela de acero inoxidable de fondo grueso, para que reparta el calor por igual, se depositan las judías negras y se cubren con agua cuatro dedos por encima; la proporción viene a ser de 4 litros por 1 kilo de legumbre. En frío se echa para esa cantidad una cebolla roja mediana finísimamente picada; que acabará desapareciendo. Los 10 primeros minutos son al gas, a fuego vivo y luego se pasa a una chapa, se baja para que cueza sin apenas borbotones. El tiempo depende de cada alubia y de lo seca que esté. Habrá que ver en cada caso. Cuando falten diez minutos, se sala y se mueve en círculo de manera continua. Retirar, mover en círculo, dejar reposar y mover para ligar al gusto.
En lo referente a la guarnición, esta se compone de costilla de cerdo; chorizo y morcilla de cebolla y puerro, cada elemento cocido por separado. De berza, cortada muy pequeña, cocida en agua hirviendo con aceite y sal, que se sirve aliñada con un suave refrito de ajo. Estos elementos van conjuntamente en fuente y en un platillo se presentan las piparras de Ibarra en vinagre.
Ni que decirse que no hace falta ir al Goierri para comer una pantagruélica y gratificante alubiada negra.
 

Juan Mari Aramendi
Restaurant;: Gasteiz.De Tolosa.
Pays: España
Localité: 20018 San Sebastián
Adresse: Calle Vitoria-Gasteiz, 12
mapa
(+34) 943210713
Jours de fermeture: lunes tarde, 25 de diciembre y 1 de enero
Prix à la carte: 18 €.


Juan Mari Aramendi
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Sorpresa de Caramelo de Carrillera Ibérica

Sorpresa de Caramelo de Carrillera Ibérica
El Suquet de Castaños 16
Cuisinier: Natalia Moyá
Pays: España
Localité: 03001 Alicante
Adresse: Castaños, 16
(+34) 965219137




INGREDIENTES
 

Carrillera de cerdo ibérico
Ajo, zanahoria, pimiento rojo y verde, cebolla, vino tinto, pasta brick, cebollita picada, manzana Golden, fruta de la pasión, aceite y vinagre de Jerez, granadina y vodka para la gelatina, galleta de sésamo, queso blando tipo torta del casar y nata.

PREPARACIÓN
 

Primero haremos las carrilleras marcándolas y cocinándolas con las verduras, vino tinto y agua. Con el vodka y la granadina haremos una gelatina. Hacemos una vinagreta con la fruta de la pasión. Pochamos la cebollita y la manzana, finamente picadas y mezclamos con la carrillera desmenuzada Con esta farsa hacemos el relleno de los caramelos de carrillera, dándoles la forma con la pasta brick. Horneamos. Hacemos una galleta de sésamo para decorar.
Fundimos el queso cremoso con un poco de nata para poner en la base. Montamos el caramelo con cubitos de gelatina de vodka sobre la crema de queso y decoramos con la vinagreta de fruta de la pasión y la galleta de sésamo.



Salmón Marinado al Jengibre con Rizos de Pasta y Cuscús Aromático

Salmón Marinado al Jengibre con Rizos de Pasta y Cuscús Aromático
El Suquet de Castaños 16
Cuisinier: Natalia Moyá
Pays: España
Localité: 03001 Alicante
Adresse: Castaños, 16
(+34) 965219137




INGREDIENTES
 

Salmón
Jengibre
Lima
Sal y azúcar
Cuscús
Canela molida
Brócoli
Pasta won-ton

 

PREPARACIÓN
 

Marinamos el salmón limpio en sal y azúcar, jengibre y ralladura de lima.
Cortamos en juliana fina la pasta won-ton y la freímos.
Cocemos por separado el brócoli y el cuscús y los especiamos con un poco de canela.
Montamos el plato con el salmón laminado y las diferentes texturas de won-ton crujiente, crema de brócoli y el cuscús a la canela