Típico asador vasco que incluye, como particularidad, media docena de platos de vegetales navarros, que se van sucediendo según la estación: cardo, borraja, alcachofas, espárragos, habas, pochas, hongos, perrechicos, etc. Por tanto, se cuida y mucho, el producto, que se ofrece en estado puro, en recetas históricas y asado a la parrilla, en líneas generales.
Al frente del negocio se encuentran Mikel Mikelarena, antiguo pelotari y su mujer, Sagrario Iribarren, guisandera. Matrimonio al que secunda toda la familia: sus hijos Pablo y Mikel en la parrilla y Álvaro en la sala.
El menú ideal puede iniciarse con un aperitivo típico, unos trozos de chistorra, que denotan nobleza y atinada fritura. Muy apetitosos. Para continuar con una menestra, en verdad convencional: cocciones largas, rebozado excesivo de algunas hortalizas, entremezcla de los componentes... ahora bien, riquísima. No tiene ningún valor gastronómico, si bien consigue deparar bastante satisfacción. Las kokotxas rebozadas, sin embargo, brillan y hasta deslumbran, por su liviano rebozado, no repercutiendo la harina y el huevo sino lo justo y preciso sobre la identidad del pescado. Y siempre, absolutamente siempre, sin ninguna excusa, hay que solicitar un chuletón. Es el plato que ha dado fama a la casa. Y más que merecida. Nos encontramos ante una de las mejores carnes del país. Fuera de serie. Así se lo reconoce su nutrida clientela, que abarrota diariamente el establecimiento, simpático, sin manteles, lo que no constituye un obstáculo para que esté rebosante de hombres de negocios. Ya se sabe que cada pieza es un mundo. Independientemente de eso, solicite un lomo alto. Por lo general, saldrá exultante, tanto por calidad intrínseca del producto, como por el punto de asado, muy dorada por fuera, muy roja en el interior y con una fuerte impregnación de los aromas de las ascuas; excelente.
Sin llegar a la bondad de la carne, los pescados a la brasa: rape, rodaballo, besugo, cogote, lenguado y bacalao están bien. El jamón, el lomo, el chorizo refrendan la honestidad y el rigor que caracteriza a los Mikelarena.
Mikel Mikelarena
Restaurant;: Zubiondo
Pays: España
Localité: 31620 Huarte-Pamplona (Navarra)
(+34) 948330807Jours de fermeture: Domingos
Prix à la carte: 35 €/kilo
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En un precioso paraje bucólico, junto al Golf de Artxanda, se encuentra este hermoso caserío, inaugurado en febrero de 2.007, desde el que se contemplan unas impresionante vistas sobre el valle de Txori Erri. Es obra de un hostelero triunfador, Mikel Bustinza, que hasta bien recientemente tenía su negocio, el primer Horma Ondo, en los alrededores de Amorebieta.
Ya antes de este cambio había puesto en marcha otro proyecto que ha cosechado un éxito multitudinario, el magnífico Asador Ripa, en Bilbao, que ostenta, al igual que éste, la máxima calificación en chuletas, donde asa con suma destreza la mujer de Mikel, Jayne Hardcastle. En los dos negocios se parte de una premisa que marca la diferencia, adquirir las mejores cintas de vacas viejas gallegas, que llegan procedentes del matadero de Montellos (A Coruña). Mikel acude todos los lunes a elegir las cintas, que marca y le sirven semanalmente. Adquiere para este local entre 8 y 12, además de las que le corresponden a Ripa. El tiempo de estancia en cámara va de 21 a 31 días, según el tamaño y bondad de la pieza, siendo superior cuanto más manjarosa. Cada amanecer se saca la previsión de consumo, fileteando las chuletas, más o menos, de un grosor de 5 centímetros. Pasarán tres o cuatro horas antes del servicio. Cuando se canta la comanda, se sitúa cada chuleta muy próxima a la parrilla, para que vaya adquiriendo una temperatura de unos 30 grados. Cuando faltan unos quince minutos para que salga a la mesa, se deposita sobre los hierros, con un desnivel de 3 ó 4 centímetros de la parte interior a la exterior, situados a unos 15 centímetros escasos de la brasa. Ya sobre el fuego, se cubre con la mejor sal del mundo -la Gris de Guérande- por arriba, dejando hacer unos 5 minutos. En ese tiempo se sacude con una bandeja de vez en cuando para que se avive la brasa y desprenda humo. Pasado ese tiempo, se da la vuelta, se vuelve a cubrir con idéntica sal y se tiene otros cinco minutos, siempre a llama encendida, para lo que se aviva con la bandeja varias veces. Se le da otra vuelta a la chuleta y se tiene por el primer lado un minuto para que coja temperatura y sacudir la sal. Se deposita en una parrilla con ascuas y se sirve en la sala.
Mikel Bustinza
Restaurant;: Horma Ondo
Pays: España
Localité: 48195 Larrabetzu (Vizcaya)
Adresse: Caserío Legina-Goikoa. Salida 25 Lezama-Larrabezua en la autopista San Sebastián-aeropuerto de Sondika. Volver y coger dirección Delicass y Golf Artxanda
(+34) 946565700 jaynehardcastlereed@hotmail.es Jours de fermeture: Noches de domingo a jueves, excepto del 1/5 al 30/9 que abre las noches de miércoles y jueves y del 30/1 al 16/2
Prix à la carte: 45 €/kilo
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Chuleta Etxebarri
Víctor Arguinzóniz ha ingresado en los anales de la historia. Tras inventar ingeniosos instrumentos, como sartenes con rejas, a la manera de un colador, para hacer las angulas sobre las ascuas, sartenes agujereadas milimétricamente por láser en las que prepara encima de la brasa un risotto que se impregna directamente de humo, besugueras planas y diminutas en las que asa kokotxas, anchoas, etc., nos ha sorprendido con el más difícil todavía, con algo que sólo se le puede ocurrir a una mente privilegiada. Una nueva parrilla para las chuletas, que conlleva una técnica absolutamente revolucionaria en el tratamiento de la carne. Genial. Se trata de una parrilla concebida a imagen y semejanza de un horno. Es decir, que da calor por arriba y por abajo. Respecto de su parte inferior, nada cambia, hierros en posición plana con un abatidor que sube y baja la altura en función de las necesidades, de cómo vaya haciéndose. Lo que significa una aportación sin precedentes es la parte superior. Consiste en una placa rectangular con multitud de pequeños agujeros que se cubre totalmente de brasa hecha previamente a partir de maderas de viña u olivo. Esa placa rectangular agujereada, rebosante de ascuas, se tapa con otra placa rectangular de acero inoxidable que tiene unas paredes laterales, por los cuatro lados, de unos 10 centímetros de altura, de manera que concentre todo el calor, evite que vaya hacia arriba, lo refracte y permita que escape por los pequeños agujeros hacia abajo. La chuleta se coloca sobre el enrejado plano a una distancia de 10 centímetros de las ascuas. Se baja con el abatidor la parrilla de arriba y se sitúa casi tocando la carne, a menos de medio centímetro. La llama inferior, consecuencia de la grasa que suelta la carne, tiene que acariciar la chuleta, de manera que la churrusque levemente y la impregne de los aromas del humo.
Curiosamente mientras una de las zonas, la inferior, se carameliza, la superior, toma una tonalidad grisácea-amarronada, mientras el centro queda completamente rojo y caliente, calor que penetra homogéneamente en toda la altura del lomo. El tiempo de estancia ronda los 10 minutos, aproximadamente. Otra curiosidad, se deposita la sal, la mejor del mundo, para que no haya dudas, como todo en esta casa, flor de sal gris de Guerande, en la zona superior de la chuleta, sólo por ese lado y en abundancia.
Víctor Arguinzóniz
Restaurant;: Etxebarri
Pays: España
Localité: 48291 Atxondo (Vizcaya)
(+34) 946583042info@asadoretxebarri.com Jours de fermeture: Todas las noches excepto sábados, lunes, agosto y del 24/12 al 7/1
Prix à la carte: 55 €/kilo
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A Fermín Lasa es obligado catalogarlo como una de las grandes estrellas del chuletón, capaz de batirse por la medalla de oro. Un número uno en la materia. Y ello tanto por la selección de carnes gallegas, procedentes del matadero de Betanzos, como por la técnica que utiliza para el asado, propia y distinta a todas. Las cintas de vaca vieja, con vetas a raudales, permanecen en cámara entre veintidós y veinticuatro días de media. Posteriormente se les aplica una cirugía radical, quitando falda y grasa, hasta dejar sólo el cogollo de la chuleta bordeada por dos centímetros de grasa, que recorre toda la zona opuesta al hueso. Grasa a la que se le hacen dos incisiones, para que no se encoja al calor de la brasa. Se asa, pues, rodeada por un par de centímetros de grasa. Se deposita sobre la parrilla, que estará a unos veinte centímetros de las ascuas, de pie, sustentada sobre la base ósea. Se deja así largamente, de manera que se churrusque ésta, que perderá el sabor de la larga estancia en cámara. Este sistema permite que permanezca mucho tiempo sin hacerse, cogiendo calor y más calor. Después de unos veinticinco minutos, se tumba por un lado y luego se le da la vuelta y se asa por el otro, procediendo como suele ser común. El golpe para crear la costra de fuera se aplica al fin acercándola a la brasa y acentuando el calor. Se sazona con sal marina gruesa, abundantemente, sin escatimar, unos instantes antes de sacarla del fuego y sacudiéndola al salir. En ese momento, se la despoja de la capa exterior de grasa, para que sólo quede la «chicha» y se deposita sobre unas parrillas individuales con forma de voluminosa chuleta, con un poco de carbón debajo, de manera que conserve el calor y no siga haciéndose; a imagen y semejanza de como se ofrecen en la mesa las chuletillas al sarmiento en Labastida, pueblo en el que trabajó Fermín Lasa. Sabrosísima, de un gusto excepcional y tierna. Verdaderamente suculenta.
La única pega de este sistema es que para no esperar y para su perfecta práctica impone reservar y señalar la hora en que se va a comer. El menú ideal se completa con dos platos sencillos que salen dignamente: los pimientos del piquillo y la tortilla de bacalao. Espárragos, cogollos, jamón de bellota y pescados a la brasa completan el escaparate.
DEP
Fermín Lasa
Restaurant;: Egüés
Pays: España
Localité: 26005 Logroño (La Rioja)
(+34) 941228603restaurante@mesonegues.com Jours de fermeture: Domingos, Semana Santa y Navidades
Prix à la carte: 40 €/kilo. Precio de la chuleta especial, 101 €/kilo
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