Jesús Rodero, Adios a un Amigo y a un Personaje, que nos Lega una Familia....
Conocí a Jesús Rodero a finales de los 80. Estaba escribiendo Gastronomía y Cocina en Navarra. Fui a visitarlo, era un personaje histórico, que tuvo la amabilidad de facilitarme varias recetas para publicar: kokotxas en salsa verde; merluza a la navarra; mero a la donostiarra, plato con el que había conseguido sonora reputación y algún premio; lomo de rodaballo al horno con patatas panadera; brocheta de langostinos, rape y champiñones; lubina con salsa de naranja; solomillo con foie gras y tuétano…entre otros platos acordes con su sentimiento y la época. Me dio para comer un inolvidable lenguado con kiwi y piña…conocedor de mi espíritu y de su necesidad de satisfacer y estar a la altura de las circunstancias. Comprendí que todos somos lo que somos en un tiempo. Capté su voluntad de agradar y de querer ser. Desde entonces, siendo tan diversos, le quise, le quise mucho, muy mucho por su PASIÓN POR LA COCINA. Le quise por SER un señor, un señor NAVARRO; le quise por su AUTENTICIDAD; le quise por ser un VIVIDOR; le quise porque supo TENER UNA FAMILIA MARAVILLOSA que prolonga y magnifica su historia en la hostelería y en la gastronomía.
Un besazo a Resu, una mujer de ensueño; a sus adorables hijas Verónica y Goreti; a Josu, que hace las américas en la cocina y, claro está, a ese hijo que le superó y engrandeció el nombre de la familia, Koldo. ¿A qué más se puede aspirar en la vida? A hacer lo que se quiera, a ser feliz y a que muchos te recordemos. Mañana, en Pamplona, me tomaré la última copa de champan por un amigo al que la gastronomía y Navarra tenemos bastante que agradecer y un inmenso cariño.