Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de...
El Economista
Al vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, dueño y primer ejecutivo del grupo de restauración Cantoblanco, se le acumulan las problemas. El Instituto de Turismo de España (Turespaña) se suma a la Seguridad Social, que le reclama 418.000 euros, y entra en la lista de acreedores de la compañía ante los reiterados impagos registrados en los últimos años.
En concreto, Turespaña le reclama algo más de 2,7 millones de euros por el alquiler de la cafetería del Palacio de Congresos de Madrid, cuya adjudicación ganó en noviembre de 2003 por un periodo de cuatro años.
El instituto del turismo y el grupo hostelero llegaron a juicio por "discrepancias en el importe de cánones a pagar", tal y como recogen las cuentas de 2011 de Grupo Arturo Cantoblanco. Turespaña ganó el litigio y el juez le reconoció una deuda de 3,18 millones de euros, entre el canon y los recargos correspondientes. A 31 de diciembre de 2012, "la cantidad que Arturo adeuda a Turespaña es de 2.700.814,17 euros", reconoce el instituto que dirige Manuel Butler a este periódico.
El contrato que firmó el vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal de los madrileños (CEIM) con Turespaña a finales de 2003 para explotar la cafetería del Palacio de Congresos de Madrid incluía un canon fijo de 2,16 millones de euros para los cuatro años y otro variable de entre el 10 y el 17 por ciento sobre la facturación anual, una cantidad con la que no parecía estar de acuerdo y que ha tardado unos cuatro años en empezar a abonar. En este sentido, Cantoblanco ganó el concurso público con una oferta que mejoraba las condiciones del pliego, que contemplaba un fijo de 1,2 millones de euros sin IVA (1,31 millones con IVA) y una variable del 10% de los ingresos.
Ante los problemas de impagos, en febrero de 2008, Turespaña adjudicó la explotación del servicio de restauración al Grupo Husa por un canon fijo de 340.000 euros al año (IVA aparte) y otro variable del 10% de la facturación.
Un imperio de dinero público
Pero la pérdida del contrato con Turespaña no supone un gran problema para el grupo que preside Arturo Fernández, ya que es una de las empresas de restauración que más contratos públicos acumula. El presidente de la patronal madrileña, que aseguró que la salida de la crisis en España pasa por "cerrar o vender empresas públicas y por ajustarse más el cinturón", es casi omnipresente en las cafeterías de los centros públicos en Madrid, tanto los dependientes del Gobierno regional, como en muchos gestionados por el Ejecutivo central.
Por ejemplo, Cantoblanco explota desde hace una década el servicio de cafeterías, cocinas y comedores de la Asamblea de Madrid. En septiembre de 2011 le renovaron la adjudicación con una subvención de 174.960 euros al año. La cesión se puede prorrogar cuatro años. En 2004, año en el que Esperanza Aguirre llegó a la presidencia de Madrid, Cantoblanco se llevó al menos dos grandes adjudicaciones de la Comunidad. La primera fue la de la Asamblea de Madrid, con un importe de adjudicación de 197.730 euros, y la segunda es el servicio de comedor interno para los empleados del organismo Autónomo Informática y Comunicaciones por 611.536 euros en dos años.
A su vez, en 2010 la empresa de Arturo Fernández se volvió a llevar la gestión del servicio de restauración del Congreso de los Diputados. El plazo de la adjudicación es por dos años, prorrogable a otros dos. Así, pese a los impagos a la administración, la compañía sigue recibiendo contratos públicos que exigen "solvencia probada".
En 2007 se hizo con el servicio de atención de las cocinas y cafeterías del Complejo de La Moncloa. El importe de la adjudicación alcanzó los 285.000 euros. A su vez, ha explotado la cafetería de la Universidad Carlos III de Madrid y el bar cafetería de Ceisfa de los alumnos de las Fuerzas Armadas.