Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de...
Marcos Lamelas. El Confidencial.
La firma Raventós i Blanc ya está etiquetando las primeras botellas en su bodegas de Sant Sadurní d’Anoia sin la palabra “cava”. Será una novedad histórica desde que se creó la empresa en 1986. El director general, Pepe Raventós, remitió recientemente una carta al Consejo Regulador del Cava para anunciar que la compañía, que se ha labrado una marca internacional, deja de fabricar el espumoso español y abandona esta denominación de origen (D.O.).
Es la primera vez que una empresa del sector deja la denominación de origen. Al contrario, desde siempre la batalla de las empresas ha sido por entrar en la D.O Cava. Muchos grupos han comprado bodegas de cava en el Penedès para desembarcar en el negocio. La operación más exitosa fue la de García Carrión, que en 1997 adquirió Jaume Serra. Este grupo murciano lleva invertidos 25 millones en dicha bodega, que actualmente produce 60 millones de botellas anuales y ya es el tercer productor de cava después de Freixenet y Codorníu.
En este contexto, Raventós i Blanc se va, en desacuerdo con la política de los mayores productores de la D.O. En contra de lo que hacen Freixenet o García Carrión, la compañía ha decidido apostar por un concepto más francés, terroir:vender menos, exportar más y, sobre todo, más caro, bajo la justificación de apostar por un producto de calidad.
No es la primera vez que Raventós i Blanc rompe la baraja. En 1986, Manel Raventós i Negre y su padreJosep Maria Raventós i Blanc vendieron su parte en Codorníu y, con las 90 hectáreas de su finca, la que había sido el origen del cava, crearon Raventós i Blanc. Estaban descontentos con la política que estaba llevando a cabo Codorníu y no se arrugaron a la hora de erigir su propia empresa.
En este momento, Raventós i Blanc es sólo un pequeño grupo. Factura casi 6 millones anuales, una cifra insignificante en comparación con los 600 millones que vende Freixenet o los más de 650 millones de volumen de negocio de García Carrión.
Apuesta internacional
La clave para Raventós i Blanc es reforzar su marca en los mercados internacionales. De hecho, Pepe Raventós vive en Nueva York, al tiempo que ejerce como director general, un refuerzo de la apuesta por el mercado estadounidense.
“Una botella de Freixenet se vende en Nueva York por 7 dólares. Una de Raventós i Blanc, por 24. Nosotros sólo tenemos dos caminos: o vendemos las botellas más caras o compramos vino a las cooperativas para vender más botellas. Y hemos escogido mejorar la marca. Ya no queremos hacer el mejor cava del mundo. Ahora se trata de hacer el mejor sparkling wine del mundo”, explica el presidente Manel Raventós.
Otro modelo
El modelo que quiere seguir Raventós i Blanc es el de los pequeños productores dechampagne francés, que son muy rentables pese a no vender tanto como Moët Chandon. Y siempre mirando al exterior.
Hace cinco años Raventós i Blanc sólo vendía fuera de España un 8% de su producción. La previsión es que, cuando acabe 2012, esta cifra supere el 45%, y el objetivo es alcanzar pronto el 50% de volumen exportador. “Es lo único que nos salvará de la caída de consumo con una Navidad como la de este año, en la que muchos trabajadores, como los funcionarios, no tendrán paga extra”, manifiesta Manel Raventós.
Una D.O. muy amplia
La D.O. Cava es muy amplia. No se limita al Penedés. Está reconocida en zonas de Valencia, Extremadura, Navarra, País Vasco, La Rioja y Aragón. En total, 160 municipios unidos básicamente por el proceso de producción. Precisamente, fue el padre de Manel Raventós, Josep María Raventós, quien negoció la creación de la D.O. en 1986 cuando era ministro de Agricultura José Carlos Romero.
Ahora, el grupo va en dirección contraria: una pequeña finca con un microclima y una producción muy controlada. A medio plazo, Raventós i Blanc querría negociar con la administración para crear una nueva D.O., la de Conca de l’Anoia, que coincidiría con la finca de viñedos, bosques y lago de su propiedad.