Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de...
Querido Juan Ignacio:
Sólo los hombres inteligentes y con mucho carácter se permiten el lujo de hacer lo que quieran. Esa coherencia contigo mismo debió ser la causa de que te mostrases tan feliz. Además, hiciste historia en el pacharán (La Navarra y Etxeko), marcaste impronta en otros destilados y licores (Blanca de Navarra y Altavilla), así como en el vino (Homenaje, Marco Real, Señorío de Andión, Belasco de Baquedano, etc.), entre otros productos gastronómicos. ¿Qué más se le puede pedir a la vida?
Estarás siempre en nuestra mente, y en la de muchos.
Un abrazo a Diana, a su hijo Mikel, José Manuel Plo y todos cuantos componen el Grupo La Navarra.
Un amigo.
Rafael García Santos