Francisco Gómez ha dado en la diana en el 2011, con dos vinos comercialmente triunfadores, el blanco Sauvignon Blanc y este rosado. Su etiqueta fucsia le define perfectamente. Alegre, divertido, desenfadado, informal…todo lo que se puede esperar de un rosado, y más. Tanto es así, que es el que más nos gusta de España.
Elaborado con monastrell y Syrah. Se muestra inmensamente frutal y aromático, eso sí, seco. Hay mucho frescor, una pulida acidez y unos taninos, también muy dóciles. Eso hace de el un vino fácil, de trago largo, que inunda la boca de sensaciones cítricas sustanciosas, dada la bondad de las uvas negras en escena. Perfectamente concebido y desarrollado. Un rosado que conquistara el mundo del rosado.