No sé si habrá otra bodega que en el mundo del rioja venda más reservas que crianzas, en cualquier caso, si ésta no es la única, aquí está una excepción excepcional, valga la redundancia. Entre todos sus reservas éste es el más conocido. Un vino de corte clásico, actualizado en color y vida, que gusta a tirios y troyanos.
Elaborado únicamente con tempranillo. Permaneció 18 meses en barricas de roble francés de primer y segundo vino, para luego pasar tres meses en tinos de idéntico roble.
En nariz se muestra elegante y complejo, recordando a moras, selecta madera, especias y tabaco. En boca refrenda la fruta y la crianza, en una composición elegante y equilibrada, donde luego salen a relucir valores fundamentales muy matizados: acidez, amargor y tanicidad, en ideal conjunción.