Antonio y Javier González García, tanto monta, monta tanto, se encuentran al frente de este restaurante, decorado al estilo castellano, que exhibe una de las barras más laureadas y concurridas del panorama de la cocina vanguardista en miniatura. Incluso la oferta de cocina tradicional incorpora ciertos guiños tecno, muy medidos, eso sí, como es su versión del bocata de calamares, apta para paladares menos aventureros que, sin embargo, quieran dejarse sorprender sin sobresaltos.
Basta echar un vistazo a la carta de pinchos y tapas premiadas de Los Zagales, para descubrir la coña marinera y la irreverencia de las que hacen gala estos dos hermanos que se quieren como amigos: Obama en la Casa Blanca, elaborado con hojaldre, crema de setas, huevo a baja temperatura y, en el papel presidencial, patatas carbonizadas; o el Sermón de las siete patatas, que los zagales hicieron con motivo de una visita papal, y que cualquier día veremos en una antología de tapas religiosas.
La carta también sabe ser entrañable, con algún guiño nostálgico al menú infantil de los años 80, como es el tigretostón, que se trata de un homenaje a los pastelitos de aquella época. Pura gastronomía vintage, que se elabora con pan negro, morcilla castellana, cebolla roja confitada y crema de queso y que se presenta en el envoltorio del mítico pastelito. Una tapa que no pueden retirar de la carta debido al éxito que tiene entre la clientela que ha entrado, o está a punto de, en la cuarentena.
Esta carta de pinchos y tapas capitaliza mucha obra y mucho premio en todas las categorías: pinchos fríos, calientes, de vanguardia, de diseño, de cocina auctóctona castellana, etc., etc., por lo que resulta difícil elegir. También cabe decantarse por el producto y la cocina tradicional, como el jamón ibérico de bellota, el queso curado, la cecina de León, el morcón, la morcilla de Burgos, las setas, las mollejas de lechazo al ajillo o el capón escabechado con manzana caliente y cebolla confitada, entre otros platazos.
En definitiva, un sitio muy acogedor y desenfadado, que presta atención al cliente gourmet y al sociológico, para los que ofertan menús de tapas, de grupos, menús festivos, etc. Dispone de restaurante. En cualquiera de los casos, una exitosa elección.