La Cheeseburger
De los yanquis se podría decir como también se dice de la ciudad de Nueva York: “o la odias o la amas profundamente”. Conste que yo soy de los que aman esa metrópoli y algunas cosas de su cultura; pero, cuando de gastronomía americana hablamos, siento que nos cebamos en exceso en descalificaciones hacia la manduca que practica esta gente. Y es que el “exceso” es un adjetivo que les va al pelo a los gringos. ¿Han visto ustedes la película/documental “Super Size Me”? ¿No? Pues les explico: trata de un tipo que durante un mes se tira comiendo hamburguesas de McDonald´s (tamaño supergrande, de ahí el nombre de la movie) sin descanso: desayuno, comida y cena. No quieran ustedes imaginar cómo acaba este aprendiz de gourmet pasado el mes: “triglicéridos, colesterol, hipertensión...”. Creo, que, incluso antes de que se emitiese la peli, los de McDonald´s le estuvieron buscando las cosquillas intentando que el film no viera la luz. Y es que hay que ser un animal en los tiempos que corren para estar comiendo lo mismo todos los días.
Traigo esto a colación por un recuerdo que quizás algunos desconozcan, y que hace referencia a las gachas, ese humilde plato manchego, almuerzo que se comía en mi amada Mancha en épocas de hambruna casi a diario y que el gobierno llegó a prohibir porque si comías el puré de almortas a diario y durante años, contraías una enfermedad (latirismo es su nombre) y morías. Pues algo así le debió pasar a ese desmedido glotón americano. Cuando les informo a mis clientes de esta anécdota termino diciendo: “también les ocurrirá a ustedes con las angulas o el caviar...”
¿Y saben una cosa?: que mi hermano Pepe, peazo de cocinero con una estrella Michelín a sus costillas, no se corta un pelo a la hora de decir públicamente que alguna vez come hamburguesas de McDonald´s (por favor, no se lo cuenten a los inspectores de la guía roja), y que le gusta sobremanera la Cheeseburguer.
Argumenta, que ojalá proliferasen estos establecimientos en Burkina Faso o Etiopía, añadiendo que sería el mejor síntoma de que estamos erradicando el hambre mundial. También cuenta (sigue con la Cheeseburguer) que comes un producto con total seguridad en cuanto a los controles de calidad sanitaria, y, en un futuro, como mercenario que es, ha prometido que si la directora de la cadena en España le paga bien la publicidad, como Telefónica lo hace con Fernando Alonso, no dudará en ponerse una pegatina de Ronald McDonald´s en la pechera de su uniforme de trabajo.