Griffe Fasano
El restaurador Rogério Fasano, dueño de la marca de gastronomía y hotelería más puntera de Brasil, aumenta su imperio con un nuevo hotel en Río de Janeiro. Actualmente la familia cuenta con: el Hotel Fasano de Sao Paulo, los restaurantes Fasano, Gero, Parigi, Gero Caffe y Nonno Ruggero; el emblemático bar, Baretto; la casa de eventos Fasano; el Buffet Fasano; la Enoteca Fasano y los Armani Caffé. Ubicado en el número 266 de la calle Joaquim Nabuco, delante del Posto 8 de la playa de Ipanema, se encuentra el hotel más cool de la ciudad. En la misma línea que el Costes de París o el Faena de Buenos Aires, nace con la idea de conquistar clientes nacionales y extranjeros que entienden como lujo, la no sofisticación. El proyecto es del famoso arquitecto Phillippe Starck y forma parte de The Leading Hotels of the World. Inspirado en la década entre los cincuenta y los sesenta, cuenta con 80 apartamentos, 6 suites y 3 suites de lujo. En la terraza, una piscina que se confunde con el mar, un bar con una carta informal y simpática y una vista. Una espectacular vista para no olvidarse jamás de lo bonito que es Río. Mientras tomamos una caipiriña de lichi, observo a través del grandioso espejo de Murano, el reflejo de las dos montañas situadas a mi espalda, O Morro dos dois Irmãos. Por la parte de detrás de la terraza y mientras uno hace fitness, una favela muy cercana dónde se percibe con fría tranquilidad, los impresionantes contrastes sociales.
Comemos en el Fasano Al Mare, el restaurante del Hotel. Con capacidad para 70 comensales, el restaurante muestra un aire más relajado en sintonía con el clima carioca. Todo ello en un escenario elegante y con un servicio de sala encabezado por el refinado maître Mássimo, importado directamente de Italia. Optamos por comer el plato del día, es domingo, o nos lanzamos a la calle a sambar y a tomar cerveza o, si estamos en el Fasano al Mare vamos a comer el plato del día. La cocina la comanda Salvatore Loi, chef del restaurante Fasano de Sao Paulo pero quien la ejecuta es el chef Luca Gozzani, traído de la Enoteca Pinchiorri de Florencia. El plato del día es ni más ni menos que el Bollito. Mientras el maître nos canta, no me queda ninguna duda es el plato que voy a pedir. Es un cocido de carnes mixtas, que llega a la mesa en un carro humeante. En algunos pocos restaurantes del norte de Italia aun se sirve este cocido. Se trata de suculentos pedazos de carne: ternera, gallina de corral, lengua de cerdo, rabo de buey, carne seca, (incorporación brasileña) y el magnifico cotechino. De guarniciones, la col, la patata dulce, la zanahoria y la mandioquiña. Las salsas que acompañan son, la verde, la salsa de rábano picante y la de frutas cristalizadas con mostaza de cremona. Del translúcido caldo que se obtiene de la cocción de todas las carnes, tomamos un cálido y delicado capeletti en brodo. Y la mejor pieza, el cotechino. El cotechino es una salchicha de cerdo de textura muy cremosa y sabor rico. Una especialidad de Módena que recuerda a los saucissons franceses. Un Prado Rey Gran Reserva del 97 riega deliciosamente bien nuestra comida. El caldo está en un gran momento. De postre, un clásico soufflé de limón, un creme brulé con frutas rojas y tiramisú. Para quien desee seguir la velada, a partir de las 19:00h y hasta altas horas funciona el Londra Baretto. Sirven un Bellini que no deja nada que desear al carismático Harry´s Bar de Venecia frecuentado por Hemingway y Aristóteles Onassis. ¿Será que el Fasano contará con personajes tan emblemáticos?