5,5

Marucho

Míguel Ángel Rebollo
Míguel Ángel Rebollo
Pays: España
Localité: 39004 Santander (Cantabria)
Adresse: Tetuan, 21.
mapa
(+34)942273007
Jours de fermeture: Martes
Prix à la carte: 30/45 €


  • Bogavante a la Plancha
  • Bogavante a la Plancha
  • Caracolillos o Bígaros
  • Caracolillos o Bígaros
  • Rabas
  • Rabas
  • Ensalada de Bonito Escabechado con Patatas, Piquillos y Juliana de Lechuga más s
  • Ensalada de Bonito Escabechado con Patatas, Piquillos y Juliana de Lechuga más salsa de Cebolla y Zanahoria del Propio Escabeche
  • Albóndigas de Rape con Marinera Roja
  • Chipirones Encebollados
  • Tarta de Queso con Helado y Natillas
  • Tarta de Queso con Helado y Natillas

 Todo un fenómeno social el de este bar y esta casa de comidas, que cuenta con 9 o 10 mesas, que no se reservan, muchas de ellas se dan vuelta. Un hervidero de gentes que disfrutan de un ambiente de cantina ilustrado, en la que abundan los buenos productos, en la que se sirven raciones copiosisimas, en la que se apoquina un precio justo y en el que se trata al cliente llana y cercanamente. La dos Maites, Maite Sainz de la Fuente y Maite Rodriguez García, que atienden la sala y el altillo, tranmiten entusiasmo y cariño, convirtiendo al cliente en dueño y señor de la situación. Dos campeonas. Cuando se pide un bogavante, por ejemplo, se saca la pieza viva para contemplación y refrendo, lo que cautiva a la parroquia. En los fogones manda Miguel Angel Rebollo, quien se reclea en el desarrollo de una cocina popular que entronca a las mil maravillas con el costumbrismo español. Se ha repetito hasta la saciedad que una imagen vale más que mil palabras y hoy sugerimos e insistimos que contemplen los platos que aquí se ofrecen; pantagruelicos, gulescos, ciertamente tradicionales, tanto en las cocciones como en la salsas, y, por supuesto, en los sabores. He aquí la culinaria elaborada en escena, la de la ensalada de medallones de bonito levemente escabechados que se acompaña con patatas, piquillos, juliana de lechuga...y se napa abundantemente con una salsa de cebolla y zanahoria del propio escebeche. También en las suculentas albóndigas de rape empapadas de una elocuente marinera roja tintada sapidamente con tomate. Coge pan y moja. La tarta de queso es otro de los timbres de gloria de la casa, y en verdad es otro motivo para glotonear, dado su gusto, densidad y tamaño, a la que acompañan helado y natillas; más que platos son fuentes.
Fenomenales las opciones de materia prima tal cual cocida, frita, planchada, horneada...sin muchos realcez. Las rabas hay que catalogarlas de magníficas, entre las mejorcitas de Santander, por el producto y por la fritura, por su sabor y textura, y porque carecen de aromas y grasa, no tranmiten ninguna sensación a fritanga. Los caracolillos o bigaros vuelven a acercarnos a la insuperabilidad: fresquísimos y con una cocción breve muy atinada que preserva las cualidades intrínsecas del marisco. Las nécoras, las gambas, las almejas... dan la talla en su naturalidad y sencillez. Idéntico podemos decir de los chipirones, magistrales si se demandan a la plancha, vuelta y vuelta, no tan conseguidos si se cubren hasta la saciedad de una cebolla que no ha cocido tanto como debiera ni tan lentamente. El bogavante, descomunalmente grande, al que antes se paseo por el comedor, alcanza la excelencia, siempre que se pida una cocción prudente, punto que conviene recordar a las encantadoras Maites, que son pilares fundamentales de la fiesta que se respira en tan bullicioso local.
Vamos, una casa de comidas con enorme gancho. Tiene motivos para ser la taberna más popular de la ciudad. Taberna, si, de lujo, también, sin lujos.