Este céntrico restaurante torrevejense reúne tradición y juventud, con un ambiente de mesón divertido y una barra a la antigua usanza llena a rebosar de tapas. El comensal tiene la oportunidad de disfrutar tanto de pié como sentado en las mesas, con especialidades puramente torrevejenses, como es el caso del sangochao de sepia. Como bien reza su nombre los productos de la huerta están omnipresentes en sus platos y tentempiés; así encontramos unas berenjenas rellenas de carne picada, pasta de verduras y queso donde exhibe la esencia de su concepto. En similar enfoque los pimientos rojos también rellenos. No deje de probar las migas, ilustradas por activa y pasiva, copiosas y riquísimas. Colosal el hígado de rape con cebolla caramelizada con naranja y azafrán, entre otros matices. Un valor seguro: las patatas rellenas de mariscos o bacalao. Otro as con el que la casa se asegura el triunfo son las carrilleras de ibérico con ciruelas. Y otro platito: solomillo con crema de cabrales, pimienta verde, champis y miel. Al frente del negocio se encuentra Javier Martín, joven que continúa la saga familiar con una dilatada trayectoria en la hostelería local.