El Secreto para que el Camarero te Atienda Cuando Estás en la Barra
En una barra con mucha gente hay que saber cómo pedir las consumiciones.
Miguel Ayuso
Aunque la crisis ha hecho que pedir una copa sea cada vez más sencillo,sigue habiendo bares en los que es difícil lograr que te sirvan un sábado por la noche. Entre la música y las multitudes hay que ser un verdadero maestro para lograr que el camarero se fije en ti. Hay quien grita, quien levanta la mano, quien agita la cartera y quien da golpes sobre la barra pero, según asegura un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Bielefeld (Alemania) hay una técnica mucho más sencilla para hacerte el rey de la fiesta.
Los científicos realizaron un estudio de comportamiento de los consumidores y camareros en los bares, para tratar de saber en qué se fija verdaderamente un barman para seleccionar al siguiente cliente al que va a atender. En un espacio abarrotado, los camareros deben identificar con rapidez quién quiere pedir una consumición y quién no, y el lenguaje corporal de los consumidores juega un papel fundamental.
Los camareros eligen a su próximo cliente exclusivamente por la posición de éste respecto a la barraExiste la creencia generalizada de que se atiende más rápido a las personas que piden su consumición activamente (ya sea levantando la mano o llamando al camarero), pero el análisis de lo que ocurre realmente en la barra de los bares, que se ha publicado esta semana en la revistaFrontiers in Psychology, revela una realidad muy distinta: los camareros eligen a su próximo cliente exclusivamente por la posición de éste respecto a la barra.
Ser pesado es contraproducente
Los investigadores grabaron el movimiento en las barras de pubs y clubs de Bielefeld, Herford (Alemania) y Edimburgo (Escocia). El análisis de las cintas reveló qué señales se utilizan comúnmente para llamar la atención de los camareros, cuáles se usan menos, y cuáles tienen éxito. Contrariamente a lo que la gente tiende a pensar, sólo uno de cada quince clientes mostró sus carteras para señalar que les gustaría realizar un pedido. Y menos de uno de cada veinticinco llamó con un gesto al camarero. Las señales más comunes y exitosas son más discretas: más del 90% de los clientes se limitan a colocarse delante a la barra, posicionándose de cara al mostrador y lo más cerca posible de un camarero.
Los científicos descubrieron que los clientes que no desean hacer un pedido evitan instintivamente los comportamientos propios del que quiere pedir una bebida: mantienen siempre una pequeña distancia con la barra y se alejan de ella, por ejemplo, cuando están charlando son sus amigos.
¿Puede un robot ser un camarero eficiente?
La investigación forma parte del proyecto europeo James (Joint Action in Multimodal Embodied Systems), nombre que ha servido para bautizar una de sus más atractivas propuestas: la creación de un robot camarero. El autómata tiene una tableta como cabeza, que muestra unos ojos grandes, de estilo cómic, con la que establece contacto visual con los clientes. Su boca se mueve cuando está hablando con el consumidor y su cuerpo es sólo un tronco mecánico que se fija detrás de la barra.
Para responder adecuadamente a sus clientes el robot debe ser capaz de reconocer el comportamiento social de los humanos James está diseñado para aceptar pedidos de bebidas y servirlos con su mano de cuatro dedos, pero los investigadores quieren incorporar en el sistema el reconocimiento de posiciones corporales, para que el robot sea capaz de identificar a los consumidores que desean pedir una bebida sin necesidad de un estímulo auditivo. “Para responder adecuadamente a sus clientes el robot debe ser capaz de reconocer el comportamiento social de los humanos”, explica el profesor Jan de Ruiter, psicolingüista de la Universidad de Bielefeld y uno de los responsables del proyecto. James debe ser capaz de entender a los usuarios que no tienen conocimientos previos sobre cómo funciona el robot y que ni siquiera hayan sido informados de su existencia. Y en el ambiente ruidoso de un club nocturno, el sistema no puede depender únicamente de sus componentes lingüísticos: James debe aprender a interpretar el lenguaje corporal.
“Actualmente, estamos trabajando en la capacidad del robot para reconocer cuándo un cliente está pidiendo su atención”, explica De Ruiter. “Es por ello que hemos estudiado la manera en que pedimos nuestras bebidas en la vida real. La máquina requiere una definición clara de las señales que indican que el consumidor quiere una bebida, y cuáles no. Sin una definición apropiada, el robot malinterpretaría las señales de los clientes y podría molestarles”.
Los resultados de la investigación se utilizarán para reprogramar a James. “Tras la actualización”, explica el doctor Sebastian Loth, otro de los autores del estudio. “James sólo hablará con las personas cuya posición y postura corporal indiquen claramente que quieren pedir una bebida”. Entonces se acercará a ellos y les dirá: “¿En qué puedo ayudarle?”. El robot acabará además con las típicas discusiones sobre quién llegó antes a la barra, pues memorizará qué clientes llegaron primero y los atenderá en orden.