Desde la lejanía
Estimados Compañeros.
Desde mis inicios en la cocina (hace ya 25 años) en Madrid, tuve la oportunidad de estar con grandes nombres de esa época: Ange García (Luculo) – Iñaki Izaguirre (Wallis y La Taberna de Liria) – Patric Buret (Ritz) - etc.. También eran mediáticos, pero eran unos días donde ser cocinero era un poco extraño, la gente te miraba raro y pensaban que si estabas en una cocina es que no valías para mucho más.
Hoy en día gracias a Dios, todo eso ha cambiado drásticamente y nuestra profesión, para bien, se ha dignificado y hasta ensalzado a limites que nunca se pudieron sospechar. No nos quejemos de eso, respetemos a nuestros maestros – compañeros – alumnos, si nos dedicamos a tirarnos los trastos (por la inadecuada actuación de algún compañero) solo conseguiremos volver a unos orígenes nada gratificantes.
Igual que conocí a los Cocineros de esas épocas, tengo el placer de conocer a muchos de ahora, hemos compartido jornadas y vivencias, desde luego nadie es perfecto ( ni yo tampoco), cometemos excesos y soberbias, pero los trapos sucios hay que lavarlos en casa.
En esta maravillosa profesión, todos los días aprendemos algo y tanto de uno consagrado como de uno que empieza. Dura profesión como ninguna (horarios – tensión – estrés, que más queremos), si a eso le sumamos las envidias, rencores, prepotencia y demás, alguien pensara que estamos locos por seguir en esto: y creo que es asi, pero locos contentos (por lo menos).
Creo también, que surgen muchas opiniones desde el desconocimiento y la envidia. Conozco al Sr. Sergi Arola bastante bien y aunque en ocasiones hemos tenido diferencias, eso no debe significar que debo insultarlo brutalmente, ni denostar su trabajo, me gustara o no, aprenderé o no, lo probare o no, pero solo el tiempo le dará o le quitara la razón.
Fuerza para seguir en esta lucha y saludos desde el Caribe a todos los que aman LA COCINA.
Puerto Plata (Republica Dominicana)