PAKTA

Puestos a rememorar, con emoción y enorme regocijo recuerdo una de las comidas exóticas más prodigiosas vividas el pasado año...

Un restaurante inmerso en dos mundos, dos esquinas del Planeta en una misma cocina: Japón y Perú.

Nada resume mejor la admiración y el retrogusto exquisito de la cocina japonesa y peruana que PAKTA, que en Quechua, la lengua original de los indígenas peruanos significa “juntos, unión”. Esa unión de culturas, de gastronomía y de formas de ver y sentir la cocina se traduce en dos nombres: Kioko Li, como representante de la cocina japonesa, y Jorge Muñoz, exponente de la sorprendente gastronomía peruana. A este fantástico cóctel gastro-cultural se suma un catalán con una extraordinaria sensibilidad, Albert Adriá, que hace posible ofrecer esta experiencia. 

Gracias a ellos se ha empezado a extender el término de cocina Nikkei entre los foodies. Esta palabra nace en Perú para designar a los emigrantes japoneses y a su descendencia. Fue Perú el primer país sudamericano en mantener relaciones diplomáticas con Japón y en acoger a ciudadanos japoneses que llegaban a este país a trabajar. A mediados de los años 80 este término pasa de definir a los ciudadanos japoneses en Perú, a designar a su cocina, una cocina de raíces y tradición japonesa utilizando productos autóctonos peruanos, platos donde se mezclan los sabores y las técnicas culinarias de ambas culturas. 

En este mundo exquisito, combinado, inusitado, el pasado año podiámos encontrar dos viajes, cada uno correspondiente a un menú degustación: el Menú Machu-Picchu y el Menú Fujiyama. Ambos complejos pero armónicos, con un empleo de productos de temporada y con un exotismo ya característico de PAKTA.

El menú Machu-Picchu es llamado también Honzen Ryori que significa "banquete formal”. Su nombre y, por consiguiente, el de dicho menú, proviene de la palabra Kaiseki, que significa “piedra dentro del seno”; palabra que viene de una antigua costumbre de los bonzos zen, que guardaban piedras calientes dentro sus quimonos para combatir el frío y la sensación de hambre durante sus largos ejercicios de meditación. Para el austero y milenario credo zen, íntimamente ligado a la cultura japonesa y, por tanto, indispensable para entender este menú, la comida nunca es para atiborrarse ni para manifestar gula. Por ello, se sirven pequeñas cantidades, en recipientes cuidadosamente seleccionados. También tiene sus reglas en cuanto a la presentación; para empezar, se considera de mal gusto servir comida hasta llenar el cuenco, no se deben alinear los alimentos en el plato ni en horizontal ni en vertical, sino en diagonal y dejar espacio suficiente en la bandeja para que los contrastes de forma, color, cantidad y vacío hagan resaltar los elementos servidos.

La expresión Kaiseki ryori designa un banquete informal y Honzen ryori, uno formal, que es el que vamos a degustar a continuación, definiendo las caracteríticas de los platos gracias a la explicación que me proporcionaba Jorge Muñoz, inquieto e inconformista artesano de los alimentos:

 

¿Para empezar? Cinco sorpresivos entrantes servidos en una misma tabla: Cereza con kimchi, rábano y remolacha concéntrica (cereza sin hueso osmotizada con salsa coreana kimchi); Toro con gelatina picante (canelón de toro relleno de yuzukosho, un cítrico japonés, con ají peruano rocoto); Tamago-dofu (natillas saladas de huevo con salsa tosazu, alga wakame y ralladura de naranja); Tortita de choclo (Versión de la “tortita” del norte de Perú que acompaña el ceviche. Polvo de leche de tigre deshidratada, gel de lyomaiz, maíz dulce y brote de cilantro), y Sardina ahumada con puré de satoimo y polvo de umeboshi (sardina en salazón ahumada sobre puré satoimo, un tubérculo japonés entre yuca y papa, sazonado con salsa miso y con polvo de pasta de umeboshi, que es ciruela en salazón fermentada).

 

Los siguientes platos exhibidos en la mesa son, en primer lugar, “Chalaca” con chips de yuca (salsa típica peruana a base de tomate fresco, cebolla y maíz blanco o choclo, todo esto pasado por el mortero, al que se le añade ají amarillo, zumo de lima y cilantro, y a su vez se acompaña con canchita serrana, que es maíz tostado). Ostra con wasabi y granizado de manzana (una ostra Guillardeau nº5, limpia, acompañada de granizado de manzana verde y de wasabi justo en la punta de la ostra); Palomitas a la huancaína (pan de yuca horneado e inflado relleno de salsa huancaína o ají amarillo y queso de vaca), y como último componente de este bloque una Gamba Nikkei, un tiradito de gamba, que es un plato peruano de pescado crudo, de origen humilde, cortado en forma de sashimi, en una salsa picante fría y ácida. Refleja la influencia de los inmigrantes japoneses sobre la cocina peruana; la cabeza de la gamba, de Vilanova i la Gertrú, frita, en tempura, devorada entera mojada en salsa sumiso (miso y ají rocoto); la cola, inmaculada, cruda, embebida de salsa sumiso con pasta de rocoto, quinoa suflada y aceite de cilantro.

 

Tras ello llegan los Nigiri, esa variedad de sushi consitente en una bola de cuidado arroz con su pescado encima. Aquí la variedad está a la orden del día: De pescado de mercado con ají ahumado, nigiri de besugo (Tai) o jurel (Ayi) con pasta de ají ahumado, gomasio y hoja de shiso morado; de atún con salsa anticuchera y limón, ATÚN CHUTORO (parte que se encuentra entre el lomo y la ventresca); de salmón con aburi (nigiri de lomo de salmón sopleteado con salsa aburi -ajo- y kísame wasabi). Todos acompañados de gari (jenjibre encurtido casero recomendado para comer entre nigiri y nigiri o al final de los tres), y diversas salsas como pueden ser la Aburi o la Kísame.

 

Continuamos viaje. Shimesaba Nikkei. Caballa (Saba en japonés) encurtida (sal y vinagre de arroz), con salsa de junquillo acidulado (alga marina gallega de recuerdo al cilantro y la Grammy Smith) y ponzu (mirim, vinagre de arroz, katsuobushi y alga kombu) hecho de tomate, daikon (nabo japonés) y ají.

 

Ceviche de corvina con leche de tigre de Guanábana (Suzuki no ceviche). Ceviche de corvina (lomo-ventresca) marinado en una leche de tigre de Guanábana (fruta tropical parecida a la chirimoya) y ají limo; trozos de lychi asado, aros de parmesano, choclo peruano (maíz blanco), canchita serrana (maíz tostado) cebolla, daikon azucarado y hojas de cilantro.

 

Llegan Las Causas. La causa es un plato típico y representativo de la gastronomía peruana, con muchas variaciones en cuanto a sus ingredientes. Es de origen precolombino, pues era preparado antiguamente con papa amarilla, la cual tiene textura suave, con limón y ají triturado. Las variedades que se nos presentaron fueron: Maki-causa de calamar (Ika no causa); rollo de papa negra (papa amarilla con tinta de calamar), aguacate sobre mayonesa de soja y calamar crudo (encima del maqui) cortado al estilo “Yabara” japonés (vientre de serpiente), con punto de salsa mentaiko (huevas de bacalao y chile peruano); y la Causa frita de pollo con huacatay (causa frita con panko, que es pan rayado japonés y topping de pollo marinado en una mayonesa de huacatay, gel de huacatay, trozo de pecana frita- nuez americana-, aguacate natural y hoja de huacatay). 

 

Secuencias callejeras. 

Sanguchito Cannata.Homenaje a los bocadillos “callejeros” peruanos y a la cocina callejera en general. Mini pan de brioche (casero), con panceta de ibérico (cocinada al vacío y después al horno, obteniendo carne tierna y piel crujiente), mayonesa de kimchi, salsa barbacoa japonesa, pepino encurtido y cilantro.

Gyoza de cochinillo a la plancha. Gyoza casera rellena de cochinillo de cerdo y papada de ibérico braseado con setas japonesas y un toque de cilantro, sake y gelatina de dashishoyu,(hechas a la plancha). Se acompaña con una salsa especial “chifera”, hecha con habas de mole mexicano, shoyu y jengibre.

 

Soba tsuyu nikkei. Soba (pasta japonesa de trigo sarraceno), servida con una salsa “Tsuyu” (mirim, dashi y soja) con ají amarillo ahumado y un aceite de cilantro.

 

Para acabar este devenir de sabores un Ceviche caliente con rocoto. Ceviche caliente del pescado del día cocinado en la hoja del maíz con una leche de tigre de rocoto, puré de boniato glaseado, choclo, aros de cebolla en tempura y cilantro, en brote y en aceite.

 

Y seguimos con un Anticucho de pollo a la brasa. Muslo de pollo con salsa anticuchera (ají panca, orégano, laurel, sal, pimienta, comino, vinagre y ajo).

Aquí hay un guiño a la cocina japonesa, ya que en cierto modo es un yakitori.

Se sirve en un pincho y entre las piezas de pollo se acompaña con shiitake y finalmente una papa canaria con salsa carretillera (leche agria, ají y jugo anticucho) y hoja de huacatay.

 

Pescado de roca frito en escabeche (Amadae no nan bansuke). Pescado de roca (Salmonete) frito, (se abre por el lomo y se le quitan las espinas), va rebozado con panko (pan japonés). Lleva por encima gomasio y ralladura de piel de lima. Va servido en un escabeche con ají amarillo y gotas de aceite de achiote. Como guarnición, brócoli, pak choi (col china) y cebolla roja. 

*Escabeche: pimienta, ajo, laurel, hoja de lima kaffir, pasta miso, pasta ají amarillo, salsa de tomate de árbol y vinagre.

 

Nigiri de Foie. Nigiri de foie con salsa siu panca (a base de soja y ají panca) soasado y polvo de sansho.

 

 

Cereza Sauco. Cereza “pre-postre” con tallo y gelatina de “ST. Germain” (licor de flor de sauco).  Se presenta dentro de olla de cerámica para  “pescar” el tallo con los dedos y llevar la cereza a la boca.

 

Y después de esta explosión de sabores asiáticos y sudamericanos, llegamos a la parte dulce, quizás menos conocida pero no por ello menos admirable. En ella vuelve a ponerse en acción la bandeja de presentación de cinco postres. 

Bizcocho al vapor con toque de anís, relleno de crema de jengibre y lima.

Perla de coco y menta (helada) con tapioca suflada. Crema helada de coco y menta hecho una bola con la tapioca frita.

Árbol de sésamo negro y yogur. Crujiente de sésamo negro, bizcocho aireado de yogur; por encima del bizcocho tenemos yogur fresco con lima, sésamo negro garrapiñado y hoja de atsina (notas anisadas).

Picarones de boniato con miel de higos secos y canela. Buñuelos peruanos a base de boniato y calabaza con miel de caña infusionada con higos secos y canela.

 

Momokochan. Pequeño melocotón japonés que recuerda en apariencia a la uva. Se sirve con granizado de koji (el fermento con el que se prepara el sake), ralladura de piel de naranja y se vierte por encima almíbar de sakura (cereza japonesa).

 

Cono de cristal. Cono de obulato (fécula de arroz o patata, con lecitina de soja y aceite) con caramelo transparente y sorbete de frambuesa/chicha (bebida peruana del maíz rojo) y toque de rocoto terminado con gelatina de Maria Luisa y sansho.

 

Dulces Pakta:

Caramelo de Chicha (Chicha no misusane). Gelatina de chicha morada (bebida dulce peruana a base de maiz morado, especias dulces como la canela y a veces fruta como la piña) con ralladura de piel de lima y envoltorio de obulato comestible.

Chocolates Peruanos. Chocolate blanco y té con sakura (té verde aromatizado con cerezas).

Piedras de chocolate. Roca maní caramelizado con chocolate con leche, y chocolate negro “Alto el Sol” (DO Peruana).

 

 

El menú Machu-Picchu, llamado también Honzen Ryori, representa la milenaria cocina de carácter formal con la que se obsequiaba a los invitados en la casa de los samuráis y otros miembros de la aristocracia feudal japonesa. Es una cocina pensada para banquetes importantes, como bodas o funerales, donde los platillos se presentan muy elaborados. Esta cocina que en PAKTA se recrea y se homenajea, ha tenido una gran influencia en la gastronomía japonesa moderna.

Una vez llegados a PAKTA y puestos a elegir, podíamos escoger el menú Machu-Picchu, menú degustación  que hemos descrito en estas líneas, o el menú Fujiyama, que constituye la misma estructura, sabores y platos con sólo algunas pequeñas variaciones, como puede ser el caso del Tártar de atún con crujiente de nori y shichimi (elaborado con un atún picante con tobiko, gomasio y cebollino al que se le añade Sriracha y Shichimi Togarashi, que es un condimento japonés con especies como chile en polvo, piel de mandarina, semillas de sésamo, de amapola, de cáñamo, nori y sancho en polvo). Este especial tártar se sirve acompañado de unos chips de alga nori.

 

Sin duda, una de las experiencias extraordinarias recomendables para vivir este próximo curso. 

 

 

 

PAKTA TEAM.

Cocina.

Albert Adriá. (Cat. Esp.)

Jorge Muñoz. Jefe de Cocina (Perú)

Kyoko Li. Jefa de Cocina (Japón)

Nathalie Miranda. Jefa de Pastelería (Perú)

Ricardo Ehni (Perú)

Jordi Gasó (México)

Mario Pérez (Perú)

Albert Cruz (Sevilla, Esp.)

Daniel Miró (Cat. Esp.)

Larry Hernández Ramos (Filipinas)

Alfredo Pena (Venezuela)

Gabriella Guimaraes (Brasil)

Rafael Puig-Pey (Cat. Esp.)

José Peláez (Colombia)


Sala.

Zet Chung. Jefa de Sala (Perú)

Albert González (Cat. Esp.)

Fiorella García Rivas (Perú)

Ariadna Fornells (Cat. Esp.)

Francisco Sanchez (Córdoba, Esp.)



Capón de Vilalba

 La palabra “capón” deriva del griego y el diccionario de la lengua española lo define como: “hombre o animal castrado, pollo que se castra cuando es pequeño y que sirve para comerlo, al capón de leche y al cebado en caponera”.

La tradición del capón es muy antigua. Los amantes de la gastronomía de la antigüedad conocían sus características, ya que se menciona en el Pentateuco, el texto más viejo de la colección bíblica; Aristóteles también escribía sobre él en su obra Historia animalium en el que dejaba constancia del arte de la preparación del capón y la exquisitez de su carne.

El capón de Vilalba tiene fama y renombre dentro y fuera de Galicia, incluso viaja a Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido…

En tiempos pasados el capón era moneda de curso legal y su uso más extendido era el de pago de favores. En la actualidad aún es posible encontrar zonas en las que el pago de rentas con capones sigue vivo.

La legislación comunitaria entiende por capón un macho castrado quirúrgicamente antes de terminar su madurez sexual, sacrificado a una edad mínima de 150 días; una vez castrados, los capones deben de pasar un período mínimo de engorde de 77 días. Según esta definición sabemos que todos los ejemplares que quieran ser etiquetados bajo la denominación de capón deben de cumplir con los requisitos y métodos utilizados por el órgano de control, para el cual se ha destinado personal autorizado que será el que lleve a cabo la castración de los ejemplares que se etiqueten bajo el nombre de Capón de Vilalba.

Las referencias históricas remontan la existencia de la Feria del Capón casi a los 200 años de antigüedad, ya que en los libros del ayuntamiento aparecen anotaciones del año 1835.

 

¿CÓMO ES EL PROCESO DE CRÍA ARTESANAL DEL CAPÓN DE VILALBA?

Todo comienza con la selección en origen de los mejores ejemplares machos disponibles para criarlos como capones. Cuando tienen entre 1 kg o 1,5 kg de peso, que correspondería con una edad de entre 45-60 días, son castrados quirúrgicamente, lo que hace que aumente el peso del animal por un mejor aprovechamiento del alimento. La energía que normalmente gastarían en luchar o proteger el territorio, se ve muy disminuida repercutiendo en un mejor crecimiento, acumulación de grasa e incremento de la calidad de la carne por la infiltración de grasa en los músculos, lo que hace que su carne sea más tierna y de mucho mejor sabor que la de un pollo sin castrar de la misma edad.

Los capones se crían al aire libre con una alimentación a base de cereales. Tienen zonas de campo a su disposición para que su crianza se lleve a cabo de la manera más natural. Por la noche se recogen en un lugar cerrado.

Durante toda la crianza tienen a su disposición toda la comida que deseen, así como agua de bebida. Es importante que las aves tengan la posibilidad de hacer ejercicio físico, ya que favorece el desarrollo de la musculatura, con lo que esta adquiere más coloración y, por tanto, una carne más oscura y apetecible.

El proceso de ceba es totalmente artesanal; el secreto de su calidad está en su cuidada alimentación y manejo. La tradición marca que los capones se encierren en las “capoeiras” o caponeras el día de San Martín. Las dimensiones mínimas de las caponeras son de 50 x 50 centímetros y están dotadas de comederos y bebederos. Las capoeiras están colocadas en lugares oscuros y a temperatura adecuada.

Una vez dentro se les da de comer una pasta o “AMOADO” hecha con maíz del país metida en agua hirviendo. A esto también se le puede añadir patata o castañas cocidas y yema de huevo. Estos ingredientes repercuten directamente en la calidad final de la carne del capón, así como en el color de su piel, que adquiere una tonalidad dorada.

El sacrificio y preparación del animal se lleva a cabo en la casa de cada criador con máximo esmero y cuidado; se despluma y, una vez finalizado el desplume, se procede a la evisceración, quitando todos los órganos del interior, así como la grasa abdominal, que se usa como adorno final de la pieza. Después de todo el proceso se le da un escaldado durante 5 minutos con agua que puede llevar paja de avena, azafrán o sal.

Los capones llegan a alcanzar un peso de 6 kilos.

Para su comercialización, el capón se adorna de manera simple y se transporta en cesta de mimbre o madera rellena de paja y cubierta con un paño blanco.

Todos los capones se venden en la Feria del capón de Vilalba que se celebra el domingo anterior a Nochebuena; no debemos olvidar que la cría de capón tiene como objetivo la obtención de una carne de pollo de alto prestigio y calidad, destinada fundamentalmente al consumo navideño.

Es una feria de rango nacional que supone un gran acontecimiento económico y social; suele ser visitada por unas 10.000 personas cada año. Docenas de cestas con capones abarrotan la entrada al recinto ferial. Desde muy temprano los criadores esperan para intentar conseguir los mejores sitios. Sobre las 8 de la mañana, según van entrando, los criadores entregan una ficha y anotan el número de ejemplares que traen. Sobre las 9 empieza la inspección visual de los animales, comprobando que todos tengan su anillo numerado, así como la observación de todos los ejemplares con vistas a la concesión de los premios, que son tres: al mejor criador, a la mejor cesta y al mejor par.

A las 10 de la mañana se abren las puertas al numeroso público que se acerca desde distintos lugares de Galicia, incluso del resto de España. Desde el propio recinto es posible enviar capones a través de empresas de mensajería a cualquier parte del país.

Los precios del capón oscilan normalmente entre los 80 y los 100 euros.

A las 12:30 de la mañana se hace entrega de los premios y comienza su degustación en los locales hosteleros de Vilalba, que año tras año se afanan en preparar sus mejores recetas con este manjar para satisfacer y sorprender a los miles de visitantes que visitan la localidad.

El capón de Vilalba no tiene el reconocimiento de Denominación de Origen ya que la normativa sanitaria europea no permite el sacrificio artesanal por lo que se está estudiando para el futuro construir pequeños mataderos dentro del marco de la ley para poder obtenerla.

Además la Asociación de Criadores está desarrollando un proyecto para promover la cría continua del capón.

El capón, por su tamaño y textura, puede prepararse de cualquiera de las maneras que se aplica el pavo: al horno, relleno, etc., y es, sin duda, uno de los grandes manjares navideños de la Comunidad y uno de los productos de mayor calidad y sabor que merece la pena ser degustado.



La Botica de Miguel Ángel de la Cruz

 Autodidacta, Miguel Ángel de la Cruz ofrece una cocina franca, artesana, lógica, derivada del paisaje, empeñado en poner en valor todo aquello que brinda su entorno más cercano.

Sensibilidad y naturalidad en cada elaboración.

Su propuesta se guía por el incansable ritmo de la naturaleza que con el cambio de estación ofrenda nuevos ingredientes.

Después de haber disfrutado del siguiente menú, me hizo reflexionar sobre la grandeza de la cocina castellana. Creo que no somos lo suficientemente conscientes de la excelencia que nos rodea.

Deberíamos relativizar lo que hacemos, dando importancia a lo que tenemos, valorando todo de lo que somos capaces…

 

Aperitivos:

 

Palos.

 

A modo de palos, grisines con polvo de setas servidos con una salsa pesto de queso castellano y piñón.

 

 

Tostas de maíz, apionabo y orejas.

 

Delicadas tostas de maíz fritas, con una crema de apionabo, oreja de cerdo picada, trompeta negra y brotes de crucíferas.

 

 

Hojas secas.

 

Snack de fécula de patata aromatizado con perpetua.

 

 

Cono de pan de pueblo, crema de setas y manzana acida.

 

Cono de pan blanco tostado relleno con crema de manzana ácida acompañado de otra crema de setas.

 

 

La ciruela de pate de lechazo.

 

Tradicional paté de lechazo servido con forma de ciruela y una jalea de esta fruta.

 

 

Setas impregnadas con almendras tiernas.

 

Setas de cultivo impregnadas con leche de almendra y praliné de almendra.

 

 

Vegetales y setas encurtidos con un jugo de pimiento asado en horno de leña.

 

Calabazas, cebollas, apio y setas de la zona encurtidos, con un jugo de pimientos asados a leña y hierbas silvestres.

 

 

Escabeche de codorniz, achicorias y zumo de piñas verdes.

Codorniz escabechada y aliñada con zumo de piñas verdes de pino, embellecida con hojas de achicoria silvestre.

 

 

Platos:

 

Lomo de trucha con sopa de piñón blanco y helado de piñones asados.

 

Un ajoblanco de piñón, ajo negro, lomo de trucha marinada con anisados silvestres y un helado de piñón asado.

 

Capuchino de morcilla artesana y espuma de pan de pueblo.

 

Emulando una taza de capuchino, crema de mostaza y espuma de pan de pueblo a la que suma miel, piñones y polen de abeja.

 

Castañas de hígado de pato con pamplinas y jugo de ave.

 

Castañas miméticas de hígado de pato, pamplinas (hierba espontánea), crema de castaña del bierzo y jugo de ave.

 

Huevo de leche de oveja ahumada con rebozuelos.

 

La clara es leche de oveja, ahumada primero y después texturizada, a la que introduce yemas de huevos de corral pequeños, servidos con un caldo de rebozuelos y otras setas locales.

 

La seta que cocinamos como callos a la madrileña.

 

Un plato de setas servido como callos de ternera, oreja blanca que hace las veces de los callos, con tendón de vaca y gajos de cebolla.

 

Salchicha de venado (producción artesana), cardo mariano, y polvo de piñón blanco.

 

Una salchicha casera de venado en su jugo, acompañada de hojas tiernas de cardo mariano y piñón en polvo.

 

 

Postres:

 

Piñones y pinares.

 

Espuma de piñón, helado de piñas verdes de pino y polvo helado de perpetua.

 

Tarta de manzana a nuestra manera.

 

Una tarta de manzana a su manera; crema de piel de limón y canela, con finas láminas de manzana y merengue tostado de limón, hojas de melisa y jalea de manzanilla silvestre.

 

Esfera de choco blanco y negro.

 



BOCUSE D´OR ESPAÑA 2015.

08/12/2015 - Pablo Márquez

 

Mi respeto y admiración a todos/as. Por su esfuerzo, dedicación, implicación, sacrificio... por ser tan valientes, y por amar y sentir con tanta pasión esta su profesión, que es su vida.

Gracias por hacernos felices con vuestro trabajo.

 

Estos han sido los platos presentados por todos los candidatos en Valladolid, en el campeonato Bocuse d'Or España 2015. Enhorabuena al ganador, Juan Manuel Salgado, que nos representará a todos en Europa, portando con orgullo la bandera de nuestra gastronomía.

 

TRUCHA DE TIERRA DE ALBA DE SALAMANCA:

Islas Canarias: Huevas, Trucha y Coliflor.

Cantabria: Ecosistema de la trucha.

Castilla y León: Trucha blanca con jugo de sus cabezas, azafrán y farsa de ratatouille.

Madrid: Compacto de trucha de río y anguila, pan de ajo, apio osmótico, crema fresca, caviar y jugo yodado.

Comunidad Murciana: Trucha.

Navarra: Trucha de alta montaña, marinada, ahumada y cocinada.

País Vasco: Despiece de trucha, lingote de cigalita y champiñón anisado, tartaleta verde de acelga y ravioli de remolacha y queso casero.

Comunidad Valenciana: Trucha hexagonal con espirulina, setas, verduras y gamba.

Andalucía: Trucha ligeramente ahumada en frío con aromas de sierra, crema acidulada, hinojo y mahonesa de albahaca.

Aragón: De los fríos ríos…

Islas Baleares: Trucha con suquet de pescado con “herbes seques”, verduras ahumadas, patata confitada con ali oli gratinado y bombón de gambas.

Castilla La Mancha: Lomo de trucha, cangrejo de río, cigalas y verduritas.

Cataluña: Terrina de trucha con foie, mango, ensalada de algas, chips de flor de loto y sus huevas.

Extremadura: Trucha ibérica de aquí y allá.

Galicia: Trucha de Río a 45 grados, gelatina de vinagre, puré “crudo” de hierbas de río, piñones y tallarines de bulbo de hinojo caramelizado.

La Rioja: Trucha.

 

 

LECHAZO I.G.P. CASTILLA Y LEÓN:

Islas Canarias: Lechazo y marinos.

Cantabria: Cordero relleno de mollejas, frutos secos, lanas, torrefactos y trufas.

Castilla y León: Lingote de cordero, bombón de sus hígados y ciruelas, sus mollejas con boletus y alcachofas y boniato con royal de jamón, trufa y flor de loto.

Madrid: Roulada de cordero rellena de mollejas y sus interiores, milhojas de tubérculos y berenjena ahumada, cremoso de leche de oveja, eclair de foie gras, frambuesa y remolacha.

Comunidad Murciana: Cordero asado.

Navarra: Lechazo de Castilla y León con hojas de acelga y olivas de empeltre, aromatizado con romero.

País Vasco: Lechazo de Castilla y León con membrillo al azafrán, sándwich de sus asaduras y ensalada cónica de escarola.

Comunidad Valenciana: Lomo de cordero con su piel crujiente.

Andalucía: Cordero asado, pastel de patata y ajo asado, espuma de maíz y remolacha.

Aragón: De los verdes prados…

Islas Baleares: Carne de lechazo y mollejas crepinette con col rellena de cordero y sobrasada de cerdo negro, pastel de tumbet mallorquín y coca de verduras.

Castilla La Mancha: Lomo de cordero, trufa, boletus y ajo negro.

Cataluña: Lechazo en dos cocciones con boletus, castañas, su molleja crocante, hierbas del monte y su jugo.

Extremadura: Cordero lacado con setas, trufas y más.

Galicia: El cordero, uvas de San Simón da Costa al Godello, un membrillo de mango y hierbaluisa, cremoso de patata y foie y un caramelo de miel de Galicia y soja.

La Rioja: Carne de cordero.

 

Todas las fotos han sido realizadas por mi querido compañero y amigo Pedro Klak. ¡Gracias!

 



Raúl Resino

En Benicarló, Raúl Resino cocina básicamente con productos de la tierra y de plena temporada, lo que le dirige a trabajar sin carta, exclusivamente con un menú gastronómico de diez platos, que cambian por completo cada 15 días. Un menú exento de carnes, ni embutidos; solo productos de huerta y mar, con la salvedad de un steak tartar como sugerencia, siendo flexibles y ofreciendo alternativas por si alguno de los platos no es del gusto del comensal, con especial sensibilidad a los alérgenos. 

Producto local del Maestrazgo y Costa Azahar, proveniente de lonjas de la zona y los huertos ecológicos de alrededor. Estilo propio, que ha ido forjando en sus distintas estancias en grandes templos de la gastronomía como Martín Berasategui de Lasarte, El Raco de Can Fabes, El Celler de Can Roca, el restaurante Suzaku de Tokio, o Zuberoa en Oiarzun – Guipúzcoa; como base, la cocina tradicional de la zona, actualizada a su manera con técnicas de vanguardia y pinceladas asiáticas, donde el producto siempre es protagonista. 

 

Un menú gastronómico de Raúl Resino puede sonar tal que así, y así mismo nos lo explica:

 

Nuestra barca artesana de los pica-pica del mar

 

De entrada, en los aperitivos de la casa, empezamos con un caldo de miso sabor 100% Japón acompañado de algas wakame; una mantequilla de anchoas para que vayamos untando en el pan caliente que sirven al gusto, y su barca artesana de los pica pica, que está compuesta por tres aperitivos con productos del mar que van cambiando según mercado: esta vez tocó caballa marinada de nuestra costa con ceviche de mango; boquerón de la luz, reinterpretando un boquerón en vinagre, permutado por vinagre de arroz y envuelto en lechuga de mar, acompañado de un bizcocho aéreo de tinta de sepia natural simulando una roca; y una sardina marinada sobre un bocabit de algas.

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Ostra del Delta del Ebro crionizada en cava y lima, y puré de mango  

 

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Crema de cigalitas de Sant Carles de la Rápita infusionada con lemón grass y quínoa marina

 

Crema ligera emulsionada de potente gusto a cigalitas del terreno y leve matiz de lemon grass aromatizando sin restar protagonismo a la cigala, de bonito color limpio y de tono blanco grisáceo. Se sirve en jarrita sobre quinoa con algas que le aporta contraste y textura, con acento yodado.

 

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Langostinos “Aburi” con aguacate, wasabi, lima y salicornia

 

La técnica japonesa “Aburi” es del maestro Yoshikawa Takamasa de 75 años, con el que Raúl tuvo el honor de trabajar en el restaurante Suzaku de Tokio, la cual empezó a utilizar hace 40 años. Consiste en pasar un corte de pescado a la minute para niguiris por una rejilla al rojo vivo directo a la llama por un lado, y quitar apenas un segundo si llega. Resino previamente mete los langostinos enteros al vacío con AOVE 2 minutos en roner a 55 grados dejándolos más tersos y después los pasa por la llama. Los acompaña con una crema a modo de guacamole de aguacate, lima y wasabi muy equilibrada donde destaca el cítrico, con un matiz de sabor de wasabi propinando carácter canalla. Y lo corona con brotes de salicornia aportando salinidad.

 

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Arrocito de cananas con sepionet de la puntxa a la minute y verdolagas de costa

 

Arroz sutil, sin agresividad, con sabor a canana (calamar volador de la zona), sobre el que dispone sepionet de la puntxa (uno de los productos estrella de la zona), marcados aparte para respetar su cocción y sabor, atildado con burbujas de cebolla escalibada, modernizando una combinación clásica de la cebolla con el calamar o chipirón, el cual termina con verdolagas marinas, hojas silvestres de las marismas con toques salinos y textura carnosa.

 

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Doradita costera tratada como si fuera un tiradito, con ponzu de cítricos de la Costa Azahar

 

Cortada en lonchas finas a contra fibra como si se tratara de un sashimi pero con un tercio de grosor, aliñado con soja, cítricos, shichimi togarasi (mezcla de siete pimientas japonesas), rozando el Mediterráneo con AOVE, polvo de algas deshidratadas casero, acompañado con una ensaladita de algas wakame y vegetales.

 

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Suquet de pez rata y miso con espagueti de mar

 

Guiño a la cocina tradicional como es el emblemático suquet (plato de marineros), utilizando para la ocasión lomitos de pez rata de la costa cercana, un pescado espectacular que se usa en caldos regionales y arroces, muy carnoso, sabroso, con piel muy gelatinosa. Se presenta sobre una crema ligera de patata de Vistabella, que nada en una salsa marinera de miso y espagueti de mar, aportándole vegetal marino y otra textura.

 

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Juliola en AOVE con aromas del mediterráneo, con ragout de nuestro tomate 20 horas, e hinojo de mar y tierra

 

Pescado de pequeño roquero blanco de la zona, muy fino. Separan los lomos y desespinan sin quitarle cabeza y cola, rellenándolo de su emblemático tomate 20 horas, que, en más de una ocasión, luce protagonizando un plato. Se trata de pelar el tomate con su rama y macerarlo 10 horas en un caldo aromático, y diez horas en el horno a baja temperatura, con lo que mengua, pierde agua, concentra sabor y carameliza un poco. Se corta en pequeños dados y rehoga con una brunoise de bulbo de hinojo, cocinado levemente con un AOVE aromatizado con diferentes hierbas y cítricos de la zona. La obra se termina con brotes de hinojo marino pasados por vinagre de manzana ácida y unas gotitas de tinta de sepia y kimuchi.

 

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Nuestra Agua de Valencia

 

Versión digestiva del agua de Valencia, servida como prepostre con pajita. Zumo de naranja, cava, vozka, ginebra y azúcar. 

 

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Manzana verde en su diversidad

 

Postre fresco y digestivo de matices cítricos, con diferentes elaboraciones de manzana verde como: Sorbete de manzana, gelatina cítrica de manzana, disco de hielo granizado de manzana, compota cítrica de manzana asada, bastones de manzana verde natural, además de azúcar de wasabi.

 

 

 "Raúl cocina como piensa, no piensa como va a cocinar"

 


La Cocina de Santceloni: Por Óscar Velasco

Esta misma semana he compartido con mi amigo Óscar una jornada de aprendizaje en Gasma. Y no ha hecho magia con sus manos, ni creado  ilusiones ópticas o mentales, no. Simplemente se ha dedicado a hacer lo que normalmente hace: COCINAR. 

 

 

Voy a empezar presentándome, Soy Oscar Velasco, Cocinero y Chef del Restaurante Santceloni, con 2 estrellas en la guía Michelin. Ubicado en el Hotel Hesperia de Madrid.

Empecé mi carrera profesional en mi ciudad de nacimiento, Segovia. A lo largo del tiempo he tenido la oportunidad de formarme en algunos de los mejores restaurantes de España, como Zalacain en Madrid, MB en Lasarte Guipuzcoa y Can Fabes en el pueblo de Sant Celoni en la Provincia de Barcelona.

He trabajado al lado de grandísimos cocineros, como por ejemplo Santi Santamaría chef propietario de Can fabes, creador y primer director gastronómico del restaurante Santceloni.

En el año 2001 abre sus puertas por primera vez Santceloni.

El propio Santi creó un equipo para dirigir las tareas diarias del restaurante, formado por:

Abel Valverde como director de Sala.

David Robledo con Sumiller.

Y yo mismo como responsable de la Cocina.

A lo largo de estos casi 15 años de andadura, hemos desarrollado nuestras carreras profesionales, situando a Santceloni como uno de los restaurantes de referencia de nuestro Pals.

A título personal los tres hemos sido galardonados con el Premio Nacional de Gastronomía, que otorga la Real Academia de la Gastronomía Española, convirtiendo a Santceloni en el único restaurante con los 3 premios nacionales en la actualidad en España.

El trabajo en equipo ha sido una la de las claves del éxito de Santceloni.

La búsqueda de la excelencia tanto en el servicio como en la cocina, unidos a un firme compromiso con nuestros clientes, a los que queremos poder ofrecer una experiencia única para disfrutar con todos los sentidos, nos hacen trabajar de forma unida, con un alto nivel de exigencia.

Hace 5 años, con el fallecimiento de Santi Santamaría además de dirigir la cocina, asumí también la dirección gastronómica del restaurante.

Durante mucho tiempo cuando me pedían que definiera como es mi cocina, no sabía cómo hacerlo.

Con la experiencia me he dado cuenta que me gusta cocinar lo que me gusta comer, y he sido capaz de identificar Io que para mí son los cinco pilares básicos de mi cocina:

 

·Producto

 

·Tradición

 

·Formación

 

·Creatividad

 

·Tecnología

 

(Trabajo constante)

 

Producto

Sin buen producto no hay buena cocina

 

Tradición

Representa mis orígenes, mi educación, mis primeros contactos en los restaurantes de Segovia, etc… son esas cosas que han marcado como soy y que quiero transmitir a través de mi cocina

 

Formación

El aprendizaje a lo largo de los años, la experiencia, la necesidad de seguir siempre aprendiendo, viajando y conociendo otras culturas, diferentes puntos de vista, que me permiten seguir enriqueciéndome y mejorando.

 

Creatividad

queremos ofrecer una experiencia única a nuestros clientes, queremos crear  nuestro propio camino siendo innovadores y creativos.

Hay mucha maneras de ser creativo, una forma importante es a través de la tecnología

 

Tecnología

Entiendo que sin tecnología no hay desarrollo, pero para mi cocina, quiero solo quedarme  con esas técnicas, que mejoran  el resultado de mi trabajo, o me lo hacen más fácil.

Quiero que la tecnología esté al servicio del cocinero y nunca al revés.

La tecnología no puede superar el “saber hacer” del cocinero.

 

 

 



ANDALUCÍA SABOR

 Andalucía no se espera, está. Díganme, ¿donde navega un marinero más audaz que el chef del mar?; ¿qué creativo acumula más bagaje que Dani García?

¿a quién se le ha ocurrido estudiar, plasmar y dignificar la cultura andalusí con más devoción que Paco Morales? ¿Y quien avanza con más fuerza que Xanty Elias? 

La lucidez, la introspección de Jose Carlos García; el enaltecimiento del territorio de Diego del Río; la tradición y actualizacion de Celia Jiménez y Juan José Ruiz; la innovación y el respeto de Diego Gallegos; Las hechuras y sensatez de Kisko García y José Álvarez; el compromiso de Julio Fernández; técnica, belleza, precisión, Mauro Barreiro, Juan Andrés Morilla, Juan Carlos Trujillo... Una nueva era en los fogones habita en la región, y resiste, aporta, tratando de dar un paso adelante y ni medio atrás; pero ya se sabe, además de serlo, hay que parecerlo. Cree en lo que haces, aléjate de complejos y comparaciones, y si no lo consigues, por lo menos serás más feliz. 

 

Este año se celebró la V edición del Congreso Andalucía Sabor, dejando claro que se investiga e innova sin perder la decencia.

 

Jose Carlos García entremezcla terruño y cosmopolismo desde una óptica personal alardeando de buen gusto y delicadeza, escogiendo minuciosamente géneros, embelleciendo sus argumentos. 

 

Diego del Río, primordial prescriptor de productos ignorados, lleva 15 años defendiendo localismo, avanzando en la progresión de la cocina andaluza a ritmo sosegado con paso firme. 

 

Celia Jiménez con un nuevo y flamante proyecto sigue fundamentando su propuesta en una base tradicional enriquecida de perfeccionamiento, al igual que Juan José Ruiz, conceptualizando su oferta protagonizada por el salmorejo, estudiando e innovando recetas, formatos y presentaciones.

 

Más allá del valor gastronómico de sus composiciones interpretadas con pescados de agua dulce, de su trabajo investigador y recreador, de la concepción de un entorno partiendo del mismo género, deberíamos condecorar al  Brasimalagueño Diego Gallegos, hacerlo buscando la sostenibilidad. 

 

La transgresión ténica y sensorial de hechuras, texturas y acabados fué el título de la ponencia llevada a cabo por kisko García y José Álvarez, defensores de una cocina de producto tecnificada con sutileza y buena disposición.

 

Un momento de gloria para los 'invisibles'. La tertulia : ''La sala ¿Evolución de la sala a través de la cocina o viceversa? Nexo de unión entre cliente y cocina'', conectó a tres muy grandes personalidades del sector.

 

Pia Ninci, directora de sala del restaurante Messina, cocinera de formación, camarera por vocación, se enorgullece de su evolución, de todo el sacrificio que han tenido que pasar para obtener reconocimiento, destacando que solamente la sala puede transformar una comida en una experiencia inolvidable.

 

Didier Fertilati, referencia internacional de la profesión, apuntaba que más que evolucionar, se han tenido que adaptar a las cocinas de sus restaurantes. Ha pasado de trinchar pichones con guarniciones de verduras, a utilizar nitrógeneo líquido delante del cliente.

En un poco más de ocho años que lleva en Quique Dacosta la evolución ha sido bestial. Antiguamente tenían dos menús degustación, un menú del día, carta de arroces y carta. Ahora solamente disponen de dos menús degustación. De mesas de banquete, a creatividad pura. 

Además, cuando empezó, la media de edad superaba los cincuenta; ahora acude gente mucho más joven. ''Hay que saber leer bien las mesas; adaptar el servicio al ritmo de cada cliente; porque la gran evolución, es el cliente.''

 

Juan Ruiz, director de sala, sumiller de Aponiente es un tío afortunado. Y digo afortunado porque Ángel León es un enamorado, un fanático de la sala. Porque se interviene en la misma finalizando la obra. La evolución de Aponiente suena al unísono en cocina y sala. 

Citaba el bueno de Juan a su mentor Abel Valverde señalando que hace más de una década ya apuntaba el enorme anfitrión de Santceloni que el mejor psicólogo será a su vez el mejor jefe de sala. 'Yo no entiendo mi vida transportando platos. Somos contadores de maravillosas historias que otros escriben.'

 

Y cerró la primera jornada el incomparable Ángel León. Un marino loco, un borracho de agua de mar, valiente, superviviente, que nunca imaginó lo que le está sucediendo; un inconsciente que soñaba con sus realidades de hoy; un patrón con tripulación; un cocinero de fantasía.

Y se acordó de los malos momentos cuando los clientes no entendían lo que hacían, utilizando descartes,¡pescados que se tiraban por la borda!

E hizo un repaso de algunos de sus inventos y descubrimientos; y la lista es interminable: los azúcares marinos, la luciferasa (luz del mar), el plancton, los embutidos marinos...''Queríamos contar algo inédto, pero el error fue querer contar más de lo que había detrás que simplemente la verdad''. Un recorrido en el que se han llegado a sentir solos; pero en el peor momento llega la estrella Michelín y ¡vualá!

Y ahora la realidad supera la ficción. Una rehabilitación de más de tres años, una inversión que se ha ido de madre, un parto en el desembarco. En un habitat semiabandonado, entran cada mañana entre 200 y 300 KG. de pescado en el molino de las salinas, un espacio que dignifica su carrera, identidad e ingenio. 

Por el camino se suman artistas como Javier Ayarza, capaz de utilizar también los descartes con maestría e imaginación para crear un ambiente absorvente enarbolando la línea conceptual del chef. Un local camaleónico que es capaz de embellecer con luz diurna natural, tuneando de manera artificial la experiencia cuando es la oscuridad de la noche la que inunda las marismas, modificando visualmente cada plato al antojo del patrón; y se sigue trabajando en la actualidad para que la experiencia comience incluso antes de acceder al local. 

De los 31 pases que ofrecen a día de hoy, preparó Juanlu, alma impenitente de Aponiente, un trío formado por una sustanciosa sopa cuya única salinidad proviene del mar, siendo el cliente el que removiendo pone a punto; una evolucionada pescadilla, y otra suculencia terrenal llevada a su mundo pelágico en forma de royal. Además de explicar Ángel la evolución de los embutidos marinos, que lucen en el restaurante en una mesa como la que presentó en el escenario: calamar relleno de sus interiores y trufa; sobrasada de caballa: morcón de corvina; pastrami de atún de almadraba; chorizo, butifarra y salchichón de mújol de estero; paté en costra de jurel relleno de hueva;  salchicha, morcilla, manteca colorá...incluso un queso de erizo. Hay que ver como se las ingenió el artista para que la gente comiera pescados de descarte.

 Como cambian las cosas; ocho años cocinando con el plancton, y ahora son el resto de cocineros los que le dicen como hacerlo. 

Queridísimo Ángel, ¿a lo mejor es tiempo de coger platos del pasado que no se presentaron 'en su momento'?

 

Julio Fernández considera que 'innovar es hacer algo que al final tenga éxito'. Y seguro que lo consigue trabajando en una línea de productos para celíacos cuyo mercado ofrece básicamente elaboraciones desnaturalizadas. 

 

Mauro Barreiro se ha convertido en un reivindicador del Garum, salsa salada inventada no se sabe bien si por griegos o fenicios que lleva pescado azul, sal y especias, que se utilizaba como aderezo, potenciador de sabor, siendo uno de los primeros productos gourmet de la Historia. Más de 10 años de investigación llevada a cabo por un equipo interdisciplinar de investigadores de la UCA y la USE al que se une Mauro Barreiro desarrollando aplicaciones culinarias y que la empresa El Majuelo se encarga de comercializar.  

 

Y de repente, un rayo de luz ilumina el escenario, Paco Morales, uno de los mejores cocineros andaluces que hayamos visto y probado, nos habla con ilusión de NOOR, un regreso a su Córdoba buscando el confort emocional que sólo la familia es capaz de proporcionar. Ya son más de dos largos y laboriosos años que nos viene convenciendo del proyecto. Y claro, a nosotros las dudas nos inundaban pensando en lo dificil de la plaza. Pero Paco lo tiene claro y yo, por lo menos, confío ciegamente en que lo conseguirá. Por fin un restaurante propio. 

 Porque apuesta por la memoria. Diseñadores, historiadores, documentalistas... realizan un trabajo incesante con Paco de una manera diferente, buscando un filón en la cultura andalusí, integrada por Griegos, Visigodos, Tartesos, Fenicios, Romanos, Musulmanes, Judíos, etc. circunstancialmente infravalorada. Y es que tenía el deber moral de estudiar, plasmar y llevar a la excelencia su cultura. Lo fácil, hubiera sido fusilar platos de países vecinos, reproducir lo suyo de una manera contemporánea. Pero Paco no es un mediocre, y no cae en la evidencia. Dictaminó indagar y ser más profundo. Y Noor verá la luz si nada se tuerce este próximo año. 8 mesas y 2o trabajadores para 22 clientes. Radicalidad y provocación. 

Sentencia humildemente Paco: ''Nuestro único valor ha sido recuperar nuestra cultura''; ¡Ahí queda eso!

 

Juan Andrés Morilla y Juan Carlos Trujillo saben lidiar en estas plazas y aprovechar al máximo el tiempo asignado. Sus triunfos, en Bocuse d'Or  uno, y el Premio Internacional de Cocina con Aceite de Oliva Virgen Extra el otro, por poner algún ejemplo, así lo corroboran. Agradecimos el esfuerzo ímprobo en mostrar su cocina, platos detallistas, bellos, técnicos, de un respeto incuestionable que salpicaban uno tras otro a una audiencia que no podía más que aplaudir el desfile. 

 

Xanty Elías lo tiene claro. No basta con dar bien de comer para ser considerado un gran cocinero y su restaurante una referencia en la Comunidad. Se exprime el cerebro para alcanzar su meta. Y como es un tío inteligente sabe que para ganar hay que jugar en equipo. Por ello invierte su tiempo y dinero en ir un paso más allá para conseguir redondear la experiencia gastronómica. Sabe que el azar no tiene nada que ver; el estudio proporcionará acercarse a esa verdad. Junto a su inseparable sumiller Jose A. Barragán, la diseñadora Granada Barrero y el apoyo de la Universidad de Huelva, se ha obsesionado en que su cliente alcance el clímax;  para ello analiza la percepción del comensal en todas las fases de la vivencia. Los datos servirán de arma, que empuñada con razonamiento y una dosis de frenesí, convertiran al bueno de Xanty en shériff del Condado de Huelva.

 

Que se puede decir de Dani García que no se haya dicho ya. ¡Pues nada! Estandarte de la alta cocina andaluza, espejo mágico de cuento para adultos, superviviente aleccionador de vida. Porque cada uno de los enunciados que nos dejó Dani es una dádiva de razón: ''La única verdad de la cocina está en la boca; por encima de lo bello o estético, de lo conceptual o filosófico somos cocineros, sin más. La cocina es sabor básicamente. Lo más importante es lo que te llevas a la boca. Cuando viajas te das cuenta que no eres nadie'' Con la sencillez de lo natural, la sapiencia del profesional, la sinceridad de la espontaneidad, el Principito de Marbella, dejaba marcado su sello.''Lo esencial es invisible a los ojos''; Y hacia esa línea me confesaba gira su nuevo menú de temporada, cada vez más francamente complejo. Ojalá pueda este maestro de la cocina andaluza encontrar sosiego, aunque resulte complicado en este mundo de cambios vertiginosos. 

Sentenciaba Dani García haciendo alusión al incomparable Ferran Adriá: 'Creatividad es no copiar' 'Y es frustrante'- añadía.

 

 

 

 

Si además de todo esto, los foráneos invitados son de la talla de Sergi Arola, explorador culinario con la convición del que todo ha visto y todo le queda por ver, imagínense. Mensajes claros, sinceros, directos... Explicando la dificultad de exportar nuestra cocina tradicional debido a la absoluta dependencia de la excelsidad del producto para poder elaborarla, y la imposibilidad de conseguirlo más allá de nuestras fronteras. También la falta de iniciativa, y de darle tiempo al tiempo para que tengamos un lugar en el Mundo. Eso sí, modelos ejemplarizantes como Ibérica con Nacho Manzano al frente, haberlos haylos, dice Sergi: ''Ibérica es el gran exponente de la gastronomía española a nivel mundial como concepto replicable''. Y yo, que he visitado cada uno de los locales que han ido abriendo en Inglaterra, lo ratifico.

 

 Y no hay mayor ni mejor embajador de La Rioja que Francis. Identidad absoluta que transmite en su trabajo, mesurado, entregando creaciones siempre respetuosas, a veces dicharacheras, frecuentemente homenajeadoras de su entorno y memoria. Pocos gaudeamus como en  Ezcaray. Un cocinero con el gusto de ayer y capacidad de hoy. Francis Paniego, el ilustrador de la casquería.

 

 Me gustaría destacar la labor sobre el escenario de David Gavira, pendiente de todo y de todos, las armonías de Rafa Bellido y el distinguido nuevo embajador de los vinos de Jerez, Pepe Ferrer, además de todos los moderadores, Antonio de Haro, Berta del Barrio, Esperanza Peláez, Fernado Rueda, Julio Moreno, Mayre Modrego, Pablo Amate, Paz Ivison, Pepe Monforte, Pepe Oneto, Pilar Martín, mis amigos el chirigotense Antonio Colsa, con su simpatía carnavalesta, y el Presi, Fernando Huidobro, reivindicador alzado altoparlante, orgullo Andalusí y ejemplo a seguir. Enhorabena a la organización y en especial a Alberto de Paz y Eva Cepero.