Inmerso en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, donde podemos comer un mes entero en restaurantes de distintas nacionalidades sin repetir ninguna, emerge con brutal efervescencia Ibérica, una sociedad formada por un tándem norteño de primera división capitaneado por el gallego Marcos Fernández y los asturianos Nacho Manzano, como director gastronómico, y César García, como chef responsable. Nacho Manzano, chef tres estrellas Michelin (2 en Casa Marcial, Arriondas, y una estrella en La Salgar, Gijón), luchador incansable y humilde, junto con sus compañeros de aventura, son los artífices de que podamos tomarnos un café con un pincho de tortilla a media mañana en la City, de la misma manera que si estuviéramos en el Madrid más castizo. El tapeo como after work o el terraceo ya es la nueva moda y corresponde a un tipo de ocio de calidad y sobre todo de mucho sabor a la España más tradicional reinterpretada desde la visión actual de estos intrépidos chefs.
El primer castillo de este cuento fue Ibérica Marylebone, un local abierto en 2008 con una barra baja presidida por cuatro jamones ibéricos y con una carta en la que los calamares a la romana, el pitu de caleya y los vinos españoles de las más variadas denominaciones de origen son protagonistas. En su carta brillan por sí solos platos tan tradicionalmente nuestros como el arroz negro con alioli, la presa ibérica con guarnición, los guisos, las lentejas, el cocido madrileño, el jamón de Guijuelo con pan y tomate, así como otros más modernizados como la ensalada de mango, o el Homenaje al tomate, que se sirve con alcaparras, albahaca, jugo de vinagreta de tomate y helado de queso; la torta de maíz y Cabrales o el omnipresente pulpo, así como gran variedad de pescados y mariscos. Tarta de Santiago, vinos de postre, licores y orujos completan esta experiencia. Con una media de 1800 clientes semanales, cuenta además con un área privada para eventos y presentaciones en la primera planta.
Este peculiar restaurante, al igual que el resto, cuenta con un espacio de tienda gourmet llamado Ibérica Delicatessen, donde los clientes pueden llevarse a casa cualquiera de los productos españoles como charcutería, aceites de oliva y conservas de todo tipo. La calidad es su premisa principal, por ello Ibérica trata directamente con los mejores productores españoles para obtener materias primas con los que elaborar sus fantásticas cartas y seducir a los paladares más exigentes.
El segundo sueño cumplido de esta aventura se llama Ibérica Canary Wharf, en pleno centro financiero de Londres, un lugar que cuenta con un centro comercial que recibe una media de 30.000 visitantes diarios, muchos de los cuales son trabajadores del propio centro financiero con un sueldo medio de 150.000 libras anuales. Al llegar a Canary Wharf lo primero que nos encontramos es una terraza repleta de gente disfrutando del tapeo entre el bullicio, un oasis en medio de enormes rascacielos.
Ya en el restaurante se impone una grandiosa barra con taburetes en la que se sirve un tapeo informal, aunque también cuenta con mesas y una planta superior con comedores enfocados a una oferta gastronómica diferente y más elaborada, en los que podemos encontrar más o menos intimidad, según se requiera.
Espacios amplios, luminosos y con un interiorismo llevado a cabo por el arquitecto Lázaro Rosa Violán, encajador indispensable en el proyecto. Una cabeza de toro al que llaman “Chismoso” preside un espacio en el que se pueden degustar jamón ibérico cortado a cuchillo, cecina de Trasacar, sus insustituibles croquetas, fish&chips adobados al estilo andaluz o el cremoso arroz con leche asturiano.
Ibérica La Terraza representa el concepto más desenfadado y funky de todas sus propuestas. Un espacio al aire libre con marcado carácter cañí situado dentro de Canary Wharf, pero que funciona independiente, con sus propias cocinas y barras donde sugieren tapas de jamón ibérico, albóndigas, setas de Logroño o salmorejo.
Ibérica ofrece una oferta global, para todas las ocasiones y en cualquier momento del día.
Una de sus últimas incorporaciones ha sido Ibérica Farringdon, situado en uno de los barrios con mayor proyección gastronómica de Londres, en el área de Clerkenwell, a poca distancia de la estación de metro del mismo nombre y a pocos minutos de St. Paul Cathedral. En él se vuelve a ofrecer una fórmula informal de tapeo de calidad y 100% español entre el que además encontramos los clásicos desayunos de chocolate con churros, o deliciosos cócteles hasta media noche. Pedro Carvalho crea bebidas de temporada que se adaptan perfectamente a la carta, aportando un toque contemporáneo a recetas tradicionales como originales sangrías o el Agua de Valencia. Anexo a este local han abierto una tienda delicatessen con lo mejor de nuestra gastronomía: embutidos, turrones, conservas, quesos y hasta platos preparados.
El éxito es tan rotundo y su acogida tan apabullante, que la familia Ibérica no deja de crecer y da el salto fuera de Londres con Ibérica Spinninfields, en una zona privilegiada, en el distrito financiero de Manchester. Un espacio con dos terrazas abiertas todo el año.
Continúa la invasión: Ibérica Victoria, en el edificio Zig-Zag, dentro de la nueva área comercial y residencial de alto diseño de Victoria, en el corazón del lujoso oeste londinense. Llega Leeds, Glasgow...
Ibérica es bandera gastronómica de España en Londres. Su modelo de negocio ensalza y exporta conceptos tan nuestros como el tapeo y representan los mejores embajadores de nuestros productos y recetas. Su labor es innegable y funciona como una carta abierta al mundo que demuestra que somos mucho más que la tortilla de patata o el jamón serrano. Los sabores españoles han llegado a Inglaterra y lo han hecho para quedarse.