Pablo Márquez

Tomorrowland

20/08/2014 - Pablo Márquez

Quique Dacosta es un versado luchador. Se jacta de porte y estilo, de esa cara lisa; nada de lóbulos agrietados, nada de narices aplastadas por los golpes. Siempre sale limpio, sin cicatrices, porque usa mucho la cintura y es un gran estratega. Intelecto perfecionista como instructor. Un buen entrenador no te dice “dale, muchacho, un dos, un dos”. Un buen entrenador te da ideas. Conceptos interpretados, perdón, enriquecidos por un equipo superior. Cierto es que todas las apuestas juegan a su favor, por ello todos los retadores estamos tranquilos cuando acudimos a su casa.

Y es que esta lucha nunca ha sido una industria millonaria. Pero sigue demostrando esperanza y resucitación del espíritu de la revolución. Es el único deporte que nadie confunde con un juego...

 

El viaje a Denia implica presenciar una obra de siete actos permaneciendo atónito hasta su conclusión, disociándote espiritualmente por las circunstancias, trasladándote a otra dimensión culinaria, diferenciada, esencialista, personal, auténtica, íntima. De su vida, su pasión. Osada abstracción. Comprometidos con la evolución de la cocina. 

El primero de los actos se dedica a los snacks en un ambiente confortable, cuasifamiliar donde empiezan a brotar las galanterías. Manos ágiles, dedos firmes, único contacto permitido en el gaudeamus. Dinamismo, celeridad.

–La Rosa, cuyos interiores perfuman nuestro olfato a frambuesa, inundan el paladar con la acidez de una Granny Smith, coloreando nuestra vista granadina, figura armonizada de un cóctel de manzana desangrando sus jugos y licores amalgamados con G´vine, espolvoreados con oro.

–Eje embrionario sustento de tu ser. Raíces de boletus, crujiente mezcolanza de arroz cocido triturado con polvo de boletus deshidratado y frito/ Raïm del pastor o uña de gato, encurtida en vinagre y hierbas del montgó.

–El otoño en hojuelas. Árboles camaleónicos caducos trocando verdes por amarronados. Hoja seca de maíz (tapioca y maíz triturado) / hoja de hierbas en escabeche, (tapioca y jugo de verduras en escabeche triturado). 

–Guijarros reverberando en el río. Piedra cremosa de parmesano con aroma a trufa y ablución de cacao.

Vega retratada, testimonio de su argumento, fulgor del contexto. 

–Un tomate encurtido en vinagres (arroz, manzana, vino) y diferentes hierbas previo al Spaghetti puttanesca, anchoa, tomate y oliva con una salsa holandesa texturizada en forma de espagueti sobre un picatote al tomate, dan por concluido un primer asalto saliendo algo aturdido del mismo. Lógicamente no es un púgil cualquiera, poseedor de buen alcance, jab y pegada respetable.

Acomodado en el comedor de la casa me arropan los duendes que la habitan. Exégesis de su creatividad acrecentada en gestos, Didier repartidor de estos. Desfiles armónicos de movimientos, Navarrete y sus argumentos. Valiente el de los ingenios. Innumerable cuadrilla digna de todo merecimiento.

Una sucesión de intercambios de golpes me esperan en el resto del combate, pero no pienso en tirar la toalla...

2º Acto: Encurtidos y Salazones. Un flash convergente de las dos lineas del menú, tradición y vanguardia. Una cocina que traslada el tiempo, detenido en el momento.

–Relevancia de su rutina. Radical pulpo seco lanzado directamente a la llama - hueva de mújol, elegantemente salina, finamente yodada. Regreso al futuro.

–Sofisticado granite de aceituna verde, huesos de mantequilla de anchoas, pan tostado y gelatina de agua de olivas y anchoas. 

–Sutil explosión de un ajo blanco tradicional inmerso bajo cero en manteca de cacao acompañado de almendras, complementando el retrogusto del mújol previamente servido.

3º Acto: Tapas. Se suceden los acontecimientos, erudición de los dos bocados, afinados.

Una combinación sorprendente que me dejó contra las cuerdas.

–Hoja de tabaco y toro. Kombu marmolado pintado de salsa de soja y tpt y cristalizada al horno levemente ahumado. Atún rojo de mediterráneo, daikon, brotes de temporada, gel de dashi, cebolleta, trocito de alga de mar... No, woman, no cry.

–Contemporáneo acrecentado. Buñuelo ligero de bacalao entronizado por sepia.

–Un par de gambas confitadas reposan agarradas a un socarrat constituido con caldo de marisco, harina de garbanzo y de maíz, modelado con aceite de oliva en sartén relleno de un tradicional ali oli.

–Aumenta la temperatura, baja la humedad, percibimos salinidad. Sopla poniente. Lechuga de mar, ahumados y fitoplancton. Inextinguible ahumado ejercido dictatorialmente por anguila y mozzarella, concebidas con plancton y puerree de patata y anguila, cubierto de lechuga de mar.

–La navaja de las dos hojas. Nudo y tartar. Sensaciones cítricas, aires picantes, dulcificación de agua de coco...

–Ilusiones ópticas, percepciones equivalentes. Erizo al natural. Airbag crujiente relleno de una licuada mantequilla de erizos, cubierto de cabello de ángel elaborado con alga nori. 

–Presumida Zamburiña desnuda al calor de la brasa recubierta con una emulsión de jengibre emperejilada.

–Alardes metódicos y suculentos. Moshi de torta de la serena y trufa negra.

–Tronco de Jerusalén. Topinambo asado (piel, seca y frita) relleno de puré de topinambo y trufa con setas a la brasa (perexicos).

No hay golpes ansiosos sin estrategia, manteniendo la intensidad, metiendo manos sobrado de confianza. Cercanía. Lejanía.

4º Acto: Platos. Continúa la experiencia con un bloque de principales íntegros marinos. Así es su Mediterráneo, así lo siente y expresa. 

–Ostras fritas. Integrando el paisaje una concha a base de arroz soporta un digestivo buñuelo de ostra con mahonesa de la misma, espolvoreado de alga nori regenerando su atmósfera.

–Trato de no despertarla al descubrirla. Yace apaciblemente la hermosa. Gamba hervida en agua de mar 'maridada'  con un deleitoso té de bledas que viene a ser un consomé de acelgas y emulsión de gambas. Un regalo del mar. No se puede obtener más con menos.

–Acorde con el entorno y la manera de comer germina un arroz carnaroli con caldo de guisantes y sepia, cubierto por un velo de acelga sobre el que reposan trozos de hueva de sepia coronados de puré de guisante y tinta de sepia, complementado sobre el lienzo con guisantes salteados a la brasa, juliana de tirabeques y brotes de guisantes. Un arco iris de texturas (fibrosas, gelatinosas, crujientes), coloreadas de sabor (dulce, marino, herbáceo...)

–Aprovechamiento del Esturión. Surfeando sobre una tabla fabricada con su piel, esta corteza soporta al navegante, lomo del esturión purificado, caviar, una parafina de crema de miso, ondeando la vela de cebollino.

–Persiste la sesión chupándonos los dedos, herramientas interceptoras del mensaje. Taco Mediterráneo totalizado con una juliana de tirabeques, rape adobado, crema de comino y brotes de cilantro.

Todo se presta para ser la pelea con más caídas de la historia, pero no conseguirá el KO. No se pueden encajar más golpes en menos intentos. Gozan de mucha técnica sin presumir de ella.

Hasta aquí podíamos llegar gratamente saturados del entorno. Reseñando y sin omitir un guiño a la tierra, poblada por aves y otro tipo de animales alcanzamos el 5º Acto: Carne.

–Inconmensurables gelatinosos tendones guisados con pimienta negra y jengibre embebidos de su propio jugo y caldo de pichón, sustanciosamente chapuceando en un moje de chufa, adicionado con una  tosta de pan de maíz y aceite, Gellan de pichón y trufa negra.

–Pechuga de pichón asada y cocida a baja temperatura manifestada en un bol con raices de malta con gusto a caldo de pichón y trufa ataviada con hojas de berros.

Buscando el nocaut, ciertamente me sentí desarmado, impotente ante la ofensiva calculadora de Quique, concentrado en demolerme.

6º Acto: Postres. Engañosamente sencillos.

–Laborioso placentero mojito de pepino y algas:Tapioca con zumo de limón y caramelo que aporta dulzor y color, sorbete de mojito de pepino; una espuma del propio mojito sin el alcohol; merengue seco de nori, pepino, menta y limón; presentado con hierbabuena, menta, limón y musgo irlandés confitados consumiendo la complejidad cromática con cuchara y tenedor.

–Golosa torta Selva negra ajustada en ingredientes a la original adaptada en procedimiento. Merengue seco de chocolate, cremoso de chocolate al kirsh, caviar de cereza, granite de cereza al kirsh cubierto de papel roto de cacao.

–Canela en rama (ovulato polveado de cacao y canela cocido al horno) – Ciruelas pasas ( Esferificación de Pedro Ximénez y fondillón con una almendra en su centro simulando el hueso)

Y unas 'pastitas' para el café: nido de mango, macaron, trufa al ron, pepita de oro, piedra de almendra, papeles de cacao, yogur y frambuesa.

Esta gran demostración  lo confirman como un cocinero completo, de estilo depurado, paciente, con pegada potente y sobre todo muy disciplinado. Muchos creen que ser el mejor es quien pelee “más lindo”, quien tenga mejor técnica o mejores recursos. Pero no es así, el mejor, es quien impone su estilo sobre su rival.

Ni siquiera la cirugía conseguirá borrarme los efectos de la paliza. Pero mi sangre hierve y ya estoy dispuesto...¿Otra pelea?

 

 Permítaseme concluir citando a Parménides de Elea referenciando a Quique Dacosta.

"Es indiferente para mí por donde comience; pues allí volveré nuevamente."

"Conocerás la naturaleza etérea y, también en el éter todas las señales y los efectos destructivos de la pura y clara antorcha del sol y de dónde se han engendrado."

"Las yeguas que me llevan tan lejos como mi ánimo alcance me transportaban cuando, al conducirme, me trajeron al camino, abundante en signos, de la diosa."

"Lo mismo puede ser inteligido y puede ser."

"Lo mismo permanece en lo mismo, y descansa en sí mismo."

"Pues ni hay ni habrá nada ajeno aparte de lo que es."

"Un solo camino narrable queda: que es. Y sobre este camino hay signos abundantes."

"Un solo relato queda como camino: el Ente es."

 

"¿Y qué necesidad lo habría impulsado a nacer antes o después, partiendo de la nada?"

  • Cóctel de manzana de oro. Rosa.
  • Cóctel de manzana de oro. Rosa.
  • Raíces de boletus. Hoja seca de maíz. Hoja de hierbas en escabeche.
  • Raíces de boletus. Hoja seca de maíz. Hoja de hierbas en escabeche
  • Raïm del pastor
  • Raïm del pastor
  •  Hoja de hierbas en escabeche.
  • Hoja de hierbas en escabeche.
  • Piedras de parmesano
  • Piedras de parmesano
  • Tomate encurtido
  • Tomate encurtido
  •  Spaghetti puttanesca
  • Spaghetti puttanesca
  • Pulpo seco - hueva de mújol
  • Pulpo seco - hueva de mújol
  • Aceitunas y huesos
  • Aceitunas y huesos
  •  Ajos blancos y almendras
  • Ajos blancos y almendras
  • Hoja de tabaco y toro
  • Hoja de tabaco y toro
  • Buñuelo ligero de bacalao
  • Buñuelo ligero de bacalao
  • Socarrat de gambetas y alioli
  • Socarrat de gambetas y alioli
  • Lechuga de mar, ahumados y fitoplancton
  • Lechuga de mar, ahumados y fitoplancton
  • Navaja nudo
  • Navaja nudo
  • Navaja tartar
  • Navaja tartar
  • Erizo al natural
  • Erizo al natural
  • Zamburiña a la brasa
  • Zamburiña a la brasa
  • Moshi de torta de la serena y trufa negra
  • Moshi de torta de la serena y trufa negra
  • Tronco de Jerusalén
  • Tronco de Jerusalén
  • Ostras fritas
  • Ostras fritas
  • Gamba hervida-te de bledas
  • Gamba hervida-te de bledas
  • Arroz de guisantes y huevos de sepia
  • Arroz de guisantes y huevos de sepia
  • Esturión
  • Esturión
  • Taco Mediterráneo
  • Taco Mediterráneo
  • Tendones con horchata y trufa
  • Tendones con horchata y trufa
  • Pechuga de pichón y raíces de malta
  • Pechuga de pichón y raíces de malta
  • Mojito de pepino y algas
  • Mojito de pepino y algas
  • Selva negra
  • Selva negra
  • Canela en rama
  • Canela en rama
  •  Ciruelas pasas
  • Ciruelas pasas
  • Nido
  • Nido
  • Macaron, trufa al ron, pepita de oro, piedra de almendra
  • Macaron, trufa al ron, pepita de oro, piedra de almendra
  • El 'Secadero'
  • El 'Secadero'
  • Didier en su 'huerto'
  • Didier en su 'huerto'


8,5

Boquerones Especiales Aliñados en Vinagre Ahumados Domínguez


AHUMADOS DOMINGUEZ

Pays: España
Localité: 28923 Alcorcón (Madrid)
Adresse: Laguna, 12
(+34) 916410512
Prix à la carte: 16,5 la lata de 425 g.


      Una versión muy particular y actualizada de una de las tapas tabernarias más emblemáticas de España. Una receta que nació para conservar el pescado, que en este caso ha sido reinventada inteligentemente por Ahumados Domínguez, que ha sabido mejorarla. Ha minimizado la desnaturalización del pescado hasta cuanto ha podido, meta que no han conseguido ni de cerca ni los bares más avezados, ni la más selecta industria de delicias gastronómicas.
      Naturalidad, insistimos, que entra por los ojos: anchoas seleccionadísimas, grandes, inmensas, inmaculadas, pulcrísimas, plateadas, brillantísimas y carnosas. El vinagre aparece rebajado sustancialmente, atemperando su sabor sobre los boquerones. La salsa, bastante distinta de la costumbrista, aunque inspirada en ella, cuenta con aceite vegetal, tomate., cebolla, ajo y vinagre, resultando ciertamente conseguida, sutil en su gama.
     En pocas palabras, los más puros boquerones en vinagre conocidos para ser lo que son y, dada su suavidad y curioso sabor, muy fáciles de comer, incitan a la gula.
     La parte a mejorar, si es que es posible, reducir la presencias de un par de E- en la etiqueta.



Sopa de Melón con Aire de Hinojo

Sopa de Melón con Aire de Hinojo
El Serbal
Cuisinier: Andrés Ruiz
Pays: España
Localité: 39004 Santander
Adresse: Andres del Río, 7
(+34) 942222515

El joven Andrés Ruíz dicta sus propias propuestas con enorme sensatez. Alta cocina ciertamente moderna y muy centrada, que busca marcar la diferencia en la calidad, la elegancia, la armonía y la memoria histórica. Construcciones cultas no exentas de ingenio muy compensadas...llamadas a gustar a todos. Sabores delicados y contrastados fácilmente reconocibles con notas divertidas y motivadoras.
Todo lo dicho lo atesora este colosal plato de melón. Por un lado una sopa dulce de la variedad piel de sapo, que es el eje de la articulación. Melón y más melón: reforzado por una refrescante y carnosa bola de la clase Galia y por una estimulante brunoise de la especie amarilla. Como soporte de tanto melón un suculento disco de veló de jamón. Jamón ibérico que a su vez aparece en pequeñas lonchas deshidratadas levemente que adornan y refuerzan el carácter gustativo y de referencia, de tan consagrado maridaje.
Y se concluye la obra de arte con un aire de hinojo, que acentúa fragancias y dulzura y voluminiza el aspecto. Para los locos del melón...una verdadera obra de arte.



La Recette



Ingredientes:

Melón piel de sapo 

Melón Galia 

Melón amarillo 

Hinojo

Patata

Agar agar

Xantana

Lecitina de soja

Hueso de jamón

Cebolla

Lascas de Jamón

Elaboración:

Para la Crema de Melón:
   Limpiamos el melón piel de sapo y turbinaremos con goma xantana (por cada kilo de melón, 1 5gramo  de xantana), reservaremos en la nevera.                                                                                                        El Galia le  sacaremos en forma de bola y el Amarillo lo picaremos.
Para el Velo de Jamón:
   Limpiaremos el hueso de jamón y preparamos un caldo junto con las cebollas tostadas, lo tendremos en el fuego durante un día con un hervor muy suave. Lo colamos por un filtro y enfriaremos. Cuando esté el caldo frio, retiramos la grasa de la superficie y lo ponemos al fuego (le añadimos por cada 100 gramos de caldo de jamón, 1 gramo de agar agar) y lo estiramos en una bandeja para que enfrie. Por otro lado pondremos a secar unas láminas de jamón.
Para el Aire de Hinojo:
   Preparamos una crema con la cebolla, patata y el bulbo de hinojo, lo colamos y añadimos 3 gramos de lecitina de soja. A la hora de emplatar, batimos esta crema para conseguir el aire.
Emplatado:
   En un bol de cristal colocamos en la parte inferior la crema de melón, la taparemos con una lámina circular del velo de jamón, encima de esta le pondremos las bolas del melón Galia y la picada del amarillo, junto a estos los crujientes de jamón, para terminar ponemos el aire de hinojo.



Carlos Rondón

La Excelencia Desenfocada

Texto: Carlos Rondón Editor revista COOKCIRCUS

Durante siglos, la representación de los alimentos -bodegón o naturaleza muerta- en pinturas, frisos o mosaicos, ha tenido una importante función simbólica, decorativa y por supuesto comunicativa.

En el antiguo Egipto, la Grecia clásica o el Imperio Romano, los artistas encargados de crear estas obras destacaban por su gran habilidad técnica y por su emotividad a la hora de representar los alimentos con el mayor detalle posible, utilizando para ello las más modernas técnicas de la época. Así mismo, lógicamente quienes las encargaban no esperaban menos… 

La búsqueda de la excelencia y el realismo ya se planteaba en la Grecia antigua como nos cuenta la conocida leyenda de dos reconocidos pintores, Zeuxis de Heraclea y Parrasio de Éfeso.

Con el pasar del tiempo la importancia del bodegón de alimentos como tema pictórico crece, llegando a considerarse desde la edad media como un genero independiente.

Artistas como Leonardo Da Vinci, Giotto, Durero, Van Eyck, Zurbarán o Juan Sánchez Cotán nos dejaron una colección obras maestras de bodegones, algunos de ellos rozando el hiperrealismo, que hoy en día podemos disfrutar y nos siguen sorprendiendo por el dominio absoluto de la luz, la composición, la forma y el color de estos artistas. 

Ya a finales del siglo XIX y comienzos de XX la representación figurativa del bodegón da paso a la abstracción de la mano de Cezanne, Van Gogh, Picasso o Juan Gris entre otros artistas que dieron un paso más, descomponiendo la imagen pero siempre desde el conocimiento de las leyes de la composición plástica y dominio de las técnicas figurativas.

Con el auge del marketing y la publicidad la fotografía se convierte en la heredera de los conceptos del bodegón clásico, siendo la herramienta idónea para reproducir con la mayor fidelidad lo que hoy conocemos como bodegón gastronómico.

Eso es algo que saben muy bien las grandes agencias de publicidad, que no dudan en solicitar los servicios de los mejores estudios de fotografía para diseñar las campañas publicitarias de las grandes marcas de alimentación. Quedando por descontando que desluzcan o arriesguen la imagen de sus clientes por una mala calidad de las fotografías.

Pero lo que parece obvio, para algunos no lo es…Lamentablemente falta calidad en las fotografías que ilustran muchas publicaciones gastronómicas. Lejos de reproducir con precisión la obra de los autores de tan milimétricas y complejas elaboraciones, empobrecen de una manera para mí desconcertante estos años de esplendor de la gastronomía española de vanguardia. 

No salgo de mi asombro al hojear libros de reconocidos chefs donde, sin entrar en gustos estéticos subjetivos, escasean los más elementales principios de la fotografía profesional como pueden llegar a ser la correcta exposición de la imagen, el enfoque o el chirriante mal uso de programas de retoque… Ediciones gastronómicas de ínfima calidad fotográfica, que en vez de mostrar la explosión de color y texturas que existen en las diferentes recetas de los grandes chefs del momento, las empequeñecen en un mar de sombríos grises empastados. A modo de ejemplo, siempre desde el punto de vista de la comunicación visual, de nada sirve cocinar a 65º, -ni uno más/ni uno menos-, o lograr el equilibrio magistral de varios ingredientes para conseguir una textura etérea y perfecta, para luego ver publicada la fotografía amarillenta debido a un incorrecto equilibrio de temperatura de color (sí, el color tiene temperatura) o ver perdida la valiosa información de los ingredientes en un confuso y “creativo” desenfoque realizado sin ningún criterio técnico. Errores que por desgracia son bastante habituales en muchas publicaciones que por desconocimiento y/o “ahorro” dejan en manos inexpertas la realización de los bodegones gastronómicos, con resultados catastróficos. Esto sin entrar a discutir la baja calidad de los recurrentes, trillados y absurdos retratos de chefs, que van desde poner pulpos en la cabeza, cucharas en los ojos, cuchillos en la garganta, coladores en la cabeza o besando pescados, hasta el supuestamente transgresor gore mas asqueroso y kitsch... Vulgares fotografías que por sí solas dan para una tesis sobre el mal gusto…

Ante este contradictorio panorama, donde la elección de un profesional de la fotografía queda condicionada al presupuesto “mas barato” sin tomar en consideración la lógica relación calidad/precio, es el chef, como principal afectado, el primero que debe ser riguroso y crítico con la reproducción y publicación de su obra en cualquier medio impreso o digital. Exigir a las editoriales, fotógrafos, periodistas un trabajo verdaderamente profesional. 

No debería permitir que una mala fotografía desvirtúe la excelencia de sus elaboraciones y mas tomando en cuenta que la mayoría de las personas solo conocerán su trabajo e imagen precisamente a través de la publicación de esas imágenes.  La fotografía gastronómica es una valiosa herramienta de comunicación y documentación histórica. 

Debe trasmitir calidad, veracidad, objetividad y la subjetividad justa siempre dentro de un contexto coherente. De lo contrario solo dejaremos para las generaciones futuras una recopilación de fotografías mediocres que no harán justicia de la creatividad de la gastronomía española de vanguardia.



Pablo Márquez

En un lugar de Alicante...

10/08/2014 - Pablo Márquez

Con afecto y consideración por mi amigo Kiko Moya...

 Yo. Soy yo. Dentro, soy yo. Y fuera. Sosegado reflexivo síntoma y padecimiento de mi ser. Vivazmente entregado sin reparar en lo que expreso. O sí. Mis platos, mis hechos. Obras sin atrezos. Construidos con firmes cimientos. Y conocimientos. Mi cocina, despojada de remordimientos. Y sigo siendo Yo.

 

 Origen análogo al ser cuya identidad muda paisaje y este interpretado en sabor. Percibir lo que nos rodea como propio o como parte de nuestra personalidad es un rasgo natural, pero emplear los elementos circundantes con respeto, clarividencia y transformarlos en alta cocina es algo que, sin lugar a dudas, pocos cocineros son capaces de hacer. Desde el refugio del restaurante L`escaleta, escondido en la montaña alicantina, Kiko Moya gesta ideas rotundas y claras. Una cocina bien pensada, fruto de la reflexión y de la sabiduría que le ha aportado ese estado de madurez sin ansias de protagonismo ni brillos mediáticos. El éxito desde la inteligencia y el trabajo que ha convertido a su restaurante en uno de los santuarios gastronómicos valencianos.

Desde los inicios Kiko Moya demostró su brillantez reinterpretando el recetario comarcal  echando mano de los gustos, productos y memoria de la gastronomía valenciana del interior, vigorizando tradicionales de su tierra, descubriendo por si mismo lo común y lo que queda por revelar, las costumbres y sus nuevas formas de expresión. 

Aspiración compartida con Alberto Redrado, evocador de la historia, de lo personal , de la propia elección del comensal o el perfil de las creacciones del chef simétricamente coexistiendo. 

Una nueva concepción de platos elegantemente redondeados y recipientes remasterizados. Un destino honesto de producto sin enmascaramientos ni artificios. Sin perversión.

La musicalidad, la serenidad, la selección del río; el silencio, la observación, el entendimiento y aletargamiento del inagotable monte unidos a la fortaleza y robusted de la orgánica roca constituyen su peculiar hábitat mediterráneo íntimo.

Conciencia serena, sentir bullicioso.

 

 En mi última visita advertí su cocina, sin indicios, con conclusiones: 

–Este Fin de Año cambiamos las uvas por percebes. Al principio fue el fin. Turrón de Alicante, ese mismo que se te pega en los dientes, respetando el original en su concepción utilizando la almendra tanto amarga como entera, distorsionando nuestra disposición trocándolo en un snack salado con garbo y donaire.

–Tres eran tres ingredientes con raices latinas, representativos, cercanos, venerados... Queso fresco de leche de almendras, hidromiel y Aove.

–Platos untuosos, recuerdos poderosos. Para el caso: yema en salazón, trabajada en crudo macerada y deshidratada en soja, aliño de garum y hueva. Un tocinillo a la romana sustanciosamente perfeccionista.

–Impresionante el cremoso de mostaza salvaje y hierbas cortadas. Frescor fragante a hierbabuena, rúcula y stevia junto a toques ácidos de óxalis y flores de begonias.Temperado milimétricamente, herbáceo y gustoso a un tiempo. Un revolcón en el campo.

–Dejando a un lado el refinamiento, irrumpe con tino la enjundia. Anguila ahumada, pilpil de sus pieles, endivias asadas y vinagreta de algarrobas. Contrastes de ácidos y amargos atenuando la untuosidad del pescado. Una entrada dulce con salida agria, cuerpo, fuerza. 

Defíname goloso: empecemos con unas setas de temporada (amanita caesarea y boletus edulis) confiriendo doble textura ligadas con un huevo pochado; añádale unas finas lonchas de panceta marcando con su salinidad y sebo las cualidades del plato; perfúmelo con trufa de verano y redondéelo mediante una carbonara de coco delicadamente ahumada. ¡Tachán! ¡Que cosa más rica! (Abstenerse los no pantagruélicos, mujeres embarazadas y niños sin necesidad de crecimiento)

–Simbolizando al Sol, su fuerza para cambiar las cosas, nos ilustra Kiko con una ventresca a la sal protegida en hojas de parra secando su lujuria, profundamente acentuada con garum y cebolletas. Un garum esencia mediterránea, cultura de salazón, fraguado conjuntando sal, miel, hierbas, interiores de pescados azules, y el paso del tiempo de un año al siguiente hasta su obtención.

–Una nueva provocación presentada en una útil placa rectangular. Arroz seco de conejo y caracoles con alioli de hinojo. Un clásico de arroz alicantino sin que sea el protagonista de la lámina.

–Tradición musulmana lucida en un pichón reposado en agua de rosas, azafrán y hierbabuena. Una carne muy aromática acompañada en este viaje de un bouquet de especias dulces, azafrán y fresas asadas. 

–Con el espíritu de un brioche, diferentes matices aromáticos en un  postre para fusionarlos en boca: levaduras, cítricos, mantequilla, huevo...

–Impacta la Supper Mousse. Un ganage de chocolate y agua a partes iguales superaireado en una caja de vacío flotando sobre una infusión de café y avellanas. Chocolate elevado al cuadrado.

 

Nobleza sin elitismos, ni confusiones.

 

  • Turrón de Alicante Salado
  • Turrón de Alicante Salado
  • Queso Fresco de Leche de Almendras, Hidromiel y Aove
  • Queso Fresco de Leche de Almendras, Hidromiel y Aove
  • Como un Ámbar, Yema en Salazón, Hueva y Garum
  • Como un Ámbar, Yema en Salazón, Hueva y Garum
  • Cremoso de Mostaza y Hierbas Cortadas
  • Cremoso de Mostaza y Hierbas Cortadas
  • Anguila Ahumada, Endivias Asadas y Vinagreta de Algarrobas
  • Anguila Ahumada, Endivias Asadas y Vinagreta de Algarrobas
  • Setas, Trufa de Verano, Carbonara de Coco
  • Setas, Trufa de Verano, Carbonara de Coco
  • Ventresca a la Sal Envuelta en Hojas de Parra, Garum  y Cebolletas
  • Ventresca a la Sal Envuelta en Hojas de Parra, Garum y Cebolletas
  • Garum
  • Garum
  • Arroz Seco de Conejo y Caracoles
  • Arroz Seco de Conejo y Caracoles
  • Pichón Reposado en Agua de Rosas, Azafrán y Hierbabuena
  • Pichón Reposado en Agua de Rosas, Azafrán y Hierbabuena
  • En el Espíritu de un Brioche, Leche, Huevo, Levaduras y Mantequilla
  • En el Espíritu de un Brioche, Leche, Huevo, Levaduras y Mantequilla
  • Supper Mousse
  • Supper Mousse
  • Chocolates L'escaleta
  • Chocolates L'escaleta


8

El Carmen de Montesión

Ivan Cerdeño
Pays: España
Localité: 45004 Toledo (Toledo)
Adresse: Urbanización Montesión, Avda. Montesión, Nº 137
mapa
(+34) 925223674
Jours de fermeture: Lunes, salvo el verano. Las noches de domingo a miércoles. Las noches, excepto jueves, viernes y sábados.
Prix à la carte: 45/70 €
Prix menu de dégustation: 27,5, 35 y 66 €


  • Erizo de Mar con Caldo de Morcilla, Manzana Verde y Albahaca
  • Mejillón con Aire de Azafrán y Caldo del Molusco al Curry
  • Brandada de Bacalao con Yema, Patatitas Suflé, Trufa, Piñones y Brotes
  • Croquetas del Carmen
  • Morteruelo con Setas de Otoño, Uvas y Praliné
  • Royal de Lentejas con Setas y Sopa de Foie Gras
  • Chipirón
  • Liebre a la Royal

 Ivan Cerdeño es un joven que ha mamado desde niño la revolución gastronómica española y que se ha doctorado en bastantes de los mejores restaurantes del país: El Celler de Can Roca, Rodero… Ahora lleva la dirección de este establecimiento junto con los hermanos Rodríguez, Pepe y Diego, con quienes paso un largo periodo en El Bohío. Como toledano que es, comparte con estos la pasión por reinventar la cocina manchega preservando las esencias. Hay mucha memoria histórica en sus construcciones, si bien con formas ciertamente renovadas y sesudas, que hacen gala de refinamiento, liviandad y cromatismo. Disposiciones muy centradas y asumibles las que consuma este joven valor emergente llamado a conquistar lugares de honor en la restauración española. No se pierde en impactar, todo está concebido para gustar, convencer, producir inmensa satisfacción. Propuestas muy inteligentes, muy sólidas, extraordinariamente elegantes y armónicas…que dejan constancia del fondo de cocina y de sentido innato del gusto que posee el chef.
Cuando uno come el mejillón con aire de azafrán sobre un consomé de mejillón al curry descubre la alquimia de quien sabe poner matices a las sensaciones gustativas logrando un perfecto equilibrio en el que todo aporta grandiosidad sápida sin que nada sobresalga. Cuando uno prueba las croquetas del Carmen comprueba como se sabe compaginar una bechamel en verdad francesa, qué delicadeza táctil, con la generosidad y glotonería de un gusto recio español, rebosantes de jamón ibérico. Cuando uno se lleva la panceta a la boca en una hoja de lechuga, que hace de canapé, con el refuerzo del compango de las gachas, todo impregnado de toques exóticos, vinagreta de curry rojo e infinidad de hierbas aromáticas, se da cuenta de las miras planetarias del artista, que sabe ponerle motivos cosmopolitas a su majestad el cochino.
     Hay magia en muchos pequeños bocados como el crujiente y líquido, explosivo negroni helado en corteza de cacao; como en el sibarítico y etéreo bombón de queso, café, vainilla y trufa y como en el erizo de mar con su emulsión dispuesto sobre caldo de morcilla con trocitos de ésta, dados de manzana y albahaca. Todos ellos chispeantes contrastes harto compensados.
     Un paté de campeonato mundial, el morteruelo milimétricamente especiado, magnificado con setas de otoño, uvas y praliné. ¡Qué sustancialidad tan delicada y compleja!
     Un potaje majestuoso: garbanzos con manitas, tomate aliñado, jugo especiado y hierbas. Otro que bien podría llevar la rúbrica de un astro de la cocina francesa: royal de lentejas con setas de invierno y sopa de foie gras. Sedosidad con enorme empaque: brandada de bacalao con trufa negra, patatitas suflé, yema de huevo, piñones, brotes…la intemerata. Otra maravilla: los chipirones de anzuelo a la plancha, vuelta y vuelta, inmaculados y tersos, que se adornan con una mezcla de espárragos trigueros, morcilla, piñones y hierbabuena, que para nada repercute en la pureza del ingrediente principal, siendo el comensal quien puede mezclar y jugar a su antojo.
     A   Ivan Cerdeño se le notan debilidad por lo catalán, derivada de su estancia con los Roca. Impecable el bacalao a la brasa con espinacas, pasas, piñones y alioli de miel, que refrenda lo dicho anteriormente: el pescado en todo su esplendor, jugosísimo, con carnes tornasoladas y los adornos, exquisitos, que se pueden mezclar con la salazón o no, en la medida que guste. Academicismo consumado: molleja de ternera braseada con crepa de apio nabo y coles de Bruselas y pichón asado con remolacha, frutos rojos y terrina de su hígado.
     Importante apartado de caza en temporada, que se prepara magistralmente, insistimos que hay mucho saber hacer, lo que vuelve a comprobarse en una propuesta histórica, la liebre a la royal, a la que unas pinceladas de crema de ciruelas suman enjundia y aterciopelamiento, que siempre está ahí, suculencia sedosa.
     Los postres están en parecida altura; especialmente gratificante la manzana asada con café especiado, leche y regaliz.
     Una comida enormemente amigable que crea admiración y que, además, se vende a buen precio.