El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
La mantequilla (10%) y el yogur se dejan notar, y de qué manera, aportando sustanciosidad, refinada suculencia láctea, la que atesoran sus inconfundible sabores. Nobleza sápida que se entremezcla con una ligera y lograda dulzura, que proclama su identidad golosa, eso sí, en su justa medida. La jugosidad contribuye a su calidad; así como el colorido exterior – amarronado – e interior – amarillento –, que le hacen más apetitoso.
Esta empresa comercializa este mismo bizcocho con otra marca: San Pelayo.