L’entreprise de Paolo Montanaro et de sa sœur, Stefania, élabore la sélection de truffes blanches la plus éminente qui soit. D’une fraîcheur exultante, les pièces dégagent des arômes exubérants ; les meilleures du monde...
Un plato suculento, sustancioso, gelatinoso, jugoso... muy conseguido, que responde plenamente a lo que se espera de este legendario guiso, que se ve reforzado por el confitado en grasa de pato.
Cada recipiente contiene 4 piezas, interviniendo en la fórmula especias y hierbas aromáticas, que se meten en la lata en compañía de la grasa de pato y se cuecen en autoclave. Importante: abrir la lata, separar los trozos de rabo y la gelatina del guiso de la grasa de pato, ya que habrá que calentar los trozos con la gelatina y sin la grasa, rociando varias veces el rabo con la salsa, para que se impregne, de manera que quede más sabroso, tierno y brillante. Se tiene en el horno a 150 grados unos 5 minutos.