Una selección “microscópica” de puerros, verdaderamente pequeños y delgados, pelados de manera escrupulosa. Hacen gala de una sabia cocción, larga y extrema, que busca una textura muy pero que muy cremosa. El sabor está marcado por la suavidad, por la delicadeza, por atemperar ese sabor tan propio que tiene esta hortaliza y que necesita ser dulcificado.
Pierre Hermé est un numéro un mondial. Après avoir triomphé au sein des meilleures pâtisseries, il dicte son message dans ses deux établissements, passages gastronomiques obligés – notamment le premier – et à travers ses livres...